INTERNACIONAL

Lectura: 5 minutos
Las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno de transición de Siria lanzaron este jueves (26.12.2024) una operación en la provincia de Tartus para perseguir a «milicias» afines al depuesto dictador Bashar al Asad, informó la agencia oficial Sana, después de los mortales enfrentamientos ocurridos el miércoles en una zona donde la rama del islam a la que pertenece el depuesto mandatario es mayoritaria.
La operación permitió «neutralizar» a miembros de estas «milicias», indicó Sana. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó «detenciones» vinculadas a los enfrentamientos del miércoles en Jirbat al Maaza ─donde murieron catorce soldados del actual gobierno─ y manifestaciones alauitas, rama del islam a la que pertenece Al Asad.
Además, se anunció el envío de refuerzos a la zona. «El Mando de Operaciones Militares envía más refuerzos militares a la costa siria», dijo la organización que amalgama a los diversos grupos que derrocaron al régimen de Al Asad en un escueto mensaje en Telegram, sin dar a conocer más detalles del despliegue, que se suma a los ya enviados en las últimas horas a Latakia y Tartus.
El Mando de Operaciones es una fuerza compuesta por facciones sunitas, capitaneadas por el Organismo de Liberación del Levante (HTS, en árabe), y respaldada por Turquía, que el pasado día 8 derrocó a Al Asad en una ofensiva relámpago, que acabó con un régimen que se sostenía en parte gracias al apoyo de Rusia, Irán y de varias milicias proiraníes que operan en la región, como Hezbolá.
Varios medios y organizaciones, incluido el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, han asegurado en los últimos días que numerosos exmilitares del depuesto régimen ─cuyos mandos provenían desproporcionadamente de la minoría alauita─ se refugiaron en zonas montañosas y aldeas tras la huida de Al Asad a Rusia.
El Observatorio aseguró este jueves que en la aldea de Jirbat al Maaza «hay muchos seguidores de (el exgeneral) Suhail al Hasan», que lideraba una fuerza de élite de Al Asad denominada «Tigre», y es uno de los más buscados por las nuevas autoridades sirias. «También hay muchos combatientes de (el también exgeneral) Mohamed Hanjo Hasan, responsable del asesinato de muchos presos», agregó la ONG.
Las nuevas autoridades de Siria anunciaron este martes (24.12.2024) que llegaron a un acuerdo con «todos los grupos armados» para su disolución y su integración bajo el mando del Ministerio de Defensa. El pacto se alcanzó durante una reunión entre los líderes de las distintas facciones armadas y el nuevo líder sirio, Ahmed al Sharaa, de acuerdo con la agencia estatal SANA.
Al Sharaa, quien gobierna de facto el país tras la caída del régimen de Bashar al Asad, había indicado el domingo que no permitiría «en absoluto» que las «armas escapen al control del Estado». Durante una rueda de prensa, dijo que esta decisión se aplicaría también a las «facciones presentes en la zona de las Fuerzas Democráticas Sirias» dominadas por los kurdos.
Las fotos publicadas por SANA y la cuenta de Telegram de las autoridades muestran a Al Sharaa rodeado de los jefes de varias facciones armadas, aunque no están presentes los representantes de las fuerzas dirigidas por los kurdos en el noreste del país. Las unidades kurdas combaten en estos momentos paralelamente a remanentes del Estado Islámico y a milicias apoyadas por Turquía.
Una alianza de grupos rebeldes, liderada por los islamistas Hayat Tahrir al Sham (HTS), tomó el poder en Damasco el 8 de diciembre tras una fulgurante ofensiva. Su llegada a la capital puso fin a más de dos décadas de poder de Al Asad, quien gobernó el país con puño de hierro. Al Sharaa, cuyo antiguo nombre de guerra era Abu Mohamed Al Jolani, era el jefe militar de HTS.
El actual líder del grupo islamista, Murhaf Abu Qasra, afirmó la semana pasada a AFP que «la próxima etapa» iba a ser la disolución de las facciones armadas para incluirlas en una futura institución militar. El representante militar afirmó que el nuevo poder buscará expandir su autoridad en las zonas del noreste del país controladas por una administración semiautónoma kurda.
Siria fue escenario de una guerra que empezó en 2011 y dejó más de medio millón de muertos. El conflicto fragmentó el territorio en zonas de influencia controladas por distintos beligerantes respaldados por potencias regionales e internacionales.
Otro artículo de interés: Caída del dictador sirio
