Ataque aéreo en Birmania a población civil

INTERNACIONAL

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Foto: Chun Nrein/MPA*

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Al menos 20 personas perdieron la vida, incluidos niños, debido a un bombardeo militar contra un festival tradicional en la región central de Sagaing de Birmania, según reportes de prensa y denuncias de testigos.

El ataque, que también dejó al menos 40 heridos, ocurrió la noche del lunes, cuando los habitantes de la población de Chaung-U se habían reunido para celebrar un festival tradicional, informó el canal Public Voice, controlado por el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), formado en oposición al golpe militar de febrero de 2021.

Miles de personas se habían reunido el lunes por la noche en Chang U, en el centro de Birmania, para la Fiesta de las Luces, un acto que marca el fin de la cuaresma budista.

Según una miembro del comité organizador del festival del municipio de Monywa, el ejército bombardeó a la multitud con un parapente motorizado.

Protestaban contra la junta militar

La mujer, que pidió el anonimato por seguridad, dijo a AFP que los congregados también protestaban contra la junta gubernamental cuando, en torno a las 19H00, empezaron los bombardeos.

«El comité alertó a la gente y un tercio de la muchedumbre logró huir», añadió. «La gente sostenía unas velas y un minuto después estaban en el suelo, hechos pedazos. Había niños completamente destrozados», agregó.

Otro testigo, vecino de Chang U, dijo que la gente empezó a correr cuando se dieron cuenta de que el parapente motorizado los sobrevolaba, un aparato que «soltó dos bombas», según él.

El testigo, que también pidió el anonimato, acudió este martes a las exequias de nueve amigos suyos.

AFP contactó con un portavoz de la junta militar, que declinó hacer comentarios.

AI también reportó el ataque

«La comunidad internacional puede haberse olvidado del conflicto en Birmania. La junta militar aprovecha esa falta de escrutinio para perpetrar crímenes de guerra con impunidad», denunció por su parte Joe Freeman, investigador para Birmania de la ONG Amnistía Internacional (AI), en un comunicado.

Según AI, el ataque fue realizado por soldados que sobrevolaron con un parapente a motor la aldea, situada en uno de los bastiones de la oposición pro democracia, donde también se celebraba una vigilia para reclamar el fin de la dictadura militar.

«Este sería el último de una larga serie de ataques que se remontan a casi cinco años, desde el inicio del golpe militar. Mientras el Ejército intenta consolidar su poder con unas elecciones orquestadas a finales de este año, intensifica una campaña ya de por sí brutal contra focos de la resistencia», remarcó Freeman.

La asonada de febrero de 2021 terminó con una década de transición democrática en el país y generó un fuerte rechazo a la cúpula militar, lo que desencadenó en un movimiento de protesta que se transformó en una rebelión armada.

La dictadura militar ha anunciado la celebración de unas elecciones generales que se celebrarán por fases desde el 28 de diciembre, que la oposición y grupos pro derechos humanos denuncian como una «farsa» por la falta de representación de partidos opositores.

Bombas fabricadas con apoyo chino son «ampliamente usadas por la fuerza aérea de Birmania en ataques indiscriminados contra civiles», dice un informe entregado el 16 de julio por el Consejo Asesor Especial para Birmania (SAC-M), un grupo compuesto por expertos internacionales independientes.

El informe, titulado La fábrica de la muerte: el apoyo chino a la producción de bombas aéreas para las fuerzas armadas de Birmania, centra su mirada en los lazos que unen a la empresa estatal China South Industries Corporation, también conocida como China South, y la fábrica de armas DI21 en Magway, Birmania central.

China South y su subsidiaria Hunan Vanguard han sido «esenciales para establecer la mayoría de las actuales líneas de producción de la fábrica» birmana, dicen los especialistas. Esto incluye el envío de ingenieros chinos, la capacitación de personal birmano en China y el suministro de componentes claves para las bombas. Según el reporte, la empresa china todavía proporciona apoyo técnico remoto a la planta de producción en Birmania.

La industria de defensa de la junta depende «totalmente del suministro de materiales desde el extranjero, incluyendo microelectrónica para muchos de los componentes usados en las bombas», señala el reporte.

«China South es cómplice» de ataques a civiles

Yanghee Lee, ex relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en Birmania y una de las fundadoras del SAC-M, señaló que China debe poner fin al apoyo militar a la junta. «South China es una compañía estatal que responde al gobierno chino. Al proporcionar bombas aéreas y asistencia técnica, China South es cómplice de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por la junta contra la población civil. China debe poner fin de inmediato a todo apoyo a la fabricación de armas en Birmania».

Marzuki Darusman, ex fiscal general de Indonesia y cofundador de SAC-M, dijo que los recuerdos por el uso de estas bombas permanecerán en la memoria del pueblo birmano mucho después del fin de la guerra civil.

«Cuando el pueblo birmano mira a China, espera ver una fuerza impulsora de paz y estabilidad. En cambio, ve al patrocinador de su sufrimiento. Las bombas que devastan sus comunidades se fabrican con la ayuda de China», dijo Darusman. «¿Ese es el legado que desea dejar China en Birmania?».

Bombardeos a «tasas sin precedentes»

La junta ha perdido el control de vastas extensiones del territorio de Birmania tras el golpe de 2021. Como resultado, los altos mandos han dependido de los ataques aéreos para bombardear a lo que, dicen, son grupos terroristas.

Pero muchos cuestionan esta narrativa, especialmente después del infame bombardeo de 2023 contra la aldea de Pa Zi Gyi, en la región de Sagaing, donde según la ONU murieron 155 personas, incluidos muchos niños. Los bombardeos se han sucedido desde entonces, como demuestran las 23 personas que murieron la semana pasada en un ataque contra un templo budista, también en Sagaing.

«Los datos confirman el uso de aviones de combate, helicópteros y vehículos aéreos no tripulados para bombardear a un ritmo sin precedentes», advierte el reporte.

China usa su poder de veto

Khin Ohmar, activista por la paz en Birmania, dice que el informe entregado por SAC-M es una prueba más de la interferencia china en los asuntos birmanos. «La industria armamentística de China está facilitando los miles de bombardeos de la junta que masacran a civiles, incluyendo a desplazados, ancianos, niños y mujeres», declaró a DW.

«En el Consejo de Seguridad de la ONU, China usa su poder de veto para impedir el embargo global de armas, protegiendo así a la junta criminal de guerra y asegurando a la vez el flujo de armas. Esto representa una intromisión de China en los asuntos de nuestro país y una grave violación a los derechos humanos y el derecho penal», agregó.

*Imagen ilustrativa.

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