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La Policía de Australia anunció este viernes que había acusado de espionaje a una pareja casada, ambos con pasaportes rusos, por intentar enviar información delicada a Moscú.
La mujer de 40 años y su esposo de 62 fueron acusados de «preparar un delito de espionaje», afirmó el comisario de la Policía Federal, Reece Kershaw, en una rueda de prensa.
El cargo implica una pena máxima de 15 años de cárcel. El matrimonio fue detenido en su casa en Brisbane el jueves 11 de julio y este viernes deben comparecer ante un juez.
La mujer acusada era una soldado rasa del Ejército australiano y ha trabajado varios años como «técnica de sistemas de información», afirmó Kershaw.
Hizo un viaje «no declarado» a Rusia durante un permiso de larga duración en el Ejército, dijo el policía. Desde ese país, le explicó a su marido cómo acceder a su cuenta militar desde casa.
«Entendemos que su marido habría accedido al material solicitado y se lo habría enviado a su esposa en Rusia», señaló Kershaw.
«Creemos que buscaban esa información con la intención de suministrarla a las autoridades rusas», agregó. Saber «si esa información fue entregada es el foco de nuestra investigación», precisó.
El comisario señaló que la mujer obtuvo la ciudadanía australiana en 2016 y su esposo en 2020.
Australia confirmó su intención de comprar misiles de largo alcance a Estados Unidos como parte del pacto de seguridad AUKUS, poco después de que Washington anunciara que autorizó la venta de hasta 220 misiles cruceros Tomahawk al país oceánico.
«Estamos trabajando con Estados Unidos para tener más capacidad de misiles», dijo el ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, a la cadena de la televisión australiana Nine, al subrayar la necesidad del país de armarse con misiles de «mayor alcance» que sean capaces de «llegar más allá de nuestras costas».
Empero, Marles se negó a dar detalles sobre el número de misiles de largo alcance que adquirirá Australia, a pesar de que el Departamento de Defensa estadounidense anunció la víspera la aprobación de la venta de hasta 220 misiles crucero Tomahawk por un valor de 895 millones de dólares (841 millones de euros).
Para Wahington, la venta propuesta de estos misiles «mejorará la capacidad de Australia para interoperar con las fuerzas marítimas estadounidenses y otras fuerzas aliadas», con el fin de hacer frente «a las amenazas regionales y para reforzar su defensa nacional», según el comunicado del país norteamericano, que hace una alusión velada a China.
Por su lado, el ministro australiano de Industrias de la Defensa, Pat Conroy, declaró hoy a la cadena pública australiana ABC que los misiles Tomahawk, que inicialmente se instalarán en los buques destructores de la Armada australiana de la clase Hobart, servirán para «mantener a raya a cualquier adversario potencial» y «promover la paz y la estabilidad».
Conroy también explicó que estos misiles podrán ser disparados desde los submarinos de propulsión nuclear Virginia, que serán adquiridos a Estados Unidos como parte de un complejo plan de varias etapas que culmina con la construcción en Australia de sumergibles nucleares de diseño británico y tecnología estadounidense.
«La clase Virginia viene equipada para disparar torpedos pesados y misiles de crucero Tomahawk. Queremos la mejor capacidad posible para las Fuerzas de Defensa Australianas, lo que incluye la posibilidad de atacar a los adversarios lo más lejos posible de la costa australiana», precisó Conroy.
El pacto AUKUS, suscrito por Australia, Estados Unidos y Reino Unido en septiembre de 2021, tiene como pilar la compra de submarinos de propulsión nuclear por parte de Australia, un programa que se calcula representa para Camberra un valor final de entre 268.000 millones y 368.000 millones de dólares australianos (entre 179.147 millones y 246.854 millones de dólares estadounidenses).
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