INTERNACIONAL

Lectura: 4 minutos
El ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, defendió este sábado en Beirut a los grupos palestinos y libaneses de «resistencia» contra Israel, en particular el libanés chií Hezbolá. Abdolahian ofreció una rueda de prensa en Beirut, a donde llegó el viernes en una visita en el marco de una gira que le llevará también a Siria y Qatar.
«Cualquier medida del régimen sionista [como denomina Irán a Israel] para un ataque a gran escala contra el Líbano significará el fin de [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu», dijo a los periodistas. «Nuestra evaluación es que el régimen sionista nunca podrá luchar en dos frentes», añadió. Antes, una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní le citaba diciendo que «los acontecimientos en Gaza avanzan hacia una solución política, pero Netanyahu todavía ve la solución en la guerra para salvarse».
Abdolahian alabó la «respuesta» de Hezbolá «a los ataques israelíes en el sur del Líbano y el norte de la Palestina ocupada», en alusión a los enfrentamientos desatados en la frontera desde el inicio de la guerra en Gaza y cuyo más reciente episodio ha sido hoy. No obstante, reiteró que los grupos proiraníes activos en Oriente Medio, incluidos los hutíes del Yemen, actúan por iniciativa propia, y desvinculó a su país de los ataques terroristas de Hamás contra Israel del 7 de octubre que desataron la guerra en Gaza.
El ataque de Hamás «ha sido una pura decisión palestina en el marco de su actuación para la liberación (de la ocupación israelí) y de conformidad con el derecho internacional», dijo el jefe de la diplomacia iraní. El titular de Exteriores iraní aseguró que su país «mantiene conversaciones de forma continua» con Arabia Saudí para alcanzar una «solución política» para poner fin a la guerra en Gaza, y enfatizó que «la única solución para la crisis es la política».
Kiryat Shmona parece un pueblo fantasma. Las calles están vacías y hay pocos negocios abiertos. De tanto en tanto, el sonido de explosiones rompe el silencio.
La localidad está cerca de la frontera israelí con el Líbano. Las bases militares de la milicia Hezbolá están a pocos kilómetros de distancia, en territorio libanés.
«Se escucha una alarma y uno tiene cinco segundos para ir al refugio», dice Ariel Frish, director de un colegio religioso para niños que ahora forma parte del equipo de emergencia de la municipalidad.
En tiempos normales, la localidad tenía unos 23.000 habitantes. Poco después de los ataques terroristas cometidos por el grupo radical islamista Hamás, el 7 de octubre, en el sur de Israel, el gobierno israelí ordenó la evacuación de todos los poblados del norte ubicados a menos de 3,5 kilómetros de la frontera.
Desde entonces, por lo menos 50.000 personas han dejado sus hogares en la región fronteriza. Además, el Ejército calcula que hasta 35.000 personas de zonas más al sur se han trasladado hacia el centro de Israel.
No se sabe cuándo esa gente podrá regresar a sus casas. En las últimas semanas se han intensificado los combates en el área, con misiles antitanque y cohetes, al igual que los ataques aéreos israelíes.
En la prensa israelí se discute a diario sobre potenciales indicios de que escale el conflicto con Hezbolá, considerado riesgoso pero difícil de evitar.
Los atentados terroristas del 7 de octubre de Hamás ─considerada una organización terrorista por EE. UU. y la Unión Europea, entre otros─ han reforzado la doctrina militar israelí de que el país nunca debe volver a estar indefenso. «No sé cuándo habrá guerra en el norte. Puedo decirles que la probabilidad de que ocurra en los próximos meses es mucho mayor que en el pasado», declaró el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi, al visitar un ejercicio para tropas de reserva en el norte de Israel.
Frish es uno de los aproximadamente 2.000 residentes que, se estima, permanecen en Kiryat Shmona. Su familia dejó la ciudad. «La gente está dispersa por todo el país», explica. La mayoría se aloja en hoteles, mientras que otros han alquilado viviendas privadas. Los negocios luchan por sobrevivir y los campos circundantes están abandonados.
Otro artículo de interés: Países árabes reclaman estado palestino
