Humanoides, escribe Mariana Gonzalez

OPINIÓN

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Foto: CyberFlora from deviantart.com

*Escribe Mariana Gonzalez, especialista en Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA. MBA, ITBA.

Lectura: 5 minutos

La CES (Show de electrónica para consumidores, por su sigla en inglés), desde 1967, es el evento tecnológico más importante del mundo, «el campo de pruebas para tecnologías revolucionarias e innovadores globales», «…donde las mentes más brillantes de la industria suben al escenario para revelar sus últimos lanzamientos y sus avances más audaces».

Se muestran las novedades tecnológicas, muchas de ellas futuros éxitos entre los consumidores en el año que se inicia. Entre los miles de «gadgets» (sin traducción exacta al castellano, significa, aparato, dispositivo, artefacto, la mayoría de las veces inútil pero «imprescindible» a la hora de mostrar tener la última novedad tecnológica) aparecen productos que cuando los conocemos lo hacemos con una franca sonrisa, que se va helando hasta que nos preguntamos: ¿Cuál es el límite?

Realbotix Corp. presentó, en ese evento, robots humanoides, con inteligencia artificial incorporada, que permiten interacciones sociales y conexiones íntimas con los humanos. Son cuerpos completos de tamaño real y total apariencia humana, que actúan, juegan, aprenden, conversan, se conectan como personas. Son modulares y personalizables, por lo que, el que lo compra decide cómo quiere que sea la «persona» que está comprando. Como dice la empresa trasciende la barrera entre el hombre y la máquina.

En la CES, esa empresa, presentó a Melody, su robot humanoide más avanzado, con habilidades de interacción fluidas, movimientos naturales y gestos altamente realistas. Cuenta con sistemas de visión avanzada y seguimiento ocular, servomotores que le otorgan movimientos fluidos y naturales. Su piel es de silicona diseñada para imitar la textura, apariencia y flexibilidad de la piel humana, además, puede integrarse con sensores táctiles para permitir que el robot perciba estímulos externos, como la presión o el calor.  Una muy bella «mujer». Priorizaron la estética y la funcionalidad.

Fue pensado para asistencia en hospitales, hogares de ancianos y centros educativos para brindar apoyo emocional, responder preguntas o incluso entretener; para tareas educativas; para atención a clientes; como guía en museos, ferias, etc. Va a tener un precio estimado de 175.000 US$.

También, en la CES, la empresa china Unitree Robotics presentó un robot humanoide con inteligencia artificial, conocido como G1, el cual sorprendió al público con sus habilidades y su capacidad para mantener el equilibrio incluso cuando es empujado, puede limpiar, cocinar, responder a comandos de voz y tiene una autonomía de dos horas; cuenta con tecnología de visión 3D y un sistema de navegación autónoma que le permite desplazarse con precisión respondiendo a los movimientos a su alrededor. Se vende a 16.000 US$.

La empresa Unitree presentó, también, el perro robot Go2, por 1.600 US$ se puede contar con un perro robot con capacidades avanzadas de movimiento, que puede aprender comandos y realizar acrobacias, como los perros.

En octubre 2024, se realizó el evento «We, Robot». Allí, Tesla mostró la nueva versión de su robot humanoide Tesla Optimus, demostrando gran capacidad de interacción social, bailando, sirviendo café, conversando, tomándose fotos con el público. Según Elon Musk, Tesla comenzará la producción a pequeña escala de Optimus a comienzos de 2025 y producirá miles de unidades a fin de año. Está pensado para realizar tareas «peligrosas, repetitivas y aburridas», y ser un auxiliar doméstico. Se espera un costo final entre 20.000 y 30.000 US$.

Musk llegó a comentar que la división de robots humanoides podría llegar a superar el valor del mercado de automóviles eléctricos de Tesla.

En 1942, Isaac Asimov, escritor de ciencia ficción, escribe Las tres leyes de la robótica en el relato Círculo vicioso (Runaround) que establecen lo siguiente:

Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.

Segunda Ley: Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.

Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

Luego agregó la Ley Cero: Un robot no puede dañar a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños.

Si bien es literatura, las leyes de Asimov, impactaron en la ética de la inteligencia artificial y la robótica. Sin embargo, los robots no van a decidir si cumplen o no esas leyes, las empresas que los desarrollan son las que lo deciden, y esa decisión va a depender de su ética, del lugar que pretenden en la industria, del mercado al cual quieren llegar, de su voracidad económica y de poder, de la situación geopolítica del país donde residen.

El mercado de la robótica humanoide valorado en 1.600 millones de dólares en 2022, se supone que llegue a 210.000 millones de dólares en 2032.

Se avizora un futuro cercano en que los humanoides serán parte integral de nuestras vidas… o nosotros de la vida de los robots.

*Mariana Gonzalez
Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA
MBA ITBA
Empresaria en Argentina y Uruguay en empresas de tecnología.

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