Acuerdo militar entre Corea del Sur y OTAN

INTERNACIONAL

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Secretario general de OTAN, Mark Rutte / Foto: NATO North Atlantic Treaty Organization

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Corea del Sur y la OTAN acordaron crear un órgano consultivo sobre cooperación en la industria de defensa en un encuentro en La Haya el miércoles (25.06.2025), en el marco de la cumbre de la Alianza Atlántica entre su secretario general, Mark Rutte, y el asesor de seguridad nacional surcoreano, Wi Sung-lac.

Durante el encuentro, Wi le entregó a Rutte una carta personal del presidente surcoreano, Lee Jae Myung, explicando los motivos de su ausencia en la cumbre de este año, a la que había sido invitado, y en la que reafirma el compromiso de Seúl con profundizar su asociación con el organismo, según un comunicado difundido este jueves por la oficina presidencial surcoreana.

«Wi le transmitió su deseo de que la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y la OTAN, que comparten los valores de la democracia y la paz, cooperen activamente en respuesta a los complejos retos globales» actuales, de acuerdo al comunicado.

El asesor de seguridad nacional surcoreano destacó el potencial para expandir la cooperación en lo que respecta a la industria de defensa, señalando los avances en las capacidades de su país.

«Ambas partes acordaron establecer un nuevo órgano consultivo a nivel de dirección general sobre la industria de defensa para debatir medidas específicas para fortalecer la cooperación en dicho sector», informó Seúl sin mayores detalles.

También se mostraron partidarios de promover la cooperación en materia de seguridad mediante la participación de Corea del Sur en futuros proyectos de la OTAN destinados a fortalecer las capacidades de defensa de la Alianza Atlántica.

El líder del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) dio su apoyo para destituir al presidente del país, Yoon Suk-yeol,por su intento fallido de decretar la semana pasada la ley marcial.

Hyobin Lee, profesora adjunta de Política y Ética en la Universidad Nacional de Chungnam, explica a DW que los acontecimientos reavivaron la determinación de proteger la democracia por la que tantos surcoreanos murieron en el pasado. La académica piensa que la democracia ha prevalecido, pero por poco.

Ella fue una de las decenas de miles de personas que protestaron el sábado ante la Asamblea Nacional. Sostenía un cartel con una sola palabra: «Destitución».

Un alarmante recuerdo del pasado

Lee señala que los sucesos de la semana pasada le recordaron el pasado autoritario de Corea del Sur. «Ver soldados armados fue aterrador. No podía creer que tales acontecimientos fueran posibles en 2024», comenta. «Los momentos más impactantes fueron cuando soldados armados rompieron las ventanas para entrar en la Asamblea Nacional y helicópteros descendieron sobre el recinto».

«Este Gobierno, que castiga sin piedad a quienes se le oponen, es verdaderamente aterrador. Como miembro del profesorado universitario, he participado en recientes debates sobre la situación en los campus. Me di cuenta de que, bajo la ley marcial, yo también podría ser encarcelada», afirma.

Lee recuerda que, durante la dictadura militar de Park Chung-hee, en la década de 1960, «innumerables personas fueron torturadas y asesinadas». En mayo de 1980, la dictadura de Chun Doo-hwan masacró a más de 200 civiles cuando el Ejército fue enviado a la ciudad de Gwangju para sofocar las protestas.

«Estas muertes me vinieron a la mente cuando vi lo que estaba ocurriendo», dice Lee. «No podía quedarme de brazos cruzados viendo cómo la democracia surcoreana perecía de esta manera… La gente que me rodeaba también sentía lo mismo».

¿Prolongada agitación política en Seúl?

Los analistas coinciden en que, en el futuro inmediato, es probable que la política surcoreana sea turbulenta, con repercusiones en la economía, la diplomacia y la seguridad.

Leif-Eric Easley, catedrático de Estudios Internacionales de la Universidad Ewha Womans de Seúl, afirma que el líder del PPP y el primer ministro, Han Duck-soo, intentan estabilizar los asuntos de Estado y «ganar tiempo para reagruparse antes de unas posibles elecciones anticipadas para sustituir al presidente».

Pero lo que está en juego en las luchas internas va mucho más allá de Corea del Sur, añade. «Es probable que los dirigentes de Rusia, China y, sobre todo, Corea del Norte observen con regocijo la agitación política en Corea del Sur, al percibir una ventaja geopolítica», subraya. «Lo que está en juego en Seúl va más allá de la democracia surcoreana».

«La cooperación trilateral de Corea del Sur con Japón y Estados Unidos para contrarrestar las amenazas nucleares y de misiles de Pyonyang también pende de un hilo», señaló Easley. «Ahora no es el momento de que Seúl permita que los profundos errores de juicio y las ambiciones personales de políticos individuales desorienten su política exterior».

La democracia de Corea del Sur es resiliente

Los niveles de apoyo ciudadano a Yoon se ha desplomado, lo que sugiere que para la mayoría de los surcoreanos la prioridad es su destitución.

«Actualmente, Seúl es un hervidero de manifestaciones y, vayas donde vayas, no hay más que críticas a Yoon», asegura Lee. «Aunque fue una suerte que se cancelara rápidamente la declaración de la ley marcial, no podía creer que el presidente fuera un desquiciado así», añade. «Con el pueblo ya dándole la espalda, le será difícil gobernar».

Lee se siente orgullosa de que la democracia surcoreana haya resistido las pruebas a las que se ha visto sometida. «La democracia surcoreana se ha afianzado profundamente y los acontecimientos de esta semana confirman que es muy improbable un retorno al autoritarismo», destaca. «Esta constatación ofrece un gran consuelo durante la crisis actual».

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