Eliminar cepo, tarea pendiente de Milei

OPINIÓN

50375802637_b4cf4e7eac_c
Foto: lacity.com.ar

Lectura: 4 minutos

Los hechos en Argentina ya demuestran que la relajación de los controles cambiarios conduce a una entrada masiva de dólares al sistema bancario, tal como ocurriría en un proceso oficial de dolarización (en el cual un gobierno le otorga al dólar curso legal, o simplemente permite su uso irrestricto dentro de la libre competencia de monedas). No obstante, el cepo monetario sigue en pie.

Aunque no es explícito, el gobierno del presidente Javier Milei parece querer evitar la experiencia del expresidente Mauricio Macri (2015-2019). Durante su gobierno, se eliminaron rápidamente muchos controles de cambio y de capitales, aunque no todos. Esto se combinó con el gasto deficitario, el cual se financió con deuda soberana.

El experimento fracasó: ante la fuga masiva de capitales y un inminente impago de la deuda en 2018, Macri recurrió al Fondo Monetario Internacional para obtener un préstamo de 57.000 millones de dólares, el mayor de la historia del fondo. En 2019, la inflación anual superó el 50%. Cuando quedó claro que Macri perdería las elecciones de ese año frente a Alberto Fernández, candidato peronista, la fuga de capitales se intensificó y la moneda se depreció un 25% frente al dólar en un solo día. El Banco Central respondió al desplegar 13.000 millones de dólares de reservas para defender el peso. Macri volvió a introducir una versión estricta de la restricción monetaria.

Milei escogió el enfoque opuesto: la estricta disciplina fiscal desde el día uno se combinó con una política cambiaria cautelosa e intervencionista. La estrategia ha funcionado hasta ahora y se espera que las restricciones (el cepo) se vaya relajando gradualmente. Pero el costo es el actual atraso cambiario.

Es decir, el tipo de cambio sigue controlado, pero los precios al consumo han aumentado a un ritmo superior al tipo oficial de devaluación. Con un 2,4 %, la inflación mensual, Argentina alcanzó su menor nivel inflacionario en varios años, pero éste sigue siendo superior al «crawling peg» de 2%, la tasa a la que el gobierno devalúa oficialmente el peso cada mes.

Cuando la tasa de devaluación no coincide con el ritmo al que suben los precios de consumo, la moneda local puede sobrevalorarse.

El índice Big Mac, que elabora la revista The Economist, mide la paridad del poder adquisitivo relativo en diferentes monedas. Según el índice, el peso argentino estaba sobrevalorado en un 15% frente al dólar en junio de 2024, cuando el tipo de cambio implícito era de 1072 pesos argentinos, mientras que el tipo oficial se situaba en 931 pesos argentinos. Pero esta era la diferencia del «índice bruto», que sólo tiene en cuenta la disparidad entre la moneda local y el dólar. Según el índice ajustado al PIB, que tiene en cuenta los niveles de ingresos relativos en Argentina y Estados Unidos y, como tal, «puede ser una mejor guía del valor razonable actual de una moneda», el peso estaba sobrevalorado un 47% frente al dólar en junio (aproximadamente el nivel del diferencial entre el dólar blue y el dólar oficial).

La sobrevaloración del peso en el índice Big Mac fue la más alta desde 2011, año en que la expresidente de izquierda Cristina Kirchner (2007-2015) endureció los controles de cambio existentes e introdujo muchos de los elementos actuales del cepo.

Daniel Raisbeck, elcato.org

Otro artículo de interés: Historia del cepo (I)

Deja un comentario