Corrupción kirchnerista sin fin

ARGENTINA

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Expresidente de Argentina, Alberto Fernández / Foto: Secretaría de Cultura (Presidencia de la Nación)

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La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación anunció que llevará ante la Justicia a las autoridades salientes de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), tras detectar una presunta maniobra de vaciamiento institucional durante la gestión kirchnerista.

Según se informó en un comunicado oficial, varias personas que integraban la estructura de la FAN se desvincularon del organismo, percibiendo indemnizaciones por un total aproximado de 300 millones de pesos. Sin embargo, estas mismas personas fueron recontratadas inmediatamente después, en los mismos cargos y funciones que desempeñaban previamente.

«El tiempo en que algunos creían que el Estado era de su propiedad para servirse de él a gusto, terminó», advirtieron desde la Secretaría en un tono contundente.

Presunto abuso de recursos públicos

Desde el organismo dependiente de la Jefatura de Gabinete aseguraron que estas acciones se enmarcan en una práctica que busca el aprovechamiento indebido de los recursos del Estado. En palabras de un vocero del área, «se trató de una jugada claramente planificada para cobrar compensaciones millonarias, sin dejar de conservar los cargos ni las funciones».

La medida judicial será presentada contra las autoridades designadas por la gestión anterior, en un intento de sentar precedentes contra prácticas de abuso administrativo. El objetivo, señalaron, es «transparentar el funcionamiento de los organismos científicos y tecnológicos del país».

Una viveza imperdonable

La Fundación Argentina de Nanotecnología es un ente clave en el impulso de tecnologías de frontera. Su reputación e integridad institucional son esenciales para atraer inversiones, fomentar la investigación y vincular al sector privado con el sistema científico. La denuncia genera preocupación entre quienes advierten que este tipo de prácticas deterioran la confianza en el Estado.

Aún no se ha identificado públicamente a los involucrados, pero se espera que la causa judicial avance con rapidez. Desde la cartera de Innovación aseguraron que están comprometidos con una auditoría profunda de todos los entes bajo su órbita para evitar que situaciones similares se repitan.

En una decisión histórica que marca un punto de inflexión en la organización sanitaria global, Argentina y Estados Unidos reafirmaron su retiro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e invitaron a los demás países a crear una nueva red de cooperación sanitaria basada en la evidencia científica, la soberanía y la transparencia.

El comunicado conjunto fue emitido por el secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., y el ministro de Salud argentino, Mario Lugones, tras una reunión de alto nivel celebrada en Buenos Aires.

En el documento, los gobiernos de Javier Milei y Donald Trump expresan su profunda preocupación por el desempeño de la OMS durante la pandemia de COVID-19, destacando «deficiencias estructurales y operativas» que, lejos de aportar soluciones, dificultaron una respuesta eficaz ante la crisis.

En este contexto, ambos países avanzan hacia la creación de un modelo alternativo de cooperación internacional en salud, que privilegie la integridad científica, la rendición de cuentas y el respeto por la soberanía de cada nación.

El ambicioso proyecto no se limita a una ruptura simbólica, sino que Estados Unidos y Argentina invitan formalmente a otras naciones a sumarse a una nueva alianza sanitaria global que podría funcionar como una suerte de «OMS paralela», pero con un enfoque radicalmente distinto.

Esta iniciativa buscará ofrecer soluciones en materia de salud más eficaces y con menor sesgo ideológico, centradas en la prevención de enfermedades ─especialmente en la infancia─ y abordando causas profundas como las toxinas presentes en el medioambiente, la nutrición deficiente y los estándares de seguridad alimentaria.

En línea con la estrategia sanitaria «Make America Healthy Again» impulsada por el presidente Donald J. Trump, la administración estadounidense se propone restaurar un enfoque soberano y centrado en los resultados, donde «las personas estén por encima de la política».

Por su parte, el gobierno del presidente Javier Milei, que heredó un sistema sanitario devastado, avanza en una profunda transformación enfocada en «la autonomía, la transparencia, la innovación y el rigor científico».

Ambos gobiernos aseguran que ya no es posible respaldar un sistema internacional que dejó de cumplir su mandato fundacional. «Las verdaderas amenazas a la salud exigen un abordaje urgente y una ciencia de primer nivel», subrayan Kennedy Jr. y Lugones.

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