INTERNACIONAL

Lectura: 5 minutos
Los nueve acusados son sospechosos de pertenecer a una organización terrorista y de preparar una acción de alta traición. Uno de los acusados también tiene que responder ante la justicia por intento de asesinato.
El juicio de Stuttgart, que comenzó más de una hora más tarde de lo previsto debido a la gran afluencia de público ante el edificio de la Audiencia Territorial, es el primero que se celebrará contra este grupo de presuntos «Reichsbürger» («Ciudadanos del Reich»), movimiento que no reconoce la soberanía de la actual Alemania.
El proceso contra el grupo en torno al presunto cabecilla y líder de la organización, el aristócrata Enrique XIII, príncipe de Reuss, un empresario de 71 años activo en el sector inmobiliario y en la producción de champán, es además uno de los mayores juicios en materia de delitos contra la seguridad del Estado en la historia de la República Federal de Alemania.
El juicio en Stuttgart se centra principalmente en el brazo militar del grupo, que pretendía tomar el poder por la fuerza armada y por el momento hay programadas 48 jornadas hasta enero de 2025.
El propio Reuss, conocido por difundir tesis conspirativas y de carácter antisemita, y cuyo plan era convertirse en el nuevo jefe de Estado tras el golpe, será juzgado a partir del 21 de mayo, en otro proceso en Fráncfort contra los presuntos cabecillas.
El 18 de junio comenzará un tercer procedimiento contra el resto de los 27 sospechosos que tenían planeado tomar el Bundestag (Parlamento) para dar un golpe de Estado. «Mantendremos nuestro enfoque severo hasta haber desvelado y desmantelado por completo las estructuras de «Reichsbürger» armados. Nadie que pertenezca a estos círculos extremistas debe sentirse seguro», declaró hoy la ministra del Interior, Nancy Faeser, con motivo del arranque del juicio.
Según la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, el espionaje interior, a finales de 2022 el entorno de los «Reichsbürger» contaba con unas 23.000 personas en toda Alemania, 2.300 de ellas dispuestas al uso de la violencia.
A los «Reichsbürger» o «Selbstverwalter» («autoadministradores» en castellano), los une el rechazo a la República Federal y a su orden democrático. Según la Oficina de Protección de la Constitución, a este grupo pertenecían en 2021 unas 21.000 personas.
Esta organización no reconoce la existencia de la República Federal de Alemania, que consideran un artificio de los aliados vencedores de la II Guerra Mundial. Algunos se refieren a la existencia continua del Reich alemán dentro de las fronteras de 1871. La base ideológica conspirativa de los Reichsbürger es la extrema derecha. Su elemento unificador son las posturas antisemitas. La narrativa conspirativa más extendida es la del supuesto «Estado profundo», es decir, un presunto gobierno en la sombra que estaría construyendo en secreto estructuras de poder ilegítimas. Los que mueven los hilos serían judíos que supuestamente comandan en secreto una conspiración mundial.
La Oficina de Protección de la Constitución y los allanamientos de la Policía dan fe de la afinidad del movimiento con las armas. En una redada importante a principios de diciembre, la policía tomó medidas contra un grupo militante del Movimiento de Ciudadanos del Reich, que, según las autoridades, estaba planeando un golpe de Estado en Alemania. Desde entonces, se actualizó el debate sobre cómo lidiar con el movimiento. Fue particularmente explosivo que los arrestados incluyeran a un miembro activo de la unidad de élite Bundeswehr, el Comando de Fuerzas Especiales, y un exdiputado del Bundestag por el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania.
Este movimiento creció particularmente en Alemania durante la pandemia del coronavirus. Los «Querdenker» («los que piensan distinto», trad. de la Redacción) consideran que el coronavirus es un «engaño», y que las medidas de protección son una estrategia de represión. Los grupos han ampliado su influenciado mutuamente a la búsqueda de clientela, manifestándose con protestas en las calles y convocando a la desobediencia.
A finales de agosto de 2020, tras una manifestación de unas 40 mil personas, unas 400 irrumpieron en la escalinata del edificio del Reichstag, algunas ondeando la bandera rojinegra del Imperio Alemán.
Desde abril de 2021, la Oficina de Protección de la Constitución vigila a determinadas personas y grupos del movimiento «Querdenker». Entre otras cosas, porque «se pudo observar una influencia significativamente mayor de los actores de extrema derecha», dice el último informe del BfV.
Otro artículo de interés: Detienen a espías chinos en Alemania
