OPINIÓN

*Escribe Mariana Gonzalez, especialista en Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA. MBA, ITBA.
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Tenemos que acostumbrarnos a que la Inteligencia Artificial sea la herramienta de prodigios tecnológicos que vayan cambiando a la sociedad, a sus costumbres, a sus paradigma y que vaya respondiendo a nuestros deseos y necesidades, pero, en una forma virtual.
El muy común anhelo de visitar Roma, el Vaticano y ver la Capilla Sixtina entre otras cosas, se convierte en realidad sin viajar, sentados en la cocina de nuestras casas o donde deseemos estar sentados.
La vamos a ver con mucho mayor detalle, mayor inclusive, que lo que nuestra vista lograría estando en el sitio. Mirando como si estuviéramos a centímetros del fresco. Sin formar parte de la marea humana que normalmente pulula por ese sitio consagrado. Pero, sin la energía que quedó de Miguel Ángel desde 500 años atrás.
Iconem, una startup que se especializa en la digitalización de sitios de patrimonio cultural en 3D, y Microsoft, empresa líder en tecnología computacional, junto al Vaticano emprendieron el proyecto de crear un gemelo digital de la Basílica de San Pedro.
La Basílica de San Pedro es una de las iglesias más conocidas y visitadas del mundo, con una arquitectura de estilos renacentista y barroco, cuyos diseñadores Miguel Ángel, Bramante, Bernini están entre los más grandes arquitectos de la historia.
Iconem tomó más de 400.000 imágenes de alta resolución utilizando técnicas avanzadas de fotogrametría utilizando drones, cámaras y láseres. Microsoft Azure procesó y almacenó el enorme volumen de imágenes, más de 22 petabytes (1 petabyte equivale a 1 000 000 000 000 000 bytes).
La inteligencia artificial fue proporcionada por Microsoft, para analizar la enorme cantidad de datos fotogramétricos, con una precisión milimétrica, detectando, inclusive, deficiencias estructurales como grietas y pérdida de piezas en los mosaicos.
El proyecto titulado «La Basílica de San Pedro AI-Enhanced Experience» duró más de dos años y medio, un enorme puzle que permitirá a amantes del arte y la historia, a fieles y a turistas en general (reales o virtuales) conocer esta obra maestra a la misma distancia de Miguel Ángel pintando el Juicio Final en el techo del Capilla Sixtina.
Según Brad Smith, presidente de Microsoft «Ninguna generación ha podido hasta ahora observar así la basílica, desde las tumbas, su subsuelo, hasta la cúpula y comprender su importancia y además ofrecerlo a todo el mundo a través de la página web. Es un proyecto que vivirá para siempre».
«Es como una investigación de 2.000 años de historia a través de un monumento único» aseguró Yves Ubelmann, Fundador y CEO de Iconem.
*Mariana Gonzalez
Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA
MBA ITBA
Empresaria en Argentina y Uruguay en empresas de tecnología.
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