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La guerrilla kurda PKK inició este viernes (11.07.2025) su desarme mediante la destrucción de armas en el norte de Irak, lo que el grupo, que lucha desde 1984 contra el Estado turco, calificó en un comunicado como un paso de «buena voluntad» para el «éxito práctico del proceso de paz».
«Como muestra de buena voluntad y de nuestra determinación por el éxito práctico del proceso de paz y con el objetivo de continuar nuestra lucha por la libertad, la democracia y el socialismo mediante la política democrática y por vías legales, nos presentamos hoy aquí para destruir nuestras armas por voluntad propia», señala el comunicado difundido a través de la agencia kurda ANF.
En la ceremonia participaron 30 miembros de la guerrilla, 15 hombres y 15 mujeres, entre ellas Bese Hozat, una de las máximas dirigentes del PKK, informa la citada agencia, proscrita en Turquía.
Un vídeo distribuido por la propia guerrilla en internet muestra un espacio acondicionado con una tribuna y gradas para observadores ante una cueva, así como un enorme caldero metálico.
Tras la lectura del comunicado en turco y en kurdo, Hozat dijo que «sin duda hacen falta reformas legales profundas, para llevar a buen puerto esta iniciativa histórica».
«Deben hacerse reformas legislativas y constitucionales para que este proceso llegue a buen fin. Para ello, ante vosotros como testigos, destruimos nuestra armas», agregó.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó este viernes (28.02.2025) que el llamado del fundador del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a que este movimiento deponga las armas y se disuelva es una «oportunidad histórica».
«Tenemos una oportunidad histórica de avanzar hacia el objetivo de destruir el muro del terror», indicó Erdogan, tras la declaración del encarcelado fundador del PKK, Abdullah Öcalan.
Este grupo fundado en 1978, considerado como terrorista por Turquía y sus aliados occidentales, ha dirigido durante décadas una insurgencia contra el Estado turco.
Öcalan declaró el jueves que «todos los grupos deben deponer las armas, y el PKK debe disolverse», pero su dirección militar todavía no ha respondido.
Erdogan afirmó que Turquía «vigilará de cerca» que las conversaciones para poner fin a la insurgencia «lleguen a buen puerto», y advirtió sobre cualquier «provocación».
«Cuando se elimine la presión del terrorismo y las armas, el espacio para la política en democracia se ampliará de forma natural», prometió el viernes.
«Ningún miembro de esta nación, sea turco o kurdo, perdonará a nadie que bloquee este proceso con discursos o acciones ambivalentes, como ha ocurrido en el pasado», afirmó Erdogan.
El principal partido prokurdo en Turquía, que ejerció de intermediario entre las autoridades y Öcalan, pidió al gobierno «demostrar voluntad política y poner en marcha programas» para la población kurda.
«Hay un problema kurdo y no basta con deponer las armas», declaró Tuncer Bakirhan, vicepresidente del partido DEM, a la cadena privada Habertürk. «La solución a este problema no debe aplazarse», agregó.
Más de 40.000 personas han muerto por la violencia entre Turquía y el PKK desde 1984.
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