Perjudicados por guerra comercial

INTERNACIONAL

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Foto: Deep AI, Inc.

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Las exportaciones chinas tuvieron un débil crecimiento en mayo, en momentos en que la segunda mayor economía del mundo enfrenta la turbulencia en el comercio mundial provocada por los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump, según datos divulgados este lunes (09.06.2025) por la Administración General de Aduanas del gigante asiático.

De acuerdo con esta información, las exportaciones chinas subieron un 4,8 por ciento interanual en mayo, aunque en el caso puntual de las exportaciones hacia Estados Unidos, estas cayeron un 12,7 por ciento en comparación con abril. El país asiático envió en mayo 28.800 millones de dólares en bienes a la potencia norteamericana, por debajo de los 33.000 millones del mes anterior.

La agencia EFE, por su parte, estimó que la caída en el comercio entre las dos principales potencias económicas mundiales en mayo cayó un 29,73 por ciento en comparación con el mismo mes del año 2024. Las ventas chinas fueron un 33,57 por ciento menores a las de hace 12 meses, mientras que las compras de bienes estadounidenses cayeron un 16,93 por ciento.

Conversaciones en Londres

«La guerra comercial entre China y Estados Unidos condujo a exportaciones significativamente más bajas a Estados Unidos, pero el daño fue compensado por las fuertes exportaciones a otros países», indicó Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management. «La perspectiva comercial permanece altamente incierta en esta etapa», agregó.

Tras la imposición cruzada a lo largo de abril de aranceles adicionales que equivalían en la práctica a un embargo comercial, Pekín y Washington iniciaron a mediados de mayo una tregua de 90 días en la que redujeron en 115 puntos esos gravámenes mientras ambas potencias tratan de alcanzar un acuerdo. Para ello, representantes de ambos países se reunirán este lunes en Londres.

Con el objetivo de evitar un inminente arancel del 20 % sobre sus exportaciones transatlánticas, la Unión Europea acordó «intensificar» las conversaciones comerciales con Estados Unidos , tras ser acusada de avanzar con demasiada lentitud.

El comisario europeo Maros Sefcovic lo anunció el jueves pasado (15.05.2025) antes de una reunión de ministros de comercio de la UE en Bruselas, y añadió que él y su homólogo estadounidense, Howard Lutnick, se reunirán «muy pronto».

Se esperaba que la cumbre europea solidificara la posición del bloque en las negociaciones para evitar los nuevos aranceles, que entrarán en vigor en julio, después de que el presidente Donald Trump cerrara sus primeros acuerdos, desde que anunció, en abril, los llamados aranceles recíprocos sobre la mayoría de las importaciones mundiales.

Tras un enfrentamiento tenso, Washington y Pekín alcanzaron un acuerdo temporal la semana pasada, reduciendo los aranceles punitivos de más del 100 % a niveles más sostenibles. Mientras avanzan las negociaciones para un pacto a largo plazo, durante los próximos 90 días las importaciones chinas a EE. UU. enfrentarán un arancel del 30 %, mientras que las exportaciones estadounidenses a China deberán pagar una tarifa del 10 %.

Días antes, Trump había asegurado el primer esbozo de un acuerdo comercial desde que proclamó el 2 de abril como el Día de la Liberación. El acuerdo general con el Reino Unido reduce los aranceles para los fabricantes de automóviles británicos que exportan a EE. UU. y ofrece mayor acceso al mercado británico a exportadores estadounidenses, incluidos agricultores y productores de etanol.

Trump, presionado para lograr un acuerdo con la UE

Mientras Trump mantiene una postura dura con Bruselas ─llegó a afirmar esta semana que «en muchos aspectos Europa es peor que China»─, el economista Andrew Kenningham, de la consultora Capital Economics con sede en Londres, considera que las presiones económicas impedirán que el presidente lleve las tensiones demasiado lejos.

«Estos dos nuevos acuerdos harán que los negociadores europeos se sientan más confiados en mantener su postura actual: evitar una escalada, amenazar con represalias pero con retraso, y al mismo tiempo estar dispuestos a negociar», dijo Kenningham a DW.

Aun así, Capital Economics advirtió esta semana en un informe que alcanzar un acuerdo EE. UU.-UE «parece más difícil», debido al gran superávit comercial de bienes del bloque con EE. UU. y a la dificultad de alcanzar consensos entre los 27 Estados miembros.

La UE ya ha amenazado con nuevas tarifas aduaneras sobre productos estadounidenses valorados en 95.000 millones de euros (107.000 millones de dólares), en respuesta a los aranceles previos de Trump sobre el aluminio, el acero y los automóviles europeos. Pero el bloque ha pausado esas medidas para permitir el avance de las negociaciones. Bruselas también está considerando restricciones a las exportaciones de acero reciclado y productos químicos hacia EE. UU.

Trump, poco claro sobre lo que espera de Europa

Claudia Schmucker, directora del Centro de Geoeconomía del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), no cree que los acuerdos con China y Reino Unido «cambien realmente las cosas».

«Trump aún espera que la UE ofrezca algo que él considere suficientemente valioso», dijo Schmucker a DW, y añadió que las demandas del presidente siguen siendo «un misterio», aunque probablemente incluyan más importaciones agrícolas y energéticas desde EE. UU.

Hasta ahora, la UE ha ofrecido aumentar la importación de gas natural licuado (GNL) estadounidense, tecnología avanzada de IA y soja, además de proponer la eliminación mutua de aranceles sobre productos industriales. No obstante, Bruselas ha rechazado ceder en otros temas que irritan a EE. UU., como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), o las regulaciones, que Trump considera ventajas comerciales injustas.

Según la Oficina del Representante de Comercio de EE. UU., el déficit comercial estadounidense de bienes con la UE en 2023 fue de 235.600 millones de dólares (210.000 millones de euros), un aumento del 12,9 % respecto del año anterior. Por su parte, Eurostat cifró el superávit europeo en 157.000 millones de euros.

Para Schmucker, la retórica negativa de Trump ─incluida su afirmación infundada de que la UE fue creada para «estafar» a EE. UU.─ puede jugar a favor de Bruselas, al ayudar a los países del bloque a llegar a un consenso, incluso cuando gobiernos como los de Hungría o Italia abogan por pactos bilaterales.

«Aunque algunos países de la UE no estén plenamente alineados con la posición de Bruselas, la actitud hostil de Trump basta para fortalecer la unidad europea», explicó Schmucker a DW.

Antes de la reunión del jueves, el ministro de Comercio sueco, Benjamin Dousa, se mostró escéptico sobre un acuerdo rápido con EE. UU., al afirmar que no lo veía probable «en las próximas semanas». Si Trump mantiene el arancel base del 10 % sobre todas las importaciones ─como hizo con el Reino Unido─, Dousa advirtió: «EE. UU. puede esperar contramedidas por nuestra parte».

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