Acuerdo sobre aranceles

INTERNACIONAL

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Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen / Foto: European Commission

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La Unión Europea (UE) y Estados Unidos se encuentran más cerca de cerrar un acuerdo sobre aranceles del 15 % a los productos europeos, confirmaron este miércoles (23.07.2025) a EFE fuentes diplomáticas.

Las fuentes aseguraron que «todo parece indicar» que la UE y EE. UU. están «más cerca» de un acuerdo con aranceles del 15 % para las importaciones comunitarias de Estados Unidos, tras el «ambiente» generado por el acuerdo que el país norteamericano alcanzó con Japón en el mismo sentido.

En cualquier caso, recalcaron que la decisión final depende del presidente estadounidense, Donald Trump, por lo que los Veintisiete continúan con los preparativos para eventuales contramedidas.

Las fuentes diplomáticas reconocieron que el anuncio del acuerdo entre Estados Unidos y Japón por el cual el país asiático deberá pagar aranceles del 15 % ha dado «cierta excitación» sobre que el pacto entre EE. UU. y la UE «puede llegar pronto».

Incidieron en que el pacto de Japón y Estados Unidos ha generado «un cierto ambiente, un efecto burbujeo» porque se está negociando y «parece que se está más cerca». En cualquier caso, admitieron que hay que ser «precavidos».

Esta mañana, la Comisión Europea afirmó que las represalias por los aranceles estadounidenses, si finalmente se tienen que adoptar ante un escenario en el que no se cierre un acuerdo con Estados Unidos, no entrarían en vigor hasta el próximo 7 de agosto.

«Para hacer nuestras contramedidas más claras, simples y fuertes, fusionaremos las listas uno y dos en una única lista (que no entraría en vigor hasta el 7 de agosto) y enviaremos esto a los Estados miembros para su aprobación», informó el portavoz de Comercio de la CE, Olof Gill.

«Usaremos cada día y cada oportunidad hasta el 1 de agosto para encontrar una solución negociada. Esa es la clara preferencia de los ministros», dijo el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, en Bruselas. Allí, los ministros de Economía de la UE debatieron sobre el reciente giro en la disputa arancelaria. El fin de semana, el presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció en una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un arancel del 30% sobre productos de la UE si no se alcanzaba un acuerdo antes del 1 de agosto. En caso de que la UE adoptara contramedidas, advirtió que impondría aranceles aún más altos a los productos europeos.

Una amenaza que Sefcovic calificó como «absolutamente inaceptable» para la UE y sus Estados miembros. Aranceles de tal magnitud impedirían cualquier comercio. También el analista político Tobias Gehrke, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), ve este peligro. Sin embargo, considera que los europeos deben superar el temor de que «los estadounidenses siempre tienen la ventaja en la escalada». A su juicio, no haría gran diferencia que los aranceles fueran del 30% o del 60%. La UE no tiene que responder de inmediato, dice, pero sí debería definir con claridad cuáles serán sus próximos pasos.

Giro inesperado para los europeos

Para la mayoría de los europeos, los anuncios arancelarios de Donald Trump probablemente fueron inesperados. «Por supuesto que me sorprendió, porque la semana pasada reinaba un ambiente bastante positivo y se pensaba que pronto se alcanzaría un acuerdo marco», dijo, por ejemplo, el ministro de Comercio de Finlandia, Ville Tavio.

Maros Sefcovic, quien lidera las negociaciones por parte de la UE, no se mostró sorprendido tras una advertencia previa por parte de EE. UU., pero sí «decepcionado». Según él, ambas partes estaban cerca de un buen acuerdo. Ahora, la situación ha tomado «una dinámica completamente diferente».

En cuanto a cómo lidiar con la situación, los ministros de Economía y Comercio estuvieron de acuerdo con la Comisión Europea: se continuará negociando, y la prioridad sigue siendo una solución pactada. El ministro de Exteriores de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen, subrayó que el resultado debe ser un «acuerdo beneficioso para ambas partes». Al mismo tiempo, afirmó que se están preparando para todos los escenarios posibles, lo que incluye contramedidas «robustas y adecuadas». Dinamarca ostenta actualmente la presidencia del Consejo de la UE.

Ya el domingo, Ursula von der Leyen anunció que los aranceles previstos como respuesta a los gravámenes al acero y aluminio —que debían entrar en vigor automáticamente a partir del 14 de julio— seguirán suspendidos. Estas medidas afectan bienes por un valor de 21.000 millones de euros. Una segunda lista, que contempla aranceles sobre productos estadounidenses valorados en 72.000 millones de euros, fue presentada a los Estados miembros para su debate, explicó Sefcovic tras la reunión.
Algunos países piden una línea más dura

El ministro de Economía de Austria, Wolfgang Hattmannsdorfer, abogó por un lenguaje «más claro» hacia EE. UU. y por una actitud «consecuente y segura de sí misma». Para él, esto implica aplicar ya las contramedidas anunciadas, en paralelo a las negociaciones. Además, propuso preparar un tercer paquete que afecte a las grandes empresas digitales.

El ministro de Comercio Exterior de Francia, Laurent Saint-Martin, considera que tras los anuncios del sábado es necesario que la UE cambie de estrategia. Los aranceles en represalia no serían suficientes como respuesta. También debería considerarse el instrumento para proteger a la UE frente a la coacción económica. El llamado «Instrumento Anti-Coacción» (ACI) busca disuadir a terceros países de ejercer amenazas económicas y permite a la UE reaccionar con contramedidas si estas se concretan. Este instrumento contempla medidas de amplio alcance, como restricciones comerciales. La fiscalidad de las grandes tecnológicas estadounidenses es otro tema que sigue en discusión en la UE.

Para el analista Tobias Gehrke, que Europa no haya respondido hasta ahora es un error. En su opinión, esto debió hacerse mucho antes. Se habló mucho de que Europa tenía una posición de fuerza, pero nunca la utilizó. Gehrke considera que el nuevo paquete de 72.000 millones de euros en contramedidas es un instrumento de presión eficaz. Sin embargo, critica que los ministros de Economía no hayan respaldado explícitamente el Instrumento Anti-Coacción.

Así que la estrategia, tras la reunión, sigue siendo la misma que antes: se continúa negociando. Al mismo tiempo, se preparan para cualquier eventualidad. Si las negociaciones fracasan, todas las opciones deben estar sobre la mesa.

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