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La economía de Reino Unido se contrajo 0,3 % en abril, más de lo esperado, informó la Oficina Nacional de Estadística este jueves (12.06.2025), luego de entrar en vigor un aumento de impuestos a las empresas y en plena escalada de aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump.
La contracción del PIB en abril se dio después de una expansión de 0,2 % en marzo. Economistas habían anticipado un retroceso de 1 %.
El Gobierno laborista británico presentó el miércoles sus prioridades para los próximos años, que incluyen miles de millones de libras esterlinas para el Servicio Nacional de Salud y nuevos fondos para la defensa y la vivienda, al tiempo que recorta otros sectores.
La ministra de Finanzas, Rachel Reeves, indicó que los gastos e inversiones ayudarán a activar la economía británica.
Reeves admitió que la cifra del jueves es «claramente decepcionante», pero insistió en que sus planes de gastos generarán crecimiento.
En el primer trimestre, la economía británica superó las expectativas al crecer 0,7 %, pero analistas advirtieron que sería difícil sustentar ese ritmo en abril.
Los nuevos datos incluyen el período de introducción del impopular aumento de impuestos a las empresas y el anuncio de los aranceles de Trump para todo el mundo.
La economía enfrenta una «débil demanda externa y las empresas locales recortan gastos para compensar el aumento de costos provocado por el incremento tributario de abril», comentó Paul Dales, economista jefe de Capital Economics.
Expertos prevén un crecimiento de tan solo el 0,1 % en el trimestre actual, lo que supone una dosis de realidad para el Ejecutivo de Keir Starmer, quien ha elogiado repetidamente el rendimiento superior de Gran Bretaña en el primer trimestre en comparación con el del grupo de las siete economías más desarrolladas del mundo (G7). De hecho, la de abril ha sido la mayor contracción mensual desde la aplastante victoria electoral del Partido Laborista el verano pasado y la mayor caída desde octubre del 2023.
El Gobierno laborista confía en que el impulso de crecimiento a principios del 2025 siga contribuyendo a financiar los planes de reactivación de los servicios públicos, que pasan por la inversión en transporte, defensa, energía y el Servicio Nacional de Salud. Los analistas esperan que el crecimiento promedie tan solo un 0,3% trimestral hasta finales del 2026, lo que aumenta la posibilidad de una nueva subida de los impuestos para controlar el déficit presupuestario. «Un crecimiento más débil es un dolor de cabeza para la ministra de Hacienda, ya que dificulta la generación de los ingresos que el gobierno necesita para respaldar sus considerables planes de gasto, lo que aumenta la probabilidad de nuevas subidas de impuestos en el presupuesto de otoño», declaró Suren Thiru, director económico del Instituto de Contadores Públicos de Inglaterra y Gales.
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