ARGENTINA

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En septiembre, el poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) alcanzó un récord histórico: con el monto mensual se pueden comprar 72,83 litros de leche, el máximo registrado desde la creación del programa. El dato surge de la evolución del monto oficial del beneficio y del precio de la leche publicado por el INDEC, y refleja cómo el rumbo económico del gobierno de Javier Milei empieza a mostrar resultados concretos en la vida de la gente.

Mientras durante los años del kirchnerismo los parches y la inflación destruían cualquier ingreso, hoy la realidad es otra: una política social sin intermediarios y sin clientelismo puede cumplir su objetivo real. La AUH vuelve a servir para lo que fue pensada, garantizando que la ayuda llegue de forma directa a las familias, sin que en el medio se enriquezcan punteros o burócratas.

El Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello marcó esta línea desde el primer día: asistencia social para los argentinos empobrecidos por años de decadencia, pero de manera transparente y eficiente.

El contraste es evidente. Basta recordar el fallido programa «Precios Cuidados» del kirchnerismo, cuando el Gobierno enviaba policías a controlar góndolas en los supermercados para sostener una ficción de precios congelados que nunca funcionó. Aquella política no solo fracasó en frenar la inflación, sino que terminó distorsionando el mercado y reduciendo la oferta, castigando a los consumidores más pobres. Hoy, sin controles absurdos, los precios se ordenan y el poder de compra de las familias mejora.

La relación entre el monto de la AUH y el precio de producto esencial para los primeros años de vida de un niño, como lo es la leche, demuestra que hoy en día esta ayuda social vuelve a ser efectiva para sacar a las personas de la pobreza. Y los esfuerzos de los argentinos que pagan sus impuestos, van a manos de personas realmente vulnerables, víctimas del modelo que tanto nos empobreció.

Los números son contundentes: cuando se eliminan los intermediarios y se administra con responsabilidad, los recursos vuelven a la gente. El récord de septiembre confirma que el rumbo es el correcto: menos Estado derrochador, más poder en manos de las familias, y una política social que por fin empieza a cumplir su verdadero objetivo.

«Grandes noticias están por venir que fortalecerán aún más la asociación económica entre Argentina y Estados Unidos», anunció este viernes el embajador norteamericano Peter Lamelas, en su mensaje, publicado en la red social X.

El diplomático agregó: «Como dice el lema en mi Challenge Coin: «Unidos en libertad, fortaleza y prosperidad». Confío en el futuro de nuestra duradera amistad con el pueblo argentino y soy optimista: Argentina está en el camino correcto hacia la prosperidad como una república democrática, de libre mercado y soberana».

Las declaraciones de Lamelas confirman lo que en los círculos diplomáticos ya se da por hecho: el cierre inminente de un acuerdo comercial y financiero histórico entre Washington y Buenos Aires, que consolida el giro pro-occidental del gobierno de Milei y abre una nueva etapa de cooperación estratégica.

El presidente Javier Milei confirmó que ambos países están negociando un nuevo acuerdo comercial bilateral con foco en inversiones, energía y reducción arancelaria. El entendimiento se habría gestado durante el encuentro Milei-Trump en la Casa Blanca y se anunciaría antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre.

El Departamento del Tesoro de EE. UU. ya trabaja en un paquete de asistencia financiera que alcanzaría los US$ 40.000 millones, combinando una línea swap de US$ 20.000 millones con fondos privados y mecanismos de apoyo al mercado de deuda.

El plan tiene dos objetivos: reforzar las reservas argentinas y acompañar la apertura económica impulsada por el Ejecutivo. Desde el Tesoro estadounidense definieron la iniciativa como una «apuesta por la libertad económica en el Cono Sur».

El mensaje de Lamelas refleja el respaldo político más contundente de Estados Unidos al programa económico de Milei, en un momento en que el Gobierno avanza con equilibrio fiscal, baja de la inflación y apertura de mercados.

Mientras la oposición insiste con volver al proteccionismo y la dependencia estatal, Occidente vuelve a mirar a la Argentina como un socio confiable, estable y liberal.

Actualmente, Argentina y Estados Unidos mantienen un Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones (TIFA), pero sin un tratado de libre comercio formal. Este nuevo entendimiento busca ir más allá: abrir el mercado argentino a capitales norteamericanos, ampliar la cooperación energética y tecnológica, y consolidar la alianza política entre ambos países.

La Argentina da un paso más hacia la integración plena al mundo libre. Atrás quedan los años del aislamiento, los controles y el intervencionismo. El país comienza a recuperar credibilidad internacional, atrae inversiones y se consolida como un faro de libertad económica en América Latina.

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