Derrumbe electoral de socialdemocracia alemana

INTERNACIONAL

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Canciller alemán, Olaf Scholz / Foto: NATO North Atlantic Treaty Organization

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El presidente francés, Emmanuel Macron, reaccionó a la estrepitosa derrota de su partido en las elecciones europeas, anunciando elecciones anticipadas de la Asamblea Nacional.

También el canciller alemán, Olaf Scholz, tuvo que constatar que los partidos de su coalición de gobierno perdieron claramente en los comicios para elegir Parlamento Europeo. Con un 13,9 por ciento de los votos, la socialdemocracia (SPD) de Olaf Scholz obtuvo su peor resultado en una elección a nivel nacional. Los verdes cayeron a un 11,9 por ciento y los liberales del FDP consiguieron un 5,1 por ciento.

Tres cuartas partes de la ciudadanía alemana están descontentas con el Gobierno. Las encuestas indican desde hace tiempo que la popularidad de los partidos que forman la coalición de gobierno está por los suelos. Pero sus resultados en las elecciones europeas fueron aún peores de lo esperado. Incluso la Alternativa para Alemania (AfD), en parte de extrema derecha, salió mejor parada, con un 16,5 por ciento de los votos.

La clara ganadora es la Unión Cristianodemócrata/ Cristianosocial (CDU/CSU), que consiguió cerca de un 30 por ciento. Su estrategia de plantear los comicios europeos también como una votación nacional, dio resultado.

El jefe de la CDU, Friedrich Merz, y su correligionario Markus Söder, primer ministro bávaro, piden elecciones anticipadas en Alemania. Según Söder, las elecciones europeas fueron un «claro voto de censura» contra el canciller Scholz.

Sin embargo, para la coalición de gobierno, el adelanto de las elecciones no es tema. «No se ha pensado ni por un momento en eso», subrayó este lunes (10.06.24) el portavoz gubernamental Steffen Hebestreit. Las próximas elecciones parlamentarias generales están previstas en Alemania para el otoño de 2025. Y a ese cronograma se atiene el Gobierno.

Eso tal vez obedezca al hecho de que Scholz podría perder su puesto si no gana esos comicios, a diferencia de Macron, que es un presidente elegido por votación directa y no por el Parlamento de su país.

En Alemania no es tan sencillo disolver el Bundestag y convocar elecciones anticipadas. La premisa es que el canciller ya no esté en condiciones de conseguir el respaldo de una mayoría en el Parlamento. En tal caso, Scholz podría pedir al presidente federal convocar nuevos comicios.

Pero ni el SPD, ni los Verdes ni los liberales del FDP pueden tener interés en dar semejante paso. Aparte de perder el Gobierno, muchos parlamentarios tendrían que temer no ser reelegidos.

¿Bastará ese temor para mantener unida una coalición en la que las pugnas internas están a la orden del día? Pese a los llamados a la armonía, no se vislumbra que vayan a superarse las diferencias entre los partidos gobernantes.

De hecho, se perfila una pugna aún mayor. El 3 de julio, el Gobierno presentará su borrador de presupuesto para 2025 y se estima que habrá un millonario desequilibrio entre los ingresos previstos y los gastos proyectados. El ministro de Finanzas y jefe de los liberales, Christian Lindner, se propone conseguir el dinero faltante mediante ahorro en gastos sociales, mientras verdes y socialdemócratas son partidarios de contraer nuevos créditos.

Lindner ya ha advertido que quien quiera atenuar la norma que pone freno al nuevo endeudamiento, anclada en la Constitución, tendrá que buscarse otros aliados para obtener una mayoría. Su partido ha consagrado la disciplina presupuestaria como su credo político y no puede permitirse cambiar de actitud. Antes que eso, los liberales preferirían dejar la coalición.

Eso lo sabe Olaf Scholz, quien quiere mantener a toda costa la alianza. Por eso, respalda abiertamente a Lindner en lo que respecta al freno al endeudamiento, para gran pesar del SPD.

El canciller, en todo caso, no se ha mostrado abatido. Como si nada hubiera pasado, se paseó tranquilamente anoche por la central del SPD y se sacó fotos tranquilamente con sus correligionarios. En la crisis, se evidencia una vez más que Scholz no es alguien que se rinda fácilmente, como lo ha demostrado a lo largo de sus más de 30 años de carrera política.

La estimación de la participación en las elecciones europeas para renovar los 720 escaños de la Eurocámara para la próxima legislatura se sitúa en el 51 por ciento, prácticamente la misma que en los anteriores comicios de 2019, se informó el domingo (09.06.2024).

«Las primeras estimaciones apuntan a una participación en el conjunto de la UE del 51%», informó la Eurocámara en un comunicado.

Históricamente, la participación en las elecciones al Parlamento Europeo disminuyó constantemente desde las primeras elecciones en 1979 (61,99%) hasta 2014, cuando alcanzó un mínimo histórico del 42,6%.

En 2019, las elecciones que dieron inicio al actual periodo legislativo que termina ahora pusieron fin a este declive y mostraron un interés renovado en la política europea, con un aumento significativo de la participación de alrededor del 8%, lo que la situó en una media de 50,66%. En concreto, se registraron subidas en 19 de los 27 Estados miembros.

Los aumentos fueron particularmente pronunciados en los países con una participación electoral históricamente baja, como Eslovaquia, Hungría, Polonia o Rumanía. Pero la participación también aumentó significativamente en otros más grandes con una historia más larga en la Unión, como Alemania y España (14%, hasta 60,73%).

En general, este incremento se interpretó entonces como un nuevo compromiso más amplio con la política europea y un renovado interés en la Unión.

La disminución de la participación electoral ha sido siempre una preocupación importante para la legitimidad del Parlamento Europeo y el sistema político de la Unión en general.

Un aumento de la participación fortalecería la legitimidad del Parlamento Europeo y las decisiones que tomará durante la próxima legislatura de cinco años.

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