OPINIÓN

Por Norberto Zingoni*, escritor, abogado, exjuez, corresponsal de LaCity.com.ar en Europa.
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El presidente Sánchez, acorralado por la corrupción no tiene más alternativa que llamar a elecciones anticipadas, el líder opositor Feijóo no llega, ni a la gente ni a los votos necesarios para ganar una elección general, Vox ha roto todos los puentes con el Partido Popular renunciando a los gobiernos provinciales que compartían con el PP, Se Acabó la Fiesta, un partido nuevo quiere meter preso a Sánchez y a todo el socialismo. En fin, pobre España con estos dirigentes.
Y en ese caos pescan los separatistas vascos y catalanes, la ex-ETA, rebautizada Bildu y los comunistas agarrados al gobierno como garrapatas. Los procesados condenados expresidentes de la comunidad de Andalucía han sido indultados por un Tribunal Constitucional modelado a gusto de Sánchez con la ingenua colaboración del Partido Popular. Si a eso le sumamos que Von der Leyen necesita los votos de ambos partidos mayoritarios españoles (PP y PSOE) para ser reelegida como presidente de la Unión Europea, España no tiene ningún cambio a la vista. Como suelen decir por aquí apaga y salgamos que ya no hay nada que hacer.
La esperanza de una unión PP-VOX que desalojara a los socialistas del gobierno se fue difuminando y ya no queda nada.
Este desconcierto circula por toda Europa. Y ha contagiado de descrédito a toda la clase dirigente. El ocaso del Estado de Bienestar y una torpe política inmigratoria han golpeado fuerte. Dinamarca fue durante años uno de los modelos a seguir. Combinaba muy bien desarrollo con justicia social. Y fronteras abiertas. Hoy: «Dinamarca, uno de los países más ricos de Europa, con un extenso Estado de bienestar, es también punta de lanza en la Unión Europea de las políticas restrictivas hacia la inmigración» (El País, España, 2/6/2024).
En Inglaterra triunfa el socialismo que quiere estatizar los ferrocarriles y agrandar el estado. En otros países aumenta el sentimiento antiburocracia de Bruselas. En especial por sus normas para el agro dictadas por teóricos funcionarios que desconocen cómo se cría un ternero. Las quejas de los ganaderos y agricultores son unánimes.
¿No habrá llegado la hora de replantear la Unión Europea? Tuvo un papel magnífico desde su creación con los tratados de carbón y el acero de 1951 y el tratado de Roma de 1957. Desde entonces la UE no ha dejado de ser exitosa. Pero hoy, muy por el contrario, el ciudadano europeo siente, y con razón, que los burócratas de la UE están cada vez más lejos de sus necesidades.
Naciones Unidas (1945), (OEA), Organización de los Estados Americanos (1948) y todos los organismos que los componen son creados luego de la Segunda Guerra Mundial. Son consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. De una geopolítica y un orden mundial que ya no existen. El Brexit mostró, más allá de si fue bien o mal convocado, una realidad: a la mayoría de los ciudadanos ingleses no les importaba salir de la UE. Algo impensable años atrás. Y, distintos líderes políticos hacen saber que sus agrupaciones cuestionan duramente al gobierno de la UE. Meloni en Italia, Orbán en Hungría, Chega en Portugal, VOX en España y muchos otros cuestionan a la burocracia que se ha enquistado en Bruselas.
«Yo soy yo y mi circunstancia y no la salvo a ella no me salvo yo» (Ortega y Gasset). España y su circunstancia (Europa) se salvan juntas o malos vientos vendrán.
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