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Nuevo giro en la crisis política que vive Francia. El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, presentó el lunes, 6 de octubre de 2025, su renuncia al presidente francés, Emmanuel Macron.
El Elíseo anunció en un breve comunicado que Macron aceptó la dimisión de Lecornu, lo que abre las puertas a diferentes escenarios, incluida la convocatoria de elecciones anticipadas.
Amenaza de abandono de uno de los componentes del Ejecutivo
La renuncia de Lecornu se produce tan solo 13 horas después de que se nombrara ayer la composición de un Gobierno en el que Lecornu llevaba trabajando desde su propio nombramiento.
Tras su dimisión sorpresa, está la posición de uno de sus componentes, el partido conservador Los Republicanos, cuyo líder, Bruno Retailleau, señaló anoche su descontento por la composición del gabinete, en el que aspiraban a tener mayor presencia, y convocó esta mañana una reunión de su formación para decidir si abandonaban el Gobierno.
En caso de cumplirse su amenaza de abandonar del Ejecutivo, se hacía imposible en la práctica su continuidad, teniendo en cuenta que no contaba, ni de lejos, con una mayoría parlamentaria.
Declaración de Lecornu
El propio Lecornu ofreció una declaración pública sobre su decisión: «No se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones» para gobernar, dijo. Asimismo, deploró los «apetitos partidistas» que han llevado a su dimisión y pidió «borrar ciertos egos».
Además, enumeró tres razones que le impiden seguir siendo jefe de Gobierno. En primer lugar, citó el hecho de que los partidos políticos «en ocasiones fingieron ignorar el cambio, la profunda ruptura que representaba no aplicar el Artículo 49.3 de la Constitución», que permite adoptar leyes sin el acuerdo del Parlamento, y que, según él, desbarataba el «pretexto para la censura previa» en la Asamblea Nacional.
Deploró, en segundo lugar, que «los partidos políticos siguen adoptando una postura como si todos tuvieran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional». El político macronista aseguró que durante las tres semanas de negociaciones que mantuvo con todo el arco parlamentario estuvo «cerca» de lograr un acuerdo, que las «líneas rojas se estaban volviendo naranjas y, a veces, verdes», y que él «estaba dispuesto a ceder, pero cada partido político quiere que el otro adopte su plataforma completa», lamentó.
En tercer lugar, «la composición del gobierno dentro del núcleo común (los partidos de centro y derecha que componen el gobierno) no fue fluida», reconoció. Esas tensiones provocaron «el resurgimiento de algunos deseos partidistas, a veces relacionados (…) con las próximas elecciones presidenciales» de 2027, apuntó Lecornu.
El llamado a la huelga en Francia se sintió desde primera hora de la mañana: servicio de trenes regionales y de transporte público limitados o paralizados, muchas escuelas y la mayoría de farmacias cerradas…
Las autoridades esperan una movilización masiva el jueves, 18 de septiembre de 2025, con hasta 900 000 manifestantes en las calles. Al igual que sucediera en las protestas del 10 de septiembre, organizadas a través de las redes sociales bajo el lema «Bloqueemos todo», las autoridades han movilizado un fuerte dispositivo de 80 000 policías y gendarmes para evitar «bloqueos».
«Seremos intransigentes», aseguró el ministro del Interior, Bruno Retailleu, quien estimó que entre 5000 y 8000 «individuos peligrosos» podrían «causar desórdenes» durante las manifestaciones.
Presupuestos de 2026
La movilización fue detonada por el plan presupuestario para 2026 del ex primer ministro, que preveía recortes de hasta 44 000 millones de euros y la supresión de dos días feriados. Aunque el Parlamento tumbó su gobierno, y su sucesor, Sébastien Lecornu, anunció la elaboración de un nuevo plan, que no incluirá la supresión de los días feriados, los sindicatos han mantenido la movilización.
Además de pedir la supresión de los recortes planteados por Bayrou, los sindicatos reclaman derogar la impopular reforma de las pensiones de 2023, más justicia fiscal y más medios para los servicios públicos. Según un sondeo publicado ayer, un 56 por ciento de los franceses aprueban la movilización.
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