Aviones británicos interceptan cazas rusos

INTERNACIONAL

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Foto: Defence Imagery

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Aviones de combate de Reino Unido interceptaron en los últimos días dos aviones rusos que volaban cerca del espacio aéreo de la OTAN, informó este domingo (20.04.2025) el Ministerio británico de Defensa en un comunicado. Los hechos ocurrieron el martes 15 de abril y el jueves 17 de abril, y fueron protagonizados por aviones de combate Typhoon de la Real Fuerza Aérea británica.

En el primer caso, dos aviones Typhoon salieron de la base área de Malbork, en Polonia, para interceptar un avión de inteligencia ruso Ilyushin Il-20M «Coot-A» que sobrevolaba el mar Báltico. Dos días más tarde, otros dos Typhoon despegaron de la citada base para interceptar un avión «desconocido» que salía del espacio aéreo de Kaliningrado, el enclave ruso situado entre Polonia y Lituania y se acercaba al espacio aéreo de la Alianza Atlántica.

Los aviones británicos llegaron a la región del este de Polonia hace apenas unas semanas para iniciar su despliegue junto a Suecia en defensa del flanco oriental de la OTAN. Las fuerzas forman parte de la denominada Operación CHESSMAN, como parte de la contribución británica a la mejora de la vigilancia aérea de la alianza militar defensiva.

Compromiso inquebrantable

«El Reino Unido mantiene un compromiso inquebrantable con la OTAN. Ante la creciente agresión rusa y el aumento de las amenazas a la seguridad, intensificamos nuestros esfuerzos para tranquilizar a nuestros aliados, disuadir a los adversarios y proteger nuestra seguridad nacional», dijo en la nota el secretario de Estado británico para las Fuerzas Armadas, Luke Pollard.

«Esta misión demuestra nuestra capacidad para operar codo a codo con Suecia, el miembro más reciente de la OTAN, y para defender el espacio aéreo de la Alianza donde y cuando sea necesario, manteniéndonos seguros en casa y fuertes en el exterior», añadió. El Gobierno laborista del Reino Unido anunció a finales de febrero su compromiso de aumentar el gasto de defensa hasta el 2,5 por ciento del PIB.

El Ministerio de Defensa británico anunció el viernes la apertura de una investigación urgente después de que un aficionado al fútbol encontrara montones de documentos militares confidenciales esparcidos por una calle del norte de Inglaterra.

Mike Gibbard, aficionado del Newcastle United, contó que se topó con los documentos camino a un partido en la ciudad el 16 de marzo.

Los documentos militares, algunos marcados como «OFICIAL – CONFIDENCIAL», se desbordaban de una bolsa de basura negra y estaban «esparcidos por toda la calle», declaró Gibbard a BBC Radio Newcastle el viernes.

«Miré hacia abajo y empecé a ver nombres en trozos de papel y números, y pensé: «¿Qué es eso?»», relató.

La BBC informó que los documentos, muchos de ellos rotos, incluían detalles sobre los rangos de los soldados, correos electrónicos, turnos, registros de armas e información de acceso a instalaciones militares.

Una hoja estaba encabezada con el título «Claves de la armería y códigos IDS», una aparente referencia a un sistema de detección de intrusos. La emisora afirmó que varios documentos parecían estar relacionados con la mayor guarnición del ejército británico, Catterick, pero el consultor de seguridad Gary Hibberd declaró a AFP que la información podía comprometer la seguridad nacional en general.

«El impacto y la magnitud de esto son considerables; no se trata solo de un error garrafal. Se investigará en las altas esferas del ejército», declaró Hibberd.

Un portavoz del Ministerio de Defensa declaró: «Estamos investigando esto urgentemente y el asunto es objeto de una investigación interna en curso».

Confirmaron que «recientemente se entregó a la policía documentación presuntamente relacionada con el departamento».

«Se tomarán medidas»

La policía de Northumbria informó a AFP que los agentes fueron alertados del hallazgo en el distrito de Scotswood y que, desde entonces, habían transmitido los documentos al Ministerio de Defensa.

Un portavoz del primer ministro Keir Starmer afirmó que «se tomarán las medidas oportunas ante cualquier posible filtración de información».

Las directrices del gobierno británico establecen que los documentos sensibles deben incinerarse, triturarse o destruirse, pero documentos confidenciales han acabado en varios lugares inusuales en el pasado. Uno de los casos más sonados tuvo lugar en 2008, cuando un funcionario británico dejó una carpeta con documentos de inteligencia marcada como «Alto Secreto» en el asiento de un tren en Londres.

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