En bloque Europa enfrenta a Israel

INTERNACIONAL

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Jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas / Foto: European Parliament

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A pesar de la historia, trágica y dramática, Europa vuelve a enfrentar al Estado de Israel. Los gobiernos europeos, con el socialista Pedro Sánchez a la cabeza, inclinan la balanza hacia la reacción contra Israel, nunca teniendo en cuentas las atrocidades cometidas por el grupo terrorista Hamás, que aun mantiene rehenes de distintas nacionalidades sin conocer la suerte que corren. Sobre todo si están con vida.

La defensa de los palestinos esconde sin lugar a dudas un profundo sentimiento antisemita que no es nuevo en Europa. Lo nuevo es la decisión de enfrentar de manera directa al Estado de Israel. Otra vez se enciende la alarma en toda la región impulsada por los gobiernos de España y Francia, ostensiblemente.

En respuesta a las operaciones militares en la Franja de Gaza, la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, ha propuesto sanciones contra Israel. El paquete incluye el aumento de impuestos a ciertas importaciones de Israel y sancionar a dos ministros del Gobierno de Benjamín Netanyahu.

Las medidas comerciales, si fueran adoptadas por los países de la UE, encarecerían en unos 227 millones de euros el costo de determinadas importaciones israelíes, principalmente de origen agrícola. La Comisión Europea también propuso sancionar a dos ministros israelíes de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, responsable de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, responsable de Finanzas, según un responsable comunitario.

Violación de acuerdo UE-Israel

«Quiero ser muy clara, el objetivo no es castigar a Israel. El objetivo es mejorar la situación humanitaria en Gaza», afirmó en conferencia de prensa la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas. «Todos coincidimos en que la situación en Gaza sigue yendo en la dirección equivocada. Debemos aprovechar las herramientas a nuestra disposición para presionar al Gobierno israelí a que cambie de rumbo», declaró Kallas.

Una revisión interna de la UE concluyó que las acciones de Israel en el territorio asediado violan un acuerdo entre la UE e Israel que obliga a ambas partes a respetar los derechos humanos. «Suspender las concesiones comerciales e imponer sanciones a ministros extremistas, colonos violentos y agentes de Hamás enviaría un mensaje contundente de la Unión Europea: esta guerra debe terminar, el sufrimiento debe cesar y los rehenes deben ser liberados», prosiguió la jefa diplomática.

No está claro si la propuesta podrá encontrar el respaldo necesario entre los 27 Estados miembros de la UE. La suspensión de los beneficios comerciales para Israel requeriría la aprobación de 15 países que, en conjunto, representen al menos el 65 por ciento de la población total de la UE.

Hasta ahora, el Ejército de Israel venía instando a los residentes a abandonar la ciudad de Gaza por una carretera costera hacia lo que llama una «zona humanitaria» más al sur.

El miércoles 17 de septiembre, los militares israelíes anunciaron la apertura de «una ruta de paso temporal a través de la carretera Salah al Din», que atraviesa de norte a sur el centro de la Franja de Gaza.

El portavoz en árabe de las fuerzas armadas israelíes, Avichay Adraee, anunció que este corredor permanecerá abierto solo 48 horas a partir del mediodía.

Ofensiva terrestre contra la ciudad de Gaza

Un día antes, el Ejército israelí lanzó antes del amanecer un bombardeo masivo sobre la ciudad de Gaza, mientras sus tropas avanzaban hacia el centro de la principal urbe del enclave palestino.

Horas después, las propias fuerzas armadas confirmaron el inicio de una gran ofensiva terrestre sobre Ciudad de Gaza, con el fin de expulsar de lo que considera uno de sus últimos bastiones a Hamás, considerado una organización terrorista tanto por Israel como por otros países, incluidos Estados Unidos o la Unión Europea, y cuyos ataques del 7 de octubre de 2023 desencaderan el actual conflicto en la Franja. Un comunicado posterior informó de que, desde el inicio de la actual ofensiva terrestre, «más de 150 objetivos» han sido atacados en la urbe.

Después de Irlanda, ahora también Países Bajos amenaza con boicotear el Festival de la Canción de Eurovisión 2026 si Israel participa, como está previsto. La televisora pública neerlandesa responsable, AVROTROS, explicó que «no puede seguir haciéndose responsable de la participación de Israel en la actual situación, en vista del grave y continuo sufrimiento humano en Gaza».

De ese modo, Países Bajos se suma al anuncio de Irlanda. Y también Eslovenia dejó claro a principios de septiembre que no participaría si Israel también lo hacía. España e Islandia también están considerando apartarse del Festival de la Canción de Eurovisión (ESC, por sus siglas en inglés), en caso de que Israel participe el año que viene en Viena, desde el 12 hasta el 16 de mayo. Se espera que la decisión sobre la participación de Israel se tome en diciembre.

Cómo surgió la participación de Israel en el ESC

Israel debutó en 1973 en el entonces llamado Gran Premio de Eurovisión de la Canción. Desde ese momento, ese país es miembro de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), una asociación que actualmente cuenta con 73 miembros, es decir, radioemisoras de 56 países, así como 35 miembros asociados de 21 Estados de Europa, África del Norte y Medio Oriente. Israel no es el único país extraeuropeo que participa en el ESC. También Armenia y Azerbaiyán compiten. Australia es, desde 2015, el participante más «exótico» del ESC, gracias a una enorme comunidad de fans y a su incorporación como miembro asociado de la UER.

Esta alianza entre numerosas emisoras y países más allá de las fronteras europeas es también la razón por la que el evento se llama «Festival de la Canción de Eurovisión» y no «Festival Europeo de la Canción». Israel es uno de los participantes más exitosos del concurso, con cuatro primeros puestos. Sin embargo, el conflicto en Oriente Medio se ha reflejado en el concurso en varias ocasiones durante las últimas cinco décadas.

Medidas de seguridad para protección de artistas israelíes

En 1973, la cantante Ilanit fue la primera artista en representar a Israel, bajo las más estrictas medidas de seguridad. Pocos meses antes, en 1972, terroristas palestinos habían asesinado a once atletas israelíes en la Villa Olímpica de Múnich, en Alemania. Según se informa, Ilanit llevaba un chaleco antibalas, el público tuvo que permanecer sentado durante su actuación, y los fotógrafos tuvieron que fotografiar el techo de la sala para demostrar que sus cámaras no eran armas de fuego camufladas.

La candidata israelí Eden Golan también tuvo que actuar bajo protección especial en 2024. A principios de 2025, varios países participantes ya habían solicitado a la UER que excluyera a Israel del concurso.

Esto casi ocurrió. Sin embargo, no fue directamente por la guerra en Gaza, sino por el título original de la canción israelí participante, «Lluvia de octubre», que, en opinión de los funcionarios de la UER, recordaba demasiado al detonante de la guerra en Gaza: el ataque terrorista de Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023, en el que murieron alrededor de 1.200 personas y más de 250 fueron secuestradas como rehenes y llevadas por la fuerza a Gaza. Por eso, se cambió la letra de la canción y se permitió participar a Eden Golan.

Multa por la bandera palestina

Incluso las demandas y consignas explícitas del público o de los artistas se repiten, y son sancionadas. Esto fue particularmente evidente en Tel Aviv en 2019.

En la noche de la final del ESC, la banda islandesa Hatari sostuvo una bandera palestina ante las cámaras, por lo cual la emisora islandesa RÚV tuvo que pagar 5.000 euros de multa a la UER.

Esa misma noche, Madonna, invitada al Festival de la Canción de Eurovisión como estrella internacional, hizo subir las escaleras a un bailarín con una bandera israelí y a otra bailarina con una bandera palestina en las manos durante su actuación. Este fue un «mensaje de paz y unidad», declaró posteriormente la cantante estadounidense. Sin embargo, la UER se mostró poco entusiasta al respecto.

En los certámenes de Malmö 2024 y Basilea 2025, hubo manifestaciones antiisraelíes en las calles y, en casos aislados, incluso silbidos y abucheos en la sala contra las actuaciones de Israel.

El debate sobre si el ESC debería ser político o no se reaviva una y otra vez, y ante las crecientes crisis globales, es aún más improbable que se calme. Si bien los estatutos de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) estipulan que el ESC debe ser completamente apolítico, el número de canciones con posturas claras contra la guerra y las violaciones de derechos humanos, así como a favor del empoderamiento femenino y la diversidad, está aumentando. Y esto a pesar de que la UER considera el ESC un evento puramente cultural, sin cabida para la política.

Como anfitriona del ESC 2026, la emisora austríaca ORF se manifestó claramente a favor de la participación de Israel. Con ello, sigue la línea de la UER, que subraya que los artistas no son responsables de las controversias políticas. Se trata principalmente de la música, la cultura y el mensaje universal de la unidad a través del lenguaje musical.

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