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El Gobierno de Arabia Saudita nombró este domingo a su nuevo embajador en Siria, de acuerdo con información proporcionada por la agencia de noticias oficial SPA. Se trata del primero que envía el reino conservador en más de una década a Damasco, desde que cerró su embajada en marzo de 2012 por la represión del régimen de Bashar al Assad en la guerra civil siria.
El nuevo embajador de Riad es Faisal bin Saud al Muyafal, quien expresó su «reconocimiento y agradecimiento» por la confianza real al nombrarlo como el representante de su país en la República de Siria para que cumpla «los intereses del reino y consolidar los vínculos de las relaciones bilaterales entre los dos países».
Este nombramiento se produce después que Arabia Saudita reabriera su embajada en la capital siria a inicios de este año. Siria, por su parte, hizo lo propio con su legación diplomática en Riad en 2023 y en diciembre nombró a un nuevo embajador, restableciendo de esta forma las relaciones diplomáticas tras 12 años de ruptura.
El restablecimiento de los lazos entre Riad y Damasco marca un avance significativo en la normalización de las relaciones de los estados árabes con Siria, que en mayo de 2023 fue readmitida en la Liga Árabe, compuesta por 22 países, después de más de una década de suspensión por la dura represión del régimen contra las revueltas populares que empezaron en marzo de 2011 y que derivó en un conflicto que ha dejado más de 500.000 muertos y millones de desplazados.
Ese mismo mes Al Assad tomó parte en la cumbre anual de jefes de Estado en Yeda, en el oeste de Arabia Saudita, acto que marcó su regreso a la arena política de Medio Oriente tras un largo periodo de repudio. Sin ir más lejos, hace solo diez días Al Assad se reunió en Manama con el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salman, en los márgenes de una cumbre anual de la Liga Árabe en la que Siria participó por segundo año consecutivo.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, «felicitó el éxito de Siria por recuperar su lugar en la Liga Árabe» y auguró que ayudará a estabilizar la región.
«La resolución de las disputas entre los países musulmanes, así como la convergencia y la sinergía entre ellos, generará resultados favorables para la estabilidad y la paz colectiva», indicó Kananí en un comunicado, este lunes.
El diplomático también llamó a «reducir las interferencias extranjeras en los asuntos regionales», en una aparente alusión a Estados Unidos.
La Liga Árabe levantó ayer la suspensión de la membresía de Siria, en una reunión de emergencia de los ministros de Exteriores en El Cairo.
La decisión implica que el Gobierno sirio es ahora «un miembro como el resto de los países» de la organización y «tiene el derecho a participar en todas las actividades y actos».
El regreso de Siria al organismo, sin embargo, está sujeto al cumplimiento de una hoja de ruta con el objetivo de solucionar «la crisis» desatada tras las protestas contra Al Assad y la consiguiente guerra que azota al país desde 2011, de acuerdo con la resolución final.
Irán es un aliado de Siria y supone una vía clave de abastecimiento de derivados del petróleo y otros enseres a al país árabe, objeto de sanciones internacionales que limitan sus actividades comerciales, y además mantiene una fuerte presencia armada en territorio sirio, donde están presentes asesores iraníes y milicias proiraníes.
El expresidente de Irán, Ebrahim Raisi, realizó una visita oficial a Siria la semana pasada, dias antes del accidente que le costo la vida, en la primera estancia de un mandatario iraní desde que su aliado árabe se sumiera en un conflicto armado hace cerca de doce años.
Durante su visita, Raisí abogó por la «cohesión regional» como vía para alcanzar la «tranquilidad» en Oriente Medio y firmó siete documentos de cooperación con su aliado.
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