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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo el viernes que quienes lo atacan no saben qué es comunismo ni socialismo, en respuesta a su homólogo de Argentina, Javier Milei, que lo acusó de ser «un comunista asesino que está hundiendo» al país.
A los pocos días de asumir Milei como presidente de Argentina, Petro lo comparó con Hitler.
«No se trata ─porque nos atacan de comunistas, de socialistas─ de que el Estado sea el dueño del medio de producción. Claro, los que nos atacan no tienen ni idea de qué es comunismo y qué es socialismo», expresó el mandatario colombiano durante un acto de Gobierno en el municipio de Tumaco (suroeste).
Milei afirmó en una entrevista con la periodista Patricia Janiot que Petro es «un comunista asesino que está hundiendo a Colombia», lo que provocó una respuesta enérgica del Gobierno colombiano.
En ese sentido, Petro explicó que «socialismo es el modo de producir a través del cual el Estado es dueño de los medios de producción» y aseguró que «eso no es lo que buscamos nosotros, nosotros creemos y queremos que los medios de producción estén en manos del pueblo, no del Estado».
Por lo ocurrido, el Ejecutivo colombiano decidió llamar a consultas a su embajador en Buenos Aires, Camilo Romero, y sostuvo que las declaraciones de Milei «desconocen y vulneran los profundos lazos de amistad, entendimiento y cooperación que históricamente han unido a Colombia y Argentina».
«El Gobierno de Colombia rechaza enérgicamente esta declaración, que atenta contra la honra del primer mandatario, quien ha sido elegido de manera democrática y legítima», añadió la Cancillería en un comunicado.
El Gobierno de Gustavo Petro, no pasa por un buen momento. El líder de la coalición Pacto Histórico había comenzado su mandato en agosto de 2022 con una desaprobación del 20%, pero en los últimos meses esta alcanza el 60%, según encuestas recientes.
Ahora, según algunos analistas, los resultados desfavorables para el oficialismo en las elecciones regionales son una muestra clara del actual desencanto de los colombianos con la administración de Petro, aunque hay algunos matices.
Las alcaldías de las ciudades principales quedaron en manos de movimientos tradicionales, centristas o de derecha, pero, probablemente, la derrota más dura fue en la capital, donde Petro fue alcalde y obtuvo numerosos votos para su elección como presidente.
Existen varios factores que explican los resultados electorales regionales. Especialistas consultados por DW destacan el retorno de políticos conocidos o con experiencia que pertenecen a movimientos tradicionales, así como también un revés para la izquierda y el Pacto Histórico, especialmente en el caso de Bogotá, donde el candidato apoyado por Petro, Gustavo Bolívar, sacó el tercer lugar.
«El resultado era totalmente esperable», afirmó a DW Ariel Ávila, senador del partido Alianza Verde. El político sostuvo que, «ante el cambio de poder que hubo el año pasado en Colombia, las estructuras políticas tradicionales, el establishment, volvió a atrincherarse en las regiones, en sus departamentos o comunas, y barrieron».
«Hay un cansancio político en la gente. Llevamos un año de discusión política y la gente buscó exalcaldes, exgobernadores, gente con experiencia, porque están cansados de la confrontación política», agregó.
Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de ciencia política en la Universidad del Rosario, explicó a DW que «la lógica de las elecciones regionales en Colombia es muy distinta. La gente tiende a votar por personas que conoce, como concejales o alcaldes, especialmente en ciudades pequeñas. Es a veces mucho más importante la militancia y la cercanía, por eso los partidos tradicionales son fuertes».
No obstante, y a pesar de sus diferencias con las presidenciales, los resultados electorales regionales no deberían ser subestimados: «El Gobierno necesita respaldo de las autoridades locales para sacar adelante sus proyectos», subrayó Angelika Rettberg, profesora de ciencia política en la Universidad de los Andes.
«Esto es una advertencia muy temprana de que algo anda mal en la forma en la que el presidente ha organizado sus alianzas y su plan de Gobierno, y la gente que pudo haberlo respaldado en las presidenciales, en esta oportunidad no lo hizo», añadió.
En Colombia, algunos interpretan la derrota en los comicios regionales como un rechazo a la administración de Petro: «No estoy de acuerdo cuando se dice que las elecciones regionales son como una suerte de plebiscito», señaló Jaramillo. Para el experto, la «idea de que el gobierno plebiscita su gobernabilidad es pensar a Colombia desde Bogotá», expresó.
«Eso es un poquito exagerado», concordó Rettberg. «Yo no diría que lo de ayer fue el fin del Gobierno de Petro. Él obviamente tiene la posibilidad de reconstituir sus alianzas, recomponer sus fuerzas en las regiones, incluso en ausencia de gobernaciones o alcaldías específicas», destacó.
«Yo creo que aquí hubo un plebiscito contra el presidente Petro en varias ciudades, como en Bogotá. Eso es innegable. Pero también es cierto que en las regiones hay explicaciones muy diversas», replicó el senador Ávila.
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