Hamás libera cuatro mujeres soldados de Israel

INTERNACIONAL

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Foto: The Israel Defense Forces

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Milicianos de las brigadas de Al Qassam, el brazo armado de Hamás, entregaron este sábado (25.01.2025) a la Cruz Roja a las cuatro mujeres soldado israelíes liberadas como parte de la tregua con Israel, en una ceremonia organizada en la plaza de Palestina de la Ciudad de Gaza ante cientos de personas y retransmitida en directo por Al Jazeera.

Son Liri Albag, Karina Ariev, Daniella Gilboa y Naama Levy, de entre 19 y 20 años, capturadas el 7 de octubre de 2023 en la base militar Nahal Oz, a un kilómetro de la Franja de Gaza, donde cumplían con el servicio militar obligatorio.

Las jóvenes, que aparecían sonrientes y en buen estado de salud, saludaron desde un escenario montado en la plaza a las cientos de personas y decenas de milicianos palestinos de las brigadas de Al Qassam y de Al Quds, los brazos armados de Hamás y de la Yihad Islámica, congregados allí para recibirlas.

Sobre las 9.30 hora local (7.30 GMT) empezaron a llegar a la plaza milicianos a bordo de vehículos, que se dispusieron en filas armados y enmascarados delante de un escenario colocado en uno de los extremos de la plaza, portando los emblemas de ambas milicias.

Dos horas y media después, cuatro todoterrenos de la Cruz Roja llegaron a la plaza y aparcaron frente al escenario, tras lo que aparecieron cuatro vehículos de las milicias, ante centenares de gazatíes que portaban banderas palestinas y de las milicias.

Dos trabajadores de la Cruz Roja salieron de sus coches y subieron al escenario para firmar un documento junto a los milicianos, tras lo que las rehenes salieron de los vehículos sonrientes.

Subieron entonces al escenario, donde se leía en hebreo la frase «El sionismo no ganará», y saludaron al público levantando los brazos.

Los vehículos de la Cruz Roja las llevarán ahora a territorio de Israel, donde se reunirán con sus familias en un punto preparado por el Ejército cerca del enclave.

Eso ocurrirá en el punto de recepción de la base militar de Reim, a unos 7 kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza y a donde ya fueron llevadas las tres primeras rehenes puestas en libertad el pasado domingo.

Las mujeres liberadas estaban juntas en la base militar de Nahal Oz, a apenas un kilómetro de Gaza, cuando los milicianos palestinos encabezados por Hamás atacaron territorio israelí, matando a casi 1.200 personas y secuestrando a otras 251.

Según relataron a EFE sus familiares, las secuestradas llevaban meses avisando de que avistaban movimientos sospechosos dentro del enclave.

Israel liberará a cambio 200 prisioneros palestinos a lo largo de este sábado. Según lo acordado, cada mujer soldado será intercambiada por 50 presos.

Romi Gonen (24), Emily Damari (28), Doron Steinbrecher (31). Estos son los nombres de los tres primeros rehenes liberados como parte de un acuerdo entre Israel y la organización islamista militante Hamás.

Las tres mujeres estuvieron cautivas de Hamás durante 15 meses. La alegría por su liberación es inmensa. Familiares y amigos de las mujeres liberadas lo celebraron y muchas personas vitorearon en la «Plaza de los Rehenes» de Tel Aviv. El padre de Romi Gonen ya había declarado a los medios de comunicación israelíes antes de la liberación que su familia había esperado este momento durante más de 11.000 horas.

El domingo por la tarde fue el momento elegido: combatientes enmascarados de Hamás entregaron a los tres rehenes al Comité Internacional de la Cruz Roja en una plaza de la ciudad de Gaza. La plaza estaba llena de gente y los autobuses de la Cruz Roja tuvieron dificultades para atravesar la multitud. Después, se produjo la entrega a los militares israelíes. En un hospital de Israel, las tres mujeres pudieron por fin volver a abrazar a sus madres y hablar con sus familiares por videollamada: radiantes de alegría y lágrimas, como puede verse en las fotos distribuidas por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) y el Gobierno.

No sólo en Israel la alegría se apoderó de muchos, también en la Franja de Gaza. El motivo: el alto el fuego acordado entre Israel y Hamás, que entró en vigor por la mañana. «Hoy nuestros sentimientos son indescriptibles. Es el primer día del alto el fuego, un día que esperábamos desde hace mucho tiempo», dice a Deutsche Welle Malak Hussain, de 21 años, del campo de refugiados de Nuseirat. Está profundamente agradecida a todos los que han hecho posible este día. Espera que la guerra no vuelva nunca más. «Nuestro mayor deseo es volver a nuestros hogares, reconstruir nuestras vidas y ver que Gaza vuelve a ser lo que era: un lugar donde podamos volver a vivir en paz».

Ali Nassar, de 43 años, de Rafah, también estaba contento… al principio. «Cuando se anunció el alto el fuego, sentí una inmensa alegría: significaba el fin del derramamiento de sangre y la salvación de vidas infantiles», dijo a Deutsche Welle. Sin embargo, la alegría se atenuó. «Pero cuando regresé a Rafah y vi la zona donde solía vivir, me invadió la tristeza. Parecía como si hubiera habido un terremoto. La visión era aterradora». Nassar no pide dinero, sino paz y seguridad.

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