INTERNACIONAL

Lectura: 6 minutos
Las exportaciones de productos médicos y farmacéuticos de la Unión Europea (UE) aumentaron un 13,5 % en 2024, comparación con 2023, alcanzando los 313.400 millones de euros. En tanto, las importaciones registraron un modesto aumento del 0,5 %, alcanzando los 119.700 millones de euros, informó este lunes (14.04.2025) la oficina de estadística comunitaria Eurostat.
El superávit comercial de la UE en productos medicinales y farmacéuticos alcanzó un total de 193.600 millones de euros en 2024, un «récord histórico», según el ejecutivo comunitario.
Exportaciones a EE. UU., Suiza y Reino Unido
El principal destino de las exportaciones extracomunitarias de este tipo de productos en 2024 fue Estados Unidos (38,2 % de todas las exportaciones fuera de la UE; 119.800 millones de euros), seguido de Suiza (16,4 %; 51.300 millones de euros) y el Reino Unido (5,8 %; 18.200 millones de euros).
Tras la implementación el pasado 9 de abril por parte de la administración estadounidense de aranceles llamados «recíprocos» del 20 % a las importaciones de la UE (rebajadas la semana pasada al 10 % durante 90 días), se espera el anuncio de aranceles para los productos farmacéuticos que podrían rondar el 25 %.
«Queremos fabricar nuestros medicamentos en este país, y al imponer aranceles a las empresas que no están en este país vamos a fabricar nuestros medicamentos en Estados Unidos para que, en caso de guerra, o lo que sea, no dependamos de China ni de otros países», explicó este fin de semana el presidente de EE. UU., Donald Trump, al hablar con medios a bordo del Air Force One, el avión presidencial estadounidense, en tránsito a Washington desde Florida.
Los principales países exportadores en este sector fueron Alemania (67.900 millones de euros), seguido de Irlanda (56.600 millones de euros) y Bélgica (41.400 millones de euros).
Importaciones a EE. UU., Suiza y Reino Unido
Estados Unidos también fue el principal origen de las importaciones de productos de este tipo en la Unión Europea, con un 38,3 % del total (45.900 millones de euros), según Eurostat. Estuvo seguido por Suiza, con un 32,6 % del total (39.100 millones de euros) y Reino Unido, con un 7,3 % (8.700 millones de euros).
Los mayores importadores fueron Alemania (23.000 millones de euros), Bélgica (21.300 millones de euros) y los Países Bajos (14.700 millones de euros).
No se necesita en realidad una bomba atómica para asestar un sensible golpe a Europa, opina la experta en medicamentos Ulrike Holzgrabe. Los productores chinos también podrían causar graves problemas dejando de suministrar antibióticos.
«China comprendió ya en la década de 1980 cuán importante es tener una producción propia de antibióticos», dice Jasmina Kirchhoff, del Instituto de la Economía Alemana (IW). «Se realizaron primero grandes inversiones en fábricas que, comparativamente, producen a menor costo, en primera línea para el mercado interno. Luego, China exportó los ‘excedentes’ de producción», explica.
Gran parte de los precursores químicos esenciales para la industria farmacéutica son producidos en China. También India se ha convertido en uno de los principales proveedores de productos farmacéuticos, sobre todo, de genéricos. Pero también India depende de China, porque importa de allí muchos insumos.
Problema complejo
Según el instituto Federal de Medicamentos y Productos Medicinales, en la actualidad no se pueden despachar cerca de 500 medicamentos. Así lo indicó Gabriele Regina Overwiening, presidenta de la Confederación Alemana de Farmacias (ABDA, por sus siglas en alémán) al periódico Neue Osnabrücker Zeitung.
«La salud pública es un arma geoestratégica, que puede poner de rodillas a un continente», señaló ya en 2020 el Parlamento Europeo.
A nivel de la Unión Europea, se elaboró una lista de medicamentos cuya disponibilidad no debería depender de Asia. El siguiente paso sería averiguar dónde se producen estos medicamentos y sus precursores, para determinar el grado de dependencia, explica Holzgrabe, docente de la Universidad de Wurzburgo.
Y ahí comienzan las dificultades. Kirchhoff hace notar que, en algunos casos, es muy difícil obtener esa información: «Qué productores obtienen de dónde cuáles productos intermedios y sustancias activas, es parte del secreto del negocio y, por lo tanto, apenas se sabe».
Tanto las recetas como las cadenas de suministros son a menudo muy complejas y por eso no está claro cuántas empresas están involucradas, y en qué países, según Kirchhoff. Precisamente en el área de los genéricos, cuyo éxito depende de los bajos precios, para los productores resulta especialmente importante guardar en secreto sus ventajas comparativas.
Estrategia farmacéutica
Los problemas de suministro de determinados medicamentos han dejado en evidencia que es necesario tomar medidas preventivas. En Alemania, el Gobierno aprobó en diciembre de 2023 una Estrategia Farmacéutica Nacional. Entre otras cosas, se desea reforzar la producción de fármacos en Europa, por ejemplo, reduciendo trabas burocráticas y apoyando las inversiones en el área.
La industria farmacéutica europea produce, sobre todo, medicamentos innovadores, protegidos por patentes. En ese terreno se realizan inversiones. Pero, en algún momento, las patentes expiran, y los productos pasan al mercado de los genéricos.
La producción de genéricos no se lleva a cabo en Europa, porque arroja un margen muy estrecho de utilidades. Pero los genéricos son muy importantes para el sistema de salud, ya que cubren cerca del 80 por ciento de las necesidades de medicamentos. Y eso incluye también muchos antibióticos.
Otro artículo de interés: China busca eliminar aranceles recíprocos con EE. UU.
