INTERNACIONAL

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El jefe político de Irán es un religioso. Un clérigo. Las urnas son solo una maniobra distractiva para la población iraní, los gobernantes están sometidos a un personaje que nadie sabe a ciencia cierta cómo se elige. Es el resultado ─triste resultado por ahora─ de la revolución popular que derrocó al dictador Rezza Pahlevi, Sha de Persia.
Como en otras revoluciones ─Cuba es el ejemplo más sobresaliente─ la población actúa contra un gobierno dictatorial confiando en un líder que más temprano que tarde muestra la verdadera intención, tomar el poder para nunca derivarlo a los ciudadanos en términos democráticos. El caso de Irán es dramático, la brutalidad de la censura interna, especialmente contra las mujeres, parece no encontrar límites. La resistencia apenas consigue alguna demostración pública.
Ahora el líder supremo ─de la rama shiita─ advierte que no tiene el menor propósito de buscar algún punto de encuentro con Estados Unidos para rescatar la paz en la región. Mientras los clérigos gobiernen en el país no habrá paz con Israel país que está amenazado con la desaparición por parte de los religiosos iraníes.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, denunció este domingo (24.08.2025) que Estados Unidos quiere un Irán «obediente» que acepte sus demandas, a lo que aseguró que su país se opondrá, y descartó que la negociación directa con Washington pueda resolver las tensiones. «Quienes nos apremian para negociar directamente con Estados Unidos sólo ven las apariencias, en mi opinión… el asunto es irresoluble», declaró Jamenei.
«Este señor que hoy gobierna en Estados Unidos [en referencia a Donald Trump] reveló su verdadero objetivo: dijo que nuestro enfrentamiento con Irán es porque queremos que obedezca a Estados Unidos», aseveró Jamenei en una ceremonia en Teherán con motivo del aniversario del martirio del octavo imán chií, el imán Reza, según informó la agencia oficial IRNA.
La máxima autoridad política y religiosa de Irán subrayó que el país persa, «con su historia, dignidad y grandeza, nunca será sometido», y advirtió de que la nación se enfrentará «con toda su fuerza» a quienes pretendan imponer esa condición. El dirigente iraní aseguró que Israel y EE. UU. comprendieron, tras «la resistencia y la unión poderosa del pueblo, los responsables y las fuerzas armadas» en la guerra de 12 días en junio, que no es posible «doblegar a la nación iraní con la guerra ni obligarla a obedecer».
Por lo mismo, dijo que ahora buscan alcanzar su objetivo mediante la «creación de divisiones dentro del país». Sus declaraciones se producen después de que el Frente de Reformas ─una coalición de partidos reformistas─ y varias figuras cercanas llamaran en los últimos días a realizar cambios estructurales en el país, especialmente en la política exterior, y aceptar la demanda de Occidente de suspender el enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de las sanciones.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, condenó este sábado (28.06.2025) los comentarios «irrespetuosos e inaceptables» del presidente estadounidense, Donald Trump, quien afirmó haber dado una «paliza» a Irán y evitado «una muerte muy horrible e ignominiosa» a su líder supremo, Alí Jamenei.
«Si el presidente Trump realmente desea llegar a un acuerdo, debería dejar de lado su tono irrespetuoso e inaceptable hacia el líder supremo iraní, el gran ayatolá Jamenei, y dejar de herir a sus millones de seguidores sinceros», escribió Araqchi en la red social X.
«El gran y poderoso pueblo iraní, que ha mostrado al mundo que el régimen israelí NO TENÍA OTRA OPCIÓN que correr hacia «papá» para evitar ser aniquilado por nuestros misiles, no aprecia mucho las amenazas y los insultos», agregó el ministro.
Insistió en que «la buena voluntad genera buena voluntad, y el respeto genera respeto».
En un mensaje extraordinariamente virulento en su red Truth Social, Trump criticó el sábado a Teherán por haber reivindicado la victoria en la guerra de 12 días contra Israel y anunció que cesaba toda gestión a favor del levantamiento de las sanciones contra Teherán.
También acusó a Jamenei de ingratitud por minimizar el alcance de los ataques contra los sitios nucleares de su país y por decir que Irán había vencido a Israel y asestado una «bofetada» a Washington.
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