ARGENTINA

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El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, fue este martes a la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, a donde fue citado por la oposición para que explique el cierre del Ministerio de la Mujer.
Si bien en un primer momento dichas competencias iban a recaer en el Ministerio de Capital Humano, unos días antes de la asunción de Javier Milei se decidió que se iban a eliminar todas las funciones del Ministerio de la Mujer con la excepción de la atención a víctimas de violencia doméstica, por lo que éste fue transferido a Justicia, que es el área de competencia.
De esta manera, Cúneo lideró el cierre del Ministerio, primero convirtiéndolo en una Subsecretaría, luego en una Dirección y finalmente, este último mes, cerrándolo completamente y despidiendo a todo su personal militante. Lo único que quedó de dicha área es la Línea 144 que otorga asistencia a las víctimas de violencia doméstica, laboral o sexual.
Su llegada a la Comisión causó controversia al posicionarse fuerte y sin tapujos contra la ideología de género y las teorías marxistas sobre la identidad sexual. «Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología», sostuvo el ministro de Justicia de Javier Milei.
«Se acabó sólo el género. Nosotros vamos por otros valores. Nosotros vamos por la familia. La familia es el centro de la sociedad y la educación», remarcó Cúneo Libarona.
Y enumeró: «El amor, la unión, el trabajo, el estudio, la solidaridad, la igualdad ante la ley, la igualdad de trato, promover los símbolos patrióticos, respetar y honrar a nuestros próceres».
Si bien fue aplaudido por los diputados oficialistas, su discurso generó un ataque de locura en los diputados del Frente de Izquierda. Entre ellos, la troskista Vanina Biasi comenzó a los gritos para insultar al ministro de la Nación.
Cúneo Libarona se alejó un instante del micrófono pero se lo escuchó proseguir. «Son inventos subjetivos… boludo, esto está textual de un discurso de Milei», dijo Cúneo Libarona. «Esto está en la Constitución, la biblia, el Corán, la ciencia, la naturaleza del ser humano», enumeró otra vez.
«Son posturas. Rechazamos muchas cuestiones y nos paramos en la igualdad. Acá hay que castigar la violencia sin género», agregó.
El plan de la oposición, que consistía en arrinconar a Cúneo Libarona y hacerlo «pisar el palito», falló estrepitosamente. El ministro defendió la línea de Milei de manera categórica y fue la izquierda la que quedó desencajada.
En las últimas horas, la dirigente política pobrista Mayra Arena estuvo en el foco de la tormenta por fomentar la corrupción siempre y cuando sea un motor para que exista y se siga haciendo obra pública.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, no tardó en expresarse al respecto en su habitual conferencia de prensa: «No existe la corrupción buena o mala; no existe la violencia buena o mala; no existen homicidios buenos o malos, el delito es delito y quienes lo perpetran deben estar presos. Y aquellos que decidan hacer la vista gorda serán cómplices de haber convertido a uno de los países más ricos del mundo en una gran villa miseria».
El pasado sábado, Mayra Arena, consultora política y militante peronista, generó controversia con sus declaraciones en un programa de streaming. Durante su intervención en Blender, Arena defendió la corrupción en la obra pública, calificándola como «una de las más transformadoras». Según Arena, esta forma de corrupción es preferible porque estimula a los gobiernos a crear y ejecutar nuevos proyectos de obra pública.
Arena criticó la corrupción que tuvo lugar durante la presidencia de Alberto Fernández, a la que describió como «de las más inútiles e inservibles», refiriéndose a ella como «leguleya o de tramiterío». Según Arena, este tipo de corrupción, que incluye manejos en seguros y leyes, no deja beneficios tangibles para el país. En contraste, argumentó que la corrupción en la obra pública, aunque implica desvíos de fondos, «aceita y estimula» proyectos que benefician a la sociedad, promoviendo la idea del «roban pero hacen». Arena concluyó que este tipo de corrupción, a su juicio, es menos perjudicial porque al menos deja al país «un poquito más equipado».
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