Crisis del partido justicialista, opina Norberto Zingoni

OPINIÓN

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PJ en llamas (adaptación) / Foto: openclipart.org

Por Norberto Zingoni*, escritor, abogado, exjuez, corresponsal de LaCity.com.ar en Europa.

Lectura: 3 minutos

Ha renunciado Alberto Fernández a la presidencia del Partido Justicialista. Pero lo que no se dice es que parece que hace unos días hubo una reunión previa para expulsarlo o desafiliarlo del justicialismo por inconducta manifiesta. Lo cierto es que uno, conociendo de tantos años al justicialismo, imagina esa escena:

Lugar: sede del partido en la calle Matheu de la Capital Federal (sede, dicho sea de paso, que compró, remodeló y acondicionó mi amigo dirigente del sindicato de Taxis, Roberto García con anuencia del presidente Carlos Menem. Con mucha ilusión, hace ya muchos años. Pobre); Presentes: dirigentes actuales, gobernadores, intendentes y demás beneficiarios del sello PJ; Tema: reunión del Tribunal de Disciplina del partido para tratar la expulsión y/o desafiliación del presidente del partido Alberto Fernández por inconducta manifiesta según la Carta Orgánica; Presidente: Se debe elegir primero quién preside una reunión tan importante. Uno de los compañeros propone que presida la reunión del Tribunal de Disciplina la expresidenta Cristina Kirchner pero quién está a su lado le recuerda que está condenada a seis años de prisión y con otra causa abierta, lo que la inhabilita según la Carta Orgánica. «El Tribunal de Disciplina no puede ser presidido ni integrado por aquel afiliado que este condenado o procesado», dice la Carta Orgánica.

Otro propone a Guillermo Moreno. Lo mismo, condenado a tres años de prisión por falsear datos del Indec.

Amado Boudou, grita uno del fondo; sentencia firme a 5 años de prisión. Y ya, un poco cansados, se siguen proponiendo nombres para presidir la reunión: Felisa Micelli, Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Julio De Vido, Guillermo «bolsos» López. Todos con condena o procesos abiertos. Que sea un intendente, sugiere un gordito con camiseta de «la Cámpora» con la efigie del Che Guevara. Tira el nombre de Fernando Espinoza. Abuso sexual. Procesado. Imposible. Una pena.

Tiene que ser un hombre del interior, un gobernador, apunta otro y propone a José Alperovich; negativo, preso, condenado a 16 años de prisión por violación.

Entonces que presida Sergio Uribarri, exgobernador de Entre Rios, insiste el mismo provinciano. Está condenado a ocho años de cárcel, le murmura el de al lado. Tiene que ser una mujer por el cupo, grita una compañera del fondo y propone a Milagro Sala;
condena firme a 13 años de prisión, le recuerda un jujeño. Queremos un hombre de los movimientos sociales plantea uno con la cara de Gabrois en la camiseta; y larga el nombre de Luis D’elía. Está condenado a tres años por la toma de una comisaría, le masculla con mal modo el vecino.

Y, así, luego de varias horas y casi sin decir palabra fueron saliendo uno en uno, aquel día en que (los tribunales) habían confirmado, hasta su renuncia, a Alberto Fernández como presidente del Partido Justicialista de la República Argentina, quién, desde el balcón de su departamento de puerto Madero solo atinó a decir: renuncio a los honores, pero no a la lucha.

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