China y Estados Unidos analizan temas de comercio

INTERNACIONAL

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Secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen / Foto: U.S. Embassy & Consulates in Brazil

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Delegaciones de altos funcionarios de China y Estados Unidos mantuvieron en los últimos dos días reuniones en Pekín en el marco de la quinta reunión bilateral para trabajo económico, informó este viernes (20.09.2024) la agencia oficial de noticias Xinhua.

El vice primer ministro chino encargado de asuntos económicos y comerciales, He Lifeng, se reunió este viernes con el equipo estadounidense, liderado por el subsecretario de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro, Jay Shambaugh.

En un breve despacho, Xinhua indica que He pidió reforzar la coordinación en materia de política macroeconómica, afrontar las preocupaciones de ambas partes bajo el prisma de la igualdad y el respeto mutuo o «promover el desarrollo firme y sostenido» de los lazos entre las dos mayores economías mundiales.

Asimismo, el vice primer ministro chino aludió a la necesidad de mantener los canales de comunicación y reclamó «implementar los importantes consensos» que alcanzaron los presidentes de ambos países, Xi Jinping y Joe Biden, durante la cumbre que celebraron en San Francisco en noviembre de 2023 y la llamada telefónica que mantuvieron en abril de 2024.

Por su parte, según el comunicado del Departamento del Tesoro, los funcionarios estadounidenses plantearon asuntos como las «señales de un creciente exceso de capacidad en determinados sectores» de la economía china o las «políticas y prácticas contrarias al mercado» de Pekín y su impacto sobre compañías y trabajadores del país norteamericano.

Asimismo, los emisarios de Washington hablaron también del «apoyo prestado por empresas chinas a la guerra rusa en Ucrania». Las reuniones concluyeron con exposiciones sobre los puntos de vista de ambas potencias acerca de asuntos como perspectivas macroeconómicas o problemas de deuda y financiación en economías emergentes y en desarrollo, apunta el documento.

Por su parte, el comunicado chino de la reunión con He no hace mención a ninguno de estos asuntos y simplemente apunta que Shambaugh mostró la disposición de su país a mantener la comunicación con China y a desarrollar unos lazos económicos «sanos».

El pasado mes de agosto, representantes estadounidenses se trasladaron a la megalópolis oriental china de Shanghái para mantener la quinta reunión del otro grupo de trabajo creado en 2023 entre los dos países, dedicado a asuntos financieros.

Ambos mecanismos están supervisados por el vice primer ministro He y por la secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen, quien visitó el país asiático en abril de 2024.

Cuando el año pasado la tasa de desempleo juvenil de China alcanzó un nivel récord del 21,3 por ciento, Pekín hizo lo que suelen hacer los gobiernos autoritarios cuando surgen verdades desagradables: dejó de publicar los datos. La Oficina Nacional de Estadística de China excluyó a los estudiantes de los datos y ¡bingo! en diciembre, el desempleo juvenil había descendido casi un tercio.

Manipular los datos, como sospechan muchos observadores de China, no hace desaparecer el problema. En julio, tras varios meses de pequeños descensos, la cifra del paro juvenil volvió a aumentar bruscamente: en un tercio, hasta alcanzar el 17,1 por ciento.

Jiayu Li, residente en Singapur y asociada de la empresa de asesoramiento sobre políticas públicas Global Counsel, explica a DW que ya los datos anteriores excluían a millones de trabajadores rurales, que, según ella, «se enfrentan a mayores dificultades para conseguir un empleo a tiempo completo» que los de los centros urbanos.

«Las cifras oficiales no reflejan fielmente la verdadera situación sobre el terreno. Incluso tras cuestionables revisiones metodológicas, las cifras siguen aumentando, lo que pone de relieve la gravedad del problema», afirmó Li.

Aunque puede que la economía china ya no se expanda a un ritmo anual de dos dígitos, como lo hacía a principios de la década de 2000, el titán asiático aún prevé crecer un 5 por ciento este año, una cifra con la que la mayoría de los países occidentales sólo pueden soñar. Entonces, ¿por qué China no es capaz de crear suficientes puestos de trabajo para los aproximadamente 12 millones de licenciados y millones más de jóvenes que abandonan los estudios y se incorporan a la población activa cada año?

La culpa la tienen los problemas estructurales, el COVID-19, la lenta recuperación tras la pandemia y las tensiones comerciales con Occidente. Pero igual de paralizante para el crecimiento económico, así como para las perspectivas de empleo de muchos jóvenes, fue la ofensiva de largo alcance del presidente Xi Jinping contra los sectores tecnológico, inmobiliario y de la educación privada en 2020/21.

Los gigantes tecnológicos chinos, cuyo cuasi monopolio era el objetivo de las reformas de Xi, perdieron más de un billón de dólares en valor de mercado. El sector inmobiliario se hundió, llevándose consigo los ahorros de decenas de millones de personas. El floreciente sector educativo-tecnológico chino, que ofrecía clases particulares a unos 75 millones de estudiantes, quedó diezmado. Inevitablemente, se produjeron despidos masivos y muchos de los afectados eran trabajadores jóvenes.

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