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El encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Benjamín Ziff, fue convocado este lunes a la Cancillería cubana por la «conducta injerencista» de Washington durante las protestas por los apagones y la escasez de alimentos registradas el 17 de marzo en Santiago de Cuba.
El viceministro Carlos Fernández de Cossío «trasladó formalmente» a Ziff «el firme rechazo a la conducta injerencista y los mensajes calumniosos del Gobierno estadounidense y su Embajada en Cuba ante asuntos internos de la realidad cubana», afirmó la Cancillería en un comunicado.
El llamado de atención al diplomático estadounidense ocurre luego de que cientos de personas salieran a protestar en Santiago de Cuba (este) ─la segunda ciudad más importante del país─ al cabo de varios días con cortes de energía de hasta 13 horas diarias y la escasez de alimentos.
Washington aseveró que esas protestas reflejan una «situación desesperada» y consideró «absurda» la acusación de que está por detrás de las manifestaciones, según declaró este lunes el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba había publicado el 17 de marzo por la noche un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) para instar «al Gobierno cubano a que respete los derechos humanos de los manifestantes y atienda las necesidades legítimas del pueblo cubano». Además, dijo que tenía reportes de «protestas pacíficas» en Santiago de Cuba y en la ciudad de Bayamo, en la vecina provincia de Granma y «otros lugares de Cuba».
Fernández de Cossío también señaló a Ziff «la responsabilidad directa» de Washington «ante la difícil situación económica por la que atraviesa Cuba en estos momentos (…), bajo el peso e impacto del bloqueo económico diseñado para destruir la capacidad económica del país», añadió el comunicado. «Si el Gobierno de los Estados Unidos tuviera una preocupación mínima y honesta sobre el bienestar de la población cubana, sacaría a Cuba de la lista arbitraria de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo», agregó el texto.
Estados Unidos mantiene un embargo económico contra la isla desde hace más de seis décadas, reforzado en los últimos años, primero bajo el mandato de Donald Trump (2017-2021) y continuado por su sucesor Joe Biden. Asimismo, Washington volvió a incluir en 2021 a Cuba en su lista negra de patrocinadores del terrorismo, una medida que obstaculiza las transacciones comerciales de la isla e inversiones.
En tanto, y desde principios de marzo de 2024, Cuba enfrentó una nueva racha de cortes de electricidad por los trabajos de mantenimiento que se realizaban a la planta termoeléctrica Antonio Güiteras, la más importante de la isla y ubicada en Matanzas, que este lunes volvió a funcionar. Los cortes de luz se agudizaron por la escasez de combustible, necesario para alimentar las demás termoeléctricas.
En 2022, Cuba experimentó apagones casi cotidianos que provocaron brotes de protesta social. La manifestación del 17 de marzo es la mayor ocurrida desde entonces. El 11 de julio de 2021, miles de personas cubanas salieron en unas 50 localidades al grito de «Libertad» y «tenemos hambre». Cientos de manifestantes fueron condenados hasta con 25 años de cárcel y voces disidentes de artistas e intelectuales optaron por el exilio.
Las autoridades de Cuba informaron el sábado que el país está «afectado completamente» por los apagones, incluida la capital, sin llegar a un corte de energía generalizado.
«La afectación que hay desde ayer a las once y tantos de la noche, prácticamente el país está afectado completamente, incluyendo La Habana con afectaciones importantes», dijo el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, en una entrevista a la televisión estatal.
«Hay regiones que las madrugadas enteras están en apagón y prácticamente todo el día y prácticamente en todo el país», reiteró De la O Levy.
Desde principios de marzo, Cuba enfrenta una nueva racha de cortes por los trabajos de mantenimiento que se realizan a la planta termoeléctrica Antonio Güiteras, la más importante de la isla.
Este fin de semana el problema se agudizó por la escasez de combustible que hay en el país. El energético es necesario para alimentar las demás termoeléctricas que están en funcionamiento.
Las autoridades han prometido que el 18 de marzo la termoeléctrica Antonio Güiteras, ubicada en la provincia de Matanzas a unos 100 kilómetros de la capital, volverá a funcionar plenamente.
Aunque De la O Levy dijo que «la situación va a mejorar» parcialmente, reconoció que las «situaciones van a seguir tensas» por las dificultades financieras de Cuba para adquirir el petróleo en el exterior.
La Habana, de 2,2 millones de habitantes, se había escapado un poco de los apagones que agobian al resto de la isla, pero desde el jueves la energía se interrumpe todos días por lapsos que pueden llegar hasta más de cinco horas.
Los cubanos de otras provincias se quejan de que les quitan la electricidad más de 10 horas al día y que a veces el tiempo que tienen con energía es insuficiente para preparar incluso la comida en sus cocinas eléctricas.
En 2023 la isla se había recuperado de los cotidianos apagones que experimentó casi todo 2022. Lo más crítico ocurrió en octubre de ese año, tras un apagón generalizado la noche del 27 septiembre, cuando el huracán Ian azotó el occidente del país.
El sistema de generación de energía eléctrica de Cuba consta de ocho antiguas termoeléctricas, además de generadores electrógenos y ocho plantas flotantes que el gobierno renta a Turquía, también afectados por falta de diésel para su funcionamiento.
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