ARGENTINA
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El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que el Sector Público Nacional alcanzó un superávit fiscal de $1,1 billones en mayo. Durante los primeros cinco meses del año, se acumuló un excedente primario equivalente al 1% del PBI, y al sumar los intereses de la deuda, representó un 0,4% del Producto.
Se trata de la primera vez desde 2008 que se alcanzan 5 meses consecutivos de superávit financiero, por lo que estos resultados posicionan al Gobierno en camino para cumplir con la meta fiscal del segundo trimestre establecida con el FMI.
El jefe del Palacio de Hacienda comunicó los resultados fiscales de mayo a través de su cuenta de X: «El ancla fiscal se fortalece mes a mes y consolida el proceso de reducción de la inflación», indicó el comunicado oficial.
«Durante los primeros cinco meses del año, el gasto primario ha experimentado una reducción del 31% en términos reales. Los rubros que mostraron las mayores caídas son el Gasto de Capital (-83%), las Transferencias Corrientes Discrecionales a Provincias (-75%) y el Resto de Gasto Corriente (-47%), que incluye otras erogaciones como las transferencias para cubrir el déficit de algunas empresas públicas», explicó el Ministerio de Economía.
«Estos tres componentes explicaron por sí solos un tercio de la disminución real de los gastos primarios durante el período. Los fondos asignados a la Asignación Universal por Hijo se incrementaron un 11,5% en términos reales entre enero y mayo, lo que refleja, junto con la Tarjeta Alimentaria y el programa Primeros 1.000 días, el fortalecimiento de los programas sociales directos dirigidos a la población más vulnerable, sin intermediarios», afirmó el Palacio de Hacienda.
El ministro agregó que «es la primera vez desde 2008 que se alcanzan 5 meses consecutivos de superávit financiero. Este resultado se logró sin haberse aprobado en el período considerado el capítulo fiscal de la Ley de Bases, y reafirma el compromiso del Gobierno con el equilibrio financiero en 2024».
En la planilla de detalle sobre cómo se consiguió el resultado positivo fiscal, el Ministerio de Economía informó que los ingresos totales se cuadruplicaron en relación con el mismo mes del año pasado, desde 2,3 billones a 9,2 billones de pesos. Hubo un peso especial del impuesto a las Ganancias, cuya recaudación escaló 624% desde casi 460.000 millones a 2,1 billones de pesos, un efecto que había ya registrado el informe mensual de AFIP.
Pero también se observaron incrementos significativos en otros ingresos tributarios en términos reales, como los derechos de exportación (445%) y el rubro de «Resto de ingresos tributarios», que aumentó de $144.000 millones en mayo del año pasado a casi un billón de pesos este año.
En la octava revisión del programa, se ajustaron algunos números en el esquema de metas. En términos fiscales, por ejemplo, la exigencia de superávit primario fue considerablemente mayor que en el informe trimestral anterior. Hasta fines de marzo, el Gobierno tenía como meta mostrar un excedente primario de $962.000 millones, pero terminó alcanzando los 3,8 billones de pesos.
Para finales de este mes, según el reporte anterior del personal técnico, se esperaba un superávit primario de $1,9 billones, pero este número se elevó a $4,6 billones. Con los últimos datos disponibles hasta este martes, la Secretaría de Hacienda ya acumulaba un superávit primario de $6,4 billones hasta mayo.
Para el tercer trimestre, que marca la última meta del programa actual con el FMI, el excedente esperado pasó de $2,8 billones a casi $7,7 billones.
Estos datos hicieron que el FMI ajuste a la baja la meta de las cuentas públicas que el Gobierno debe cumplir para mantenerse dentro de los objetivos del programa vigente. Anteriormente, se esperaba un superávit equivalente al 2% del PBI, pero ahora esa meta se redujo a 1,7 puntos.
Según cálculos del FMI, el Gobierno ya ha logrado casi dos tercios de este ajuste, impulsado principalmente por aumentos de los ingresos y recortes significativos en el gasto público. En términos numéricos, el progreso parcial del ajuste se explica por una mayor recaudación de lo anticipado (1,1% del PBI frente al 0,8% inicial) a través del impuesto PAIS y reducciones en subsidios (0,6%) y gastos de capital (0,8%).
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