OPINIÓN

*Escribe Mariana Gonzalez, especialista en Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA. MBA, ITBA.
Lectura: 3 minutos
Tuvalu, es un país insular de Oceanía a mitad de camino entre Australia y Hawái. Es el segundo más pequeño después del Vaticano y el país con menos población de los miembros de las Naciones Unidas con aproximadamente 12.000 habitantes. Su capital es Funafuti.
Sus cuatro arrecifes de coral y cinco atolones están regidos, desde 1978 que se independizaron del Reino Unido y pasaron a formar parte del Commonwealth, por un gobernador general.
Este paradisíaco país, está muy amenazado por la suba del nivel de las aguas del Océano Pacífico debido al calentamiento global, que incide mucho más que en otras islas porque ésta está a 1 msnm (metro sobre el nivel del mar) y su punto más elevado a 5 msnm.
Durante las mareas altas acompañadas de tormentas, el país queda sumergido. Su suelo ya no es apto para cultivos por su salinidad y la única agua dulce con la que cuenta es la que recogen de la lluvia.
Las previsiones dicen que en las próximas décadas Tuvalu va a desaparecer. El gobierno intenta preservar su soberanía, su cultura, sus derechos sobre su área pesquera, su marco legal y la unidad de sus ciudadanos, convirtiendo a Tuvalu en el primer país virtual.
El proyecto comenzó en 2022, ya se realizó un escaneo tridimensional de las 124 islas del país. Este año se comenzó a escanear la capital con la utilización de drones. Todas esas imágenes van a conformar una réplica digital a visitar en el metaverso.
Se va a implementar una identificación digital, basada en tecnología blockchain, para todos los ciudadanos en el exterior que hayan migrado al país que sea.
Van a modificar su constitución para incorporar una nueva definición de estado. En septiembre de este año, el Parlamento de Tuvalu aprobó por unanimidad una enmienda para consagrar su condición de Estado a perpetuidad, que ahora pide a otras naciones que reconozcan formalmente.
Tuvalu espera que este doble virtual en el metaverso, le permita conservar su soberanía política en el escenario internacional.
Pero, en el escenario de naciones, eso va a provocar serias oposiciones ya que la caracterización de un país exige un territorio claramente definido, y una población estable además de un gobierno.
Simon Kofe, ministro de relaciones exteriores de Tuvalu, declaró «Nuestra tierra, nuestro océano, nuestra cultura son los bienes más preciados de nuestra gente, y para mantenerlos a salvo de todo daño, sin importar lo que suceda en el mundo físico, los trasladaremos a la nube».
Y culminó «Sin una conciencia global y sin un compromiso global con nuestro bienestar compartido podemos acabar encontrándonos con que el resto del mundo se une a nosotros en el metaverso mientras sus territorios desaparecen».
Es posible que estemos frente a nuevos diseños de naciones, nuevos conceptos de nacionalidad, y nuevos esquemas jurídicos internacionales, provocados por el desapego a cuidar nuestro planeta y resueltos con el apoyo de la tecnología.
*Mariana Gonzalez
Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA
MBA ITBA
Empresaria en Argentina y Uruguay en empresas de tecnología.
Otro artículo escrito por Mariana Gonzalez: 1,1 millones de dólares
