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El Ministerio de Exteriores de China aseguró este martes (8.04.2025) que las acciones de Estados Unidos «no reflejan una voluntad genuina de entablar un diálogo serio», en medio de la escalada de amenazas y contramedidas arancelarias entre las dos mayores economías del mundo.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino Lin Jian, realizó este reproche en rueda de prensa después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazara con imponer un nuevo arancel del 50 % a las importaciones chinas si Pekín no retira las contramedidas anunciadas en represalia a los últimos gravámenes de Washington.
«Si EE. UU. realmente quiere dialogar, debería demostrar una actitud de igualdad, respeto y beneficio mutuo», sostuvo Lin, quien subrayó que, si Washington «insiste en una guerra arancelaria o comercial» sin tener en cuenta «los intereses de ambos países y de la comunidad internacional», China «estará preparada para llegar hasta el final».
El vocero recalcó que la «soberanía, seguridad e intereses de desarrollo» de China «no son negociables» y advirtió que su país «continuará tomando medidas firmes y contundentes» para proteger sus derechos legítimos.
«No hay ganadores en una guerra comercial», insistió Lin, quien denunció que EE. UU. «ha estado imponiendo aranceles de manera temeraria», una política que «viola gravemente las reglas de la Organización Mundial del Comercio, socava el sistema multilateral basado en normas y desestabiliza el orden económico global».
«Esto es unilateralismo, proteccionismo y acoso económico en estado puro», aseveró el vocero de la Cancillería.
Lin agregó que «el pueblo chino no busca problemas, pero tampoco les teme», y que «la presión, las amenazas y el chantaje no son la forma correcta de relacionarse con China».
La nueva ronda de declaraciones llega tras la advertencia de Trump, que amenazó con nuevos gravámenes si China no desiste de su respuesta a los aranceles que Estados Unidos impuso el 2 de abril, elevando el tipo mínimo a todas las importaciones al 10 %, con tarifas más elevadas para ciertos países como China (34 %) o la Unión Europea (28 %).
Pekín respondió con un paquete de contramedidas que incluye un arancel recíproco del 34 % a todas las importaciones estadounidenses, así como sanciones a determinadas empresas, restricciones a la exportación de tierras raras y la suspensión de importaciones agrícolas.
Además, China presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los «aranceles recíprocos» de EE. UU. a todos sus socios comerciales.
En su primer mandato (2017-2021), Trump impuso ya varias rondas de aranceles a bienes chinos por un valor total de 370.000 millones de dólares anuales, lo que dio pie a un conflicto comercial que ahora se recrudece.
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, «solicitó encarecidamente una revisión de las medidas» arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras una conversación telefónica que tuvieron la vispera, se informó este lunes (08.04.2025).
«El presidente Trump expresó su sincera comprensión de la situación actual de Estados Unidos en la economía internacional. Japón instará encarecidamente a Estados Unidos a revisar sus medidas mediante diálogos», señaló Ishiba en declaraciones a los medios.
Ishiba dijo que «está considerando visitar Estados Unidos», aunque dijo que dicha visita se produciría «en el momento que sea más oportuno» y añadió que su gobierno tratará de «tranquilizar» a los empresarios del país asiático.
Las declaraciones de Ishiba se produjeron tras una conversación telefónica de 25 minutos entre ambos líderes, donde apuntaron a una posible negociación en relación a los aranceles del 24 % que Trump impondrá sobre el país asiático a partir de este miércoles.
«Países de todo el mundo están hablando con nosotros. Se están estableciendo parámetros estrictos, pero justos. Hablé con el primer ministro japonés (Shigeru Ishiba) esta mañana. ¡Va a enviar un equipo de alto nivel a negociar!», escribió Trump en su red social Truth Social.
Este martes, el Gobierno japonés celebró su primera reunión de un grupo de trabajo integral, que incluyó a todos los miembros del gabinete, para identificar áreas que podrían negociarse con EE. UU. y para considerar medidas de apoyo para las empresas japonesas que puedan verse afectadas por los nuevos gravámenes.
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