Europa en guerra (contra sí misma), por Norberto Zingoni

OPINIÓN

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Foto: Deep AI, Inc.

Por Norberto Zingoni*, escritor, abogado, exjuez, corresponsal de LaCity.com.ar en Europa.

Lectura: 5 minutos

El mismo cansancio, el mismo hastío del ciudadano norteamericano que llevó a Donald Trump a la presidencia, es el que siente el ciudadano europeo ante las direcciones de la Unión Europea. No solo nos amenazan con la guerra: un atildado burócrata de 20.000 euros al mes le ordena desde su despacho en Bruselas a un agricultor en Asturias cómo plantar tomate, o a un bodeguero en Burdeos qué fertilizante usar para la uva, o a un ganadero en Portugal cómo cuidar la vaca (los burócratas no vieron una en su vida). Con sus normativas fundadas en el «cambio climático para todos» hicieron un desastre en la agricultura y ganadería europeas. Se cargaron, además, todas las fuentes de energía convencionales. Conclusión: depende del gas de Rusia.

Durante el COVID-19, la Comisión Europea centralizó la compra y distribución de las vacunas para toda Europa. Conclusión: corrupción y muertes evitables.

No solo son ineficientes: en el Parlamento Europeo secuestraron 600 000 euros en efectivo en los despachos de políticos socialistas por coimas del estado de Catar, Marruecos y Mauritania a cambio de influencia para el mundial de Catar de 2022.

Trump fue muy crítico con la OTAN en su anterior gobierno. Y tenía razón. La guerra que está destruyendo Ucrania tuvo su origen en que la OTAN quería poner una base militar en Ucrania. Y, Rusia, que quiere volver a la «gran Rusia», se opone. Típica lucha de poder. Conclusión: destruida Ucrania. La Unión Europea no presiona para la paz y, al contrario, envía armas a Ucrania. A pocos días de su elección, Trump criticó a los EE. UU, a la OTAN y a la Unión Europea por aumentar la conflictividad en la región y prometió terminar con esa guerra inicua; y terminar con el dolor de los ciudadanos. Pero no, no aprenden. Los burócratas de la UE votaron invertir 800.000 millones de euros para armamento.

Ya de guerras europeas sabe bastante EE. UU. La Segunda Guerra Mundial le costó 405 000 muertos, 600 000 heridos y 317 000 millones de dólares. Y el plan Marshall para reconstruir la Europa destruida le llevó 13 000 millones de dólares. El fascismo, el nazismo y el comunismo nacieron en la «culta» Europa. «Francia estaría hablando alemán si no fuera por la ayuda de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial», le contestó la Casa Blanca a un eurodiputado francés que sugirió la devolución de la estatua de la libertad que había donado Francia en su momento. No aprenden.

¿El fin de la Unión Europea?: Este verdadero abuso de poder de la burocracia de la Unión Europea es lo que está en entredicho. Lo novedoso de este momento político es que han surgido partidos políticos de derecha que cuestionan al poder establecido (contra «la casta») cuando antes la contestataria al establishment era la izquierda.

Estos grupos de «la nueva derecha» ya son gobiernos en Italia, Hungría y fueron hasta hace muy poco en Polonia. Se apuntan a gobernar sus países (y seguramente contarán con el apoyo de Trump en las próximas elecciones): Le Pen en Francia, VOX en España, Chega en Portugal, Alternativa para Alemania y muchos otros. La UE, en un rapto autoritario, anuló las elecciones en Rumania que había ganado el candidato de centroderecha. Insólito. Pero hay un cambio de signo en la política mundial.

Y, lo más importante: terminó el predominio cultural que, hábilmente, diseñó el comunismo derrotado política y militarmente a partir de la caída del muro. Pensadores marxistas franceses plantaron las bases de la deconstrucción de la civilización occidental (Marx: destruir la civilización occidental desde dentro). Las ideas de izquierda de Lyotard, Derrida, la escuela de Fráncfort, Marcuse invadieron la universidad y los medios de comunicación, no solo de Francia, sino que se expandieron a los Estados Unidos. Y de ahí a los gobiernos de izquierda y al copamiento de las instituciones de la Unión Europea.

Podemos decir entonces que la cultura izquierdista woke, el feminismo radical, el lenguaje inclusivo, la disolución de la familia, el relativismo cultural, el ataque al cristianismo llegan a su fin en Europa. Pero ojo: la defensa a ultranza de los dirigentes europeos de estas lacras pone en riesgo la propia subsistencia de la propia UE. Tendrán que buscar otro sitio y otros argumentos, los 50 grandes jerarcas que se reunían en Davos y programaban un gobierno mundial para ocho mil millones de habitantes.

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