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El ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, viaja a China este martes (22.04.2025) para reunirse con funcionarios de gobierno del gigante asiático, en el marco de las negociaciones que mantienen Irán y Estados Unidos para un nuevo acuerdo nuclear.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Ismail Baghaei, anunció en la víspera el viaje del canciller persa, pero no ofreció detalles sobre su agenda en China. Pekín, por su parte, tampoco ha proporcionado información hasta el momento sobre la visita.
El viaje de Araqchí llega tras su reciente paso por Rusia, otro de los actores implicados en el diálogo nuclear: «China y Rusia, como miembros del Consejo de Seguridad, son socios y amigos importantes de Irán y siempre han estado en el proceso de negociación», afirmó el portavoz iraní.
Irán y Estados Unidos han celebrado ya dos rondas de conversaciones para tratar de resucitar el pacto nuclear, que ambas partes calificaron como constructivas.
Asociación con China, «fundamental» para Irán
China es uno de los firmantes del acuerdo alcanzado en 2015, que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones, y que fue abandonado en 2018 de forma unilateral por el presidente estadounidense, Donald Trump, durante su primer mandato.
Araqchí ya visitó China el pasado diciembre. En aquella ocasión, aseguró a su homólogo chino que «profundizar la asociación estratégica integral con China es una prioridad para la política exterior iraní».
El canciller chino, Wang Yi,Wang, defendió entonces «una resolución diplomática» del conflicto nuclear y expresó su oposición a las «sanciones unilaterales» impuestas contra Teherán.
Según el portavoz iraní, Araqchí también tratará durante su viaje el acuerdo de cooperación económica a 25 años que China e Irán firmaron en 2021, que incluye inversiones chinas en los sectores iraníes de energía e infraestructuras.
A cambio, Teherán, uno de los principales productores de hidrocarburos y afectado por las sanciones de Washington, garantiza a Pekín un suministro estable de petróleo y gas a precios competitivos.
En los últimos años, China ha reiterado su oposición a las sanciones estadounidenses contra Irán y defendido el derecho del país persa al uso pacífico de la energía nuclear dentro del marco del Tratado de No Proliferación Nuclear.
El Gobierno de China criticó este viernes (18.04.2025) la última medida del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles portuarios a los buques construidos y operados por el país asiático, e instó a Washington a que «termine ya» con sus «prácticas erróneas» que, a juicio de Pekín son perjudiciales para el comercio global y no mejorarán la situación de la industria naval de la potencia norteamericana.
«Medidas como la imposición de tasas portuarias y aranceles a los equipos de manipulación de carga de China son perjudiciales para todo el mundo. Hacen subir los costos del transporte marítimo global, perturban la estabilidad de la cadena de suministro global y hacen aumentar la presión inflacionaria en Estados Unidos», señaló el portavoz de Exteriores chino, Lin Jian.
El vocero indicó que la medida «perjudicará los intereses de los consumidores y las empresas estadounidenses», y sostuvo que «en última instancia no lograrán revitalizar la industria de la construcción naval estadounidense. Instamos a Estados Unidos a que termine de inmediato con estas prácticas erróneas». Lin agregó que Pekín tomará «las medidas necesarias para defender sus derechos e intereses legítimos».
Industria decadente
Washington informó que la medida comenzará a regir a mediados de octubre y se aplicará por tonelada o por contenedor. Los aranceles se cobrarán por cada visita a Estados Unidos, no por cada puerto en el que los buques atraquen. Se impondrán hasta un máximo de cinco veces al año y los propietarios podrán verse eximidos si hacen un pedido de un buque construido en Estados Unidos.
La industria naviera estadounidense, dominante después de la Segunda Guerra Mundial, ha decaído y ahora solo representa el 0,1 por ciento de la producción mundial. Asia domina el sector: en China se construyen casi la mitad de todos los barcos, y le siguen Corea del Sur y Japón.
Trump afirmó el jueves que en «tres o cuatro semanas» podría haber algún acuerdo arancelario con sus socios, y aseguró que su Gobierno ya está hablando con representantes chinos en un intento por llegar a un pacto también con Pekín. Hasta hora, China solo ha reconocido mediante su Ministerio que «siempre» ha mantenido «comunicación a nivel de trabajo» con sus homólogos estadounidenses.
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