Sigue trabado acuerdo Mercosur-UE

INTERNACIONAL

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Foto: Secretaría de Cultura

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Los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y el recién incorporado Bolivia) anunciaron este miércoles (24.01.2024) en Asunción que será una «prioridad» avanzar en los aspectos pendientes con la Unión Europea (UE), para alcanzar «a la brevedad posible» un acuerdo comercial entre ambos bloques.

Al término de una reunión en Asunción, que ocupa la Presidencia rotatoria del bloque suramericano, el ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez, dio a conocer los aspectos abordados, entre ellos las negociaciones externas, con la UE y los Emiratos Árabes Unidos a la cabeza.

En un comunicado difundido de forma paralela, se conoció que los cancilleres «señalaron que será prioridad concluir los aspectos pendientes de las negociaciones con la Unión Europea y alcanzar la firma de un acuerdo equilibrado para ambas partes a la brevedad posible».

El Mercosur y los Veintisiete alcanzaron en junio 2019 un principio de acuerdo comercial que aún no ha sido ratificado y cuya negociación se ha dilatado con la incorporación del anexo para reforzar la lucha contra la deforestación y otros asuntos traídos a la mesa por las dos partes.

Además, los ministros de Exteriores acordaron «dar continuidad al proceso negociador con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA)» ─integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza─, con el objeto «de concretar la pronta suscripción» de un acuerdo comercial. Estas conversaciones arrancaron formalmente en Buenos Aires, en junio de 2017.

De igual forma, Paraguay puntualizó que en su presidencia pro tempore «será prioridad el impulso de las negociaciones con Emiratos Árabes Unidos».

Por otra parte, los cancilleres anunciaron que la capital paraguaya acogerá en marzo próximo, en ocasión del 33 Aniversario de la firma del Tratado de Asunción, un «seminario de alto nivel» en el que reflexionarán sobre el futuro del mecanismo sudamericano.

Asimismo, señalaron que discutieron sobre el fortalecimiento del proceso de integración, el desarrollo de la integración física y prometieron su «apoyo técnico» a Bolivia en su proceso de incorporación.

Bolivia oficializó el pasado 7 de diciembre su ingreso como miembro del Mercosur y ahora deberá recorrer un proceso de cuatro años para adaptar su legislación. Cumplido ese paso, se convertirá en miembro pleno de facto y podrá contar con voz y voto en el bloque comercial.

Del encuentro en Asunción participaron los ministros de Exteriores de Argentina, Diana Elena Mondino; Bolivia, Celinda Sosa; Brasil, Mauro Vieira; Uruguay, Omar Paganini, y el anfitrión, Rubén Ramírez.

«Se intentaba terminar este año con la firma de los tres acuerdos pendientes, con Mercosur, México y Chile. La culmina con la de Chile», dice a DW Marita González, integrante del Foro Consultivo Económico Social de Mercosur. Marita González, de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina, pone en duda la bondad de estos acuerdos, tal como están planteados. El del Mercosur, cuya firma se preveía para este mes de diciembre, ha quedado en vilo por los cambios gubernamentales.

«Si se aceleran las condiciones, con los cuatro parlamentos del Mercosur por el momento a favor, deberá firmarse hasta marzo. Luego, los cambios en la Unión Europea, volverían a dejarlo en suspenso», dice González, favorable al acuerdo de asociación, pero partidaria de reabrirlo para mejorarlo. Su postura, en cuanto a participación social, se basa en la experiencia recogida en los otros acuerdos entre Europa y América Latina.

¿Por qué el escepticismo? Básicamente, porque los acuerdos de «nueva generación» que viene firmando la Unión Europea desde hace doce años, prevén una inclusión de control de la sociedad civil que, en la práctica, no se da.

Como fuere, según Valdis Dombrovskis, comisario de Comercio y Diálogo Social, este acuerdo con Chile es un hito en cuanto a transición energética, materias primas e inclusión de diálogo con sociedad civil.

Cabe recordar que los acuerdos comerciales de la Unión Europea ponen como bandera ─en contraposición a los firmados con otros inversionistas y otras potencias─ el respeto a los derechos humanos, los ambientales y los sindicales.

No obstante, existe la experiencia con el acuerdo de Centroamérica (2012) y con el Acuerdo con Colombia, Ecuador y Perú (2013). Los casos de poblaciones que se ven desplazadas por las inversiones agrícolas o afectadas por las explotaciones mineras, donde las condiciones laborales no son adecuadas, se acumulan. En el papel, los acuerdos tienen un instrumento de control: un consejo consultivo birregional.

El flamante renovado acuerdo con Chile escribe con mayúscula la participación y el control de la sociedad en las inversiones que promueven estos acuerdos. ¿Cómo se va a llevar a cabo el control? Con los «Domestic Advisory Group», Grupos consultivos (DAG) que los tratados prevén. La UE se reúne con representantes del país, los empresarios, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil y se evalúa cómo se va cumpliendo con las metas económicas y sociales del acuerdo.

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