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El bloque conservador, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) bávara, y los socialdemócratas firmaron este lunes el acuerdo de coalición del Gobierno alemán, un requisito previo a la elección como nuevo canciller este martes en la Cámara Baja del Parlamento del cristianodemócrata Frierich Merz.
El líder de la CSU, Markus Söder, ha calificado la futura coalición negro-roja como una «comunidad con responsabilidad». «Puede ser y será un equipo fuerte», dijo, refiriéndose a la futura alianza entre la CDU/CSU y el SPD.
El líder del SPD, Lars Klingbeil, considera que la coalición con la Unión está «condenada al éxito», especialmente en vista de la situación política mundial. «Comenzaremos a trabajar rápidamente, generaremos confianza, garantizaremos mayor seguridad, facilitaremos la vida de las personas y haremos que la economía vuelva a funcionar. Invertiremos ahora y aliviaremos la presión mañana», dijo Klingbeil. «La prioridad más importante es la fortaleza económica. Esto no sucederá por sí solo, sino que requiere el esfuerzo de todos. Estamos listos».
Merz: Alemania está frente a «obligación histórica»
El líder de la CDU y futuro canciller, Friedrich Merz, prometió antes de la firma del acuerdo de coalición negro-rojo que la Unión y el SPD «se pondrían a trabajar con planificación y energía desde el primer día». En las negociaciones de la coalición, los tres partidos trabajaron juntos con mayor cercanía y confianza. «El acuerdo de coalición que firmamos hoy demuestra precisamente esta voluntad de trabajar con seriedad, concentración y conciencia de los problemas», afirmó el canciller electo. «Esto se logrará mediante reformas e inversiones. Sabemos que es nuestra obligación histórica lograr el éxito de esta coalición. Estamos decididos a lograrlo», afirmó.
El partido Alternativa para Alemania (AfD) fue clasificado este viernes (2.05.2025) como un «caso seguro de extremismo de derecha» en toda Alemania por el servicio de inteligencia Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán).
Hasta el momento, esa clasificación solo regía para el partido en tres estados federados: en Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt. A nivel nacional, AfD era clasificado desde marzo de 2021 como un caso sospechoso de extremismo de derecha. Para vigilar a dicho partido, los servicios secretos internos podían utilizar recursos de inteligencia como informantes, vigilancia y evaluación de fuentes públicas y no públicas.
Según las autoridades de la BfV, con sede en Colonia, estas observaciones confirman la sospecha de que el partido lleva a cabo actividades anticonstitucionales.
«Definición étnica del pueblo alemán»
El motivo de esta clasificación es el «carácter extremista de todo el partido, que desprecia la dignidad humana». El organismo de inteligencia ha examinado, entre otras cosas, las declaraciones de AfD durante la campaña electoral federal y antes de tres elecciones regionales celebradas en el Este de Alemania. Las conexiones entre los políticos de AfD y actores y grupos extremistas de derecha también jugaron un papel central en la investigación, que duró tres años.
La BfV dictamina ahora: «La concepción predominante de pueblo por parte del partido, basada en la etnia y la ascendencia, es incompatible con el orden fundamental, libre y democrático. En concreto, por ejemplo, la AfD no considera a los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países predominantemente musulmanes como miembros iguales del pueblo alemán, definido étnicamente por ese partido». Sin embargo, no se ha publicado el informe completo en el cual se basa la clasificación.
Con esta actualización se reducen aún más los obstáculos legales para la vigilancia de AfD por parte de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.
AfD: La clasificación tiene motivaciones políticas
Por su parte, la AfD considera que la decisión tiene motivaciones políticas. El vicepresidente del partido, Stephan Brandner, declaró al diario alemán Rheinische Post: «Esta decisión de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, sujeta a instrucciones, es un completo disparate en cuanto a su contenido, no tiene nada que ver con el orden público y es puramente política en la lucha de los partidos del cártel contra el AfD».
La ministra del Interior en funciones, Nancy Faeser (del partido socialdemócrata, SPD), refutó la acusación de que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, dependiente del Ministerio del Interior, había actuado siguiendo sus instrucciones. «No hubo ninguna influencia política en el nuevo informe», explicó Faeser. En cualquier caso, el informe coincide con la propia valoración de Faeser sobre la AfD: «Su actitud nacionalista se refleja en declaraciones racistas, especialmente contra los inmigrantes y los musulmanes», explicó la ministra del Interior, a quien sólo le quedan unos días en el cargo antes de que tome posesión el nuevo Gobierno alemán de coalición.
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