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La actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, debutó el martes con su nuevo compañero de fórmula en la Casa Blanca, Tim Walz, quien lanzó una dura reprimenda a su rival republicano Donald Trump, cuestionando su compromiso con el país y criticando su historial en el cargo.

Horas después de ser anunciado como candidato demócrata, el gobernador de Minnesota subió al escenario con Harris en el crucial estado clave de Pensilvania, y señaló su intención de presionar agresivamente contra Trump.

«Donald Trump ve el mundo de manera diferente. No sabe nada sobre el servicio porque está demasiado ocupado sirviéndose a sí mismo», dijo Walz a una multitud de alrededor de 10.000 seguidores que lo vitoreaban en Filadelfia.

Acusó a Trump de debilitar deliberadamente la economía para sus propios fines, burlarse de la ley y el orden y sembrar «caos y división».

«Él llevó nuestra economía a la ruina, y no nos equivoquemos: el crimen violento aumentó durante el gobierno de Donald Trump. Eso sin contar los crímenes que él cometió», agregó Walz, ganándose carcajadas y aplausos.

A menos de tres meses del día de las elecciones, la mayoría de los estadounidenses no saben quién es Walz, y él les dio a los votantes una visión de su historia personal, describiendo su servicio militar, sus experiencias como maestro de escuela pública y su historial en política.

Habló de su crianza en la pequeña ciudad de Butte, Nebraska, donde trabajaba en la granja familiar y donde la comunidad era una «forma de vida» con vecinos luchando juntos «por el bien común».

Harris, de 59 años, describió a Walz como «un líder que ayudará a unir a nuestra nación y hacernos avanzar, un luchador por la clase media, un patriota que cree, como yo, en la extraordinaria promesa de Estados Unidos».

Harris, ex fiscal general de California, ha tratado de establecer un contraste entre su pasado como fiscal y el historial criminal de Trump, que se extiende a 34 delitos graves, con más de una docena de cargos pendientes.

Pero le dijo a la multitud: «Esta campaña ─nuestra campaña─ no es solo una lucha contra Donald Trump. Nuestra campaña ─esta campaña─ es una lucha por el futuro».

El papel de Walz como el principal animador de Harris también comenzó a cobrar protagonismo cuando elogió su trabajo y su carrera.

«Se enfrentó a los depredadores y estafadores, derribó a las bandas transnacionales, se enfrentó a los poderosos intereses corporativos», dijo Walz.

«Y nunca dudó en tender puentes si eso significaba mejorar la vida de las personas… Y lo hace todo con un sentido de alegría».

El reciente éxito viral de Walz al destilar las líneas de ataque de los demócratas contra los republicanos fue al caracterizarlo con una sola palabra: «raro». Esto lo impulsó a subir en la lista de candidatos de Harris, y recibió ovaciones por repetirla en Filadelfia.

El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, que formó parte de la cartelera preliminar en Filadelfia y habló elogiosamente de Walz, había sido uno de los favoritos, pero se dijo que Walz, de 60 años, conectó más profundamente con Harris durante las entrevistas.

La primera aparición conjunta de la vicepresidenta con su nuevo compañero de fórmula se produce antes de la convención del Partido Demócrata en Chicago, que comienza el 19 de agosto.

El lanzamiento de su candidatura en Pensilvania no fue casual.

El estado es un campo de batalla clave y parte del «muro azul», junto con Michigan y Wisconsin, que impulsó al presidente Joe Biden a la victoria en 2020.

El ruidoso mitin proporcionó un llamativo recordatorio de lo diferente que se veía la carrera hace apenas un mes, antes de que Biden, de 81 años, cediera ante las crecientes preocupaciones sobre su edad y abandonara la carrera, apoyando a Harris.

Desde entonces, ha borrado los récords de recaudación de fondos en su camino a borrar la ventaja de Trump en las encuestas sobre Biden.

Filadelfia fue el comienzo de una gira de varios días para Harris y Walz por los estados clave donde es probable que se decida la carrera, pasando por Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada.

Los republicanos están luchando por crear una narrativa en torno a Walz como un «extremista peligrosamente liberal», mientras que el candidato a vicepresidente de Trump, J.D. Vance, sugirió que Harris, que está casada con un hombre judío, pasó por alto a Shapiro debido al antisemitismo.

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