Guerra abierta de EE. UU. contra hutíes de Yemen

INTERNACIONAL

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Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken / Foto: U.S. Department of State

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Un nuevo bombardeo impactó este sábado una base militar de los rebeldes hutíes de Yemen, específicamente en la ciudad portuaria de Al Hudeida, después de que Estados Unidos bombardeara por segundo día consecutivo posiciones de los insurgentes en respuesta a sus ataques en el mar Rojo, informaron testigos.

El presunto bombardeo estadounidense se produjo después de que los insurgentes lanzaran un misil dirigido contra el sur del mar Rojo, donde los rebeldes han realizado decenas de ataques desde mediados de noviembre contra navíos mercantes, causando severas disrupciones en el tráfico marítimo. «El lugar desde el que se lanzó un cohete hutí en las afueras de Al Hudeida fue alcanzado», señaló una fuente militar vinculada a los rebeldes.

Hasta el momento, ni los hutíes ni EE. UU. se han pronunciado al respecto y se desconoce el alcance de este ataque contra Al Hudeida, una de las principales bases de lanzamiento de drones y misiles de los insurgentes. Precisamente esta ciudad portuaria, junto con una base cercana al aeropuerto de la capital, Saná, fueron objeto de un bombardeo estadounidense previo, que tuvo lugar esta madrugada.

Esa acción militar fue desplegada desde el destructor naval estadounidense USS Carney (DDG 64) a las 3.45 de la madrugada del 13 de enero hora local (00.45 GMT) y se utilizaron misiles de ataque terrestre Tomahawk, según el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM). De acuerdo con Washington, fue «una acción de seguimiento contra un objetivo militar específico» asociado con los bombardeos estadounidenses y británicos del viernes, diseñados para degradar la capacidad de los hutíes para atacar buques.

«No hubo pérdidas material ni humanas tras el ataque», dijo en referencia a la operación de la madrugada de este sábado Nasreddin Amer, subdirector de comunicaciones de los hutíes, a la cadena qatarí Al Jazeera. «Todos los estadounidenses sufrirán las consecuencias de esta agresión. La respuesta no tardará en llegar», añadió.

La primera operación militar a gran escala, realizada por EE. UU. y el Reino Unido, tuvo como objetivo 28 enclaves de los insurgentes, según el CENTCOM, y causó cinco bajas entre las filas de los hutíes, de acuerdo con los propios rebeldes. Tras esos ataques, los hutíes organizaron el viernes una manifestación masiva contra ambos países, a los que declararon una «guerra abierta».

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió el miércoles que «habrá consecuencias» por los continuos ataques hutíes en el mar Rojo.

«No voy a telegrafiar ni anticipar nada de lo que eso podría suceder», dijo Blinken en un grupo de prensa en Bahréin. «Hemos dejado claro, hemos sido claros con más de 20 países más, que si continúa como ayer, habrá consecuencias».

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