INTERNACIONAL

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Las delegaciones de Estados Unidos y China, que este sábado (10.05.2025) han iniciado contactos directos sobre la forma de rebajar la intensidad de la guerra comercial que enfrentan, reanudaron esta tarde su reunión tras un receso para comer y luego de haber discutido unas tres horas por la mañana.
La reunión se celebra en la residencia del embajador de Suiza ante la ONU en Ginebra, una suntuosa construcción que por delante tiene un hermoso jardín, que tiene más bien la talla de un pequeño parque, mientras que detrás tiene una vista directa al lago de Ginebra, que hoy refleja los rayos de un esplendoroso sol.
El lugar de la reunión intentó mantenerse en secreto, con ambas partes que rehusaron dar cualquier detalle al respecto, pero medios suizos finalmente consiguieron confirmar que el lugar era la residencia del embajador Jürg Lauber.
Si se trataba de neutralidad, chinos y estadounidenses no pudieron encontrar mejor lugar para mantener su primer encuentro formal desde que Washington se lanzara en una guerra comercial abierta contra China, al aplicarle un arancel general de 145 % (excepto para algunos artículos electrónicos) y encajar a su vez un arancel de 125 % en represalia.
En la práctica, tal nivel de aranceles equivale a un embargo comercial. La delegación estadounidense está encabezada por el secretario del Tesoro Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer, mientras que por China el jefe de delegación es el vice primer ministro He Linfeng, apoyados por sus respectivos equipos de expertos.
China ha llegado a esta reunión con datos a su favor, en particular tras conocerse este viernes que sus exportaciones aumentaron un 8 % en abril, frente a una bajada del 21 % que experimentó Estados Unidos ese mismo mes.
Por su parte, la base de las negociaciones para la parte americana la dictó en la víspera el propio presidente Donald Trump al afirmar que le parece que bajar a 80 % los aranceles a China sería lo «apropiado».
El presidente Donald Trump ha destrozado el modelo de negocio de las plataformas Temu y Shein para hacer frente a la avalancha de productos chinos baratos en Estados Unidos.
En 2024, 1.360 millones de envíos entraron en EE. UU. al amparo de la llamada norma de minimis, que exime de aranceles de importación a los bienes valorados en menos de 800 dólares. De esta manera, desde 2015, los envíos chinos aumentaron nueve veces.
Las mercancías compradas a Temu y Shein, que el año pasado gestionaron entre las dos el 30 por ciento de los paquetes diarios de bajo valor en EE. UU., estarán ahora sujetas a un arancel del 30 por ciento o a tasas fijas de hasta 50 dólares, más el arancel del 145 por ciento sobre las importaciones procedentes de China.
Con ello, los márgenes de beneficio de estos minoristas chinos se desmoronan en Estados Unidos. De ahí que Temu y Shein probablemente redoblen sus esfuerzos en Europa, aprovechando la laguna de minimis de la Unión Europea (UE) para mantener su modelo de bajo coste.
Europa planea eliminar laguna
Aunque inferior al límite estadounidense, el límite de 150 euros (170 dólares) de la UE no ha frenado el explosivo crecimiento de Temu y Shein. En 2024, 4.600 millones de paquetes de bajo valor inundaron el mercado comunitario, el doble que en 2023 y el triple que en 2022, con un 91 por ciento procedente de China.
Esos 12,6 millones de paquetes diarios se entregan libres de impuestos. Mientras, los minoristas europeos se ven agobiados por costos laborales, de cadena de suministro y de cumplimiento de la normativa más elevados. A diferencia de sus rivales chinos, las empresas de la UE no se benefician de tarifas postales internacionales favorables.
Aunque la Comisión Europea propuso hace dos años suprimir la exención de minimis, el plan sigue pendiente de aprobación por los 27 Estados miembros y el Parlamento Europeo. Según la agencia Bloomberg, esto no pasará antes de 2027.
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