ARGENTINA

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El Gobierno argentino lanzó una licitación nacional e internacional para concesionar el dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay por los próximos 30 años.

Esta vía estratégica, que maneja el 80% del comercio exterior del país, busca ser modernizada y gestionada por operadores privados, reduciendo el gasto estatal.

En un anuncio realizado con la presencia de los principales representantes del sector privado y productivo, el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, adelantó que los pliegos contemplan una fuerte modernización de la gestión de la vía fluvial, por la que circula cerca del 80% del comercio exterior argentino.

Sin embargo, la exclusión de empresas estatales extranjeras, como las chinas, genera un impacto geopolítico significativo.

En el artículo 16° de la resolución que regula la licitación, se establece que quedan excluidas las personas jurídicas controladas por estados soberanos. Esto deja fuera a Shanghai Dredging Co., filial de China Communications Construction Company (CCCC), una corporación estatal clave para los intereses estratégicos de Pekín.

La CCCC tiene un historial de proyectos vinculados a objetivos geopolíticos y militares de China, como la construcción de islas artificiales en el Mar Meridional, generando tensiones en Asia y preocupaciones ambientales.

La decisión de excluir a empresas chinas busca limitar la influencia de Pekín en América Latina y mantener el control de la Hidrovía fuera de intereses geopolíticos extranjeros.

Las principales contendientes para esta licitación son empresas europeas, con amplia experiencia en obras de dragado:

Jan de Nul (actual operadora).

Boskalis (Holanda).

DEME Group (Bélgica).

Estas firmas cuentan con un historial sólido en proyectos internacionales, lo que las posiciona como favoritas para asegurar el manejo de la Hidrovía.

Duración: Contrato de 30 años.

Modernización: Plan de infraestructura con profundización del canal a 39 pies, radares y seguimiento satelital para combatir el narcotráfico y mejorar la seguridad.

Competitividad: Las mejoras buscan optimizar la logística argentina frente a países vecinos como Brasil y Uruguay.

Apesar de excluir a empresas chinas en esta licitación, el gobierno de Javier Milei mantiene un enfoque pragmático hacia Pekín, dada la necesidad de sostener el swap chino de 5.000 millones de dólares, clave para las reservas del Banco Central.

En paralelo, Argentina enfrenta presiones de China para avanzar en proyectos estratégicos como las represas de Santa Cruz y la explotación de litio y cobre. Esto refleja un delicado equilibrio entre mantener relaciones con socios tradicionales como Estados Unidos y gestionar la creciente influencia china en la región.

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