OPINIÓN

Por Hugo Flombaum, analista político. Columnista de LaCity.com.ar.
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Quien ganó el 7 de septiembre, algunos dicen el «peronismo» otros dicen el aparato, otros dicen perdió Milei y por eso ganó el oficialismo provincial.
Disiento con todos esos comentarios, primero y fundamental ganó la provincia de Buenos Aires, segundo ganaron los intendentes, lo hicieron sin plan platita, sin reparto de nada, sin obra pública que no pagaran con sus propios recursos.
Debemos comenzar a entender que la política nacional si interviene, obviamente, pero los intendentes, como los gobernadores tienen un peso específico real. Dicho esto me gustaría compartir algunos conceptos que pretenden aportar al futuro de la provincia.
En Argentina, la dependencia de los estados ha moldeado profundamente nuestra cultura y forma de vida, especialmente en las provincias. Somos rehenes del «dame», esperando soluciones que no llegan. Esta dependencia es una enfermedad fomentada por aquellos que ven al estado como un sujeto, en lugar de una organización que administra nuestro dinero. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo rehenes de esta dependencia?
El trabajo que debemos realizar para reconquistar la representatividad es luchar por la liberación de los electores de su dependencia. La provincia con esta elección dio el primer paso, la nación con el concepto «no hay plata» dio el segundo, el tercero corresponderá a quienes nos comprometimos a cambiar el sentido de la política. Las alquimias de cuanto sumó y cuanto restó respecto de elecciones pasadas no cuenta para este análisis. La responsabilidad de quien ganó y quien perdió es de los intendentes.
Esta elección fantástica que hemos vivido deja mucho para debatir. Las calles de nuestras ciudades se irán deteriorando, las plazas, las escuelas, los centros de salud, los sueldos de los empleados municipales también. Es fundamental que entendamos que la estabilidad monetaria es la clave de la lucha por la liberación de los votantes de la dependencia del estado.
Otro de los grandes problemas culturales que tenemos es el avance de la ridícula depreciación en la consideración de la producción bioeconómica en una provincia que tiene en esa actividad su razón de ser. Eso es algo inadmisible para las familias que vivimos en la provincia más productora de alimentos y derivados.
Reconstruir esa relación no solo es parte de los ciudadanos que viven en las ciudades y pueblos, también el campo debe ocuparse de esa tarea. Organizar actividades abriendo las tranqueras. Compartiendo, recibiendo las críticas y explicando.
Comienza un largo camino, miremos con alegría esta situación, exijamos que nunca más mezclemos elecciones provinciales con las nacionales. Obliguemos a los partidos a mirar el territorio y no al revés.
Buenos Aires tiene muchos objetivos comunes a todos los partidos políticos para lograr su identidad perdida. Esa es la batalla, lograr identidad y amor propio como bonaerenses.
La falta de condiciones en la lucha por la coparticipación federal de impuestos refleja una falta de identidad. Además, no aplicar la descentralización municipal demuestra una falta de preocupación por la calidad institucional. Finalmente, no dividir los municipios que superan los trescientos o cuatrocientos mil habitantes para mejorar la eficiencia comunitaria muestra una falta de valoración hacia los vecinos.
Tenemos que rever la ley orgánica municipal, dotar a los municipios de organismos de control que actúen en tiempo y forma para lograr la mejor administración.
Debemos regionalizar la provincia y descentralizar los servicios provinciales de mantenimiento y desarrollo de la infraestructura.
Debemos utilizar el concepto de plusvalía para financiar obra pública haciendo participar a la comunidad de las inversiones.
Hay tanto para debatir intraprovincia que discutir lo externo pasaría a segundo plano. Si la provincia recupera el poder que tiene en el orden nacional todo cambiaría para el país y para los bonaerenses.
Sin duda todo deberá tener un marco indispensable para lograr todos esos objetivos. La honestidad y la decencia debe ser condición para participar de la cosa pública.
Si ponemos estos objetivos como norte a pesar del seguro largo camino el resultado será de gran valor para lograr un futuro venturoso.
*Imagen ilustrativa.
Otro artículo escrito por Hugo Flombaum: 7 de septiembre
