INTERNACIONAL

Lectura: 7 minutos
El primer ministro de China, Li Qiang, criticó el martes (28.10.2025) desde Kuala Lumpur los «aranceles desproporcionados» que afectan a países de Asia, antes de la reunión que se espera el jueves entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de visita en Tokio, y el chino, Xi Jinping, en Corea del Sur.
«La interferencia externa en esta región ha aumentado, y muchos países enfrentan mayores desafíos debido a aranceles e impuestos externos desproporcionados», dijo Li Qiang al comienzo de una reunión entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), durante la cumbre que el bloque y sus aliados celebran en Kuala Lumpur desde el domingo, cuando Trump participó en el encuentro.
«El unilateralismo y el proteccionismo están afectando gravemente al orden económico y comercial internacional», añadió el primer ministro de China, el principal socio comercial del Sudeste Asiático, territorio de rivalidades geopolíticas entre Pekín y Washington.
Las exportaciones de China al Sudeste Asiático se han disparado a raíz de los aranceles que Trump empezó a anunciar en abril para sus socios comerciales, y en septiembre experimentaron un aumento interanual del 14,7 %, según la Administración General de Aduanas de la potencia asiática.
En este contexto, Trump anunció el domingo, durante su participación en la cumbre de Kuala Lumpur, varios acuerdos en materia comercial con países de la ASEAN.
El mandatario estadounidense informó sobre un pacto con Tailandia para «fortalecer la cooperación» en el desarrollo y la expansión de las cadenas de suministro de minerales críticos, y un acuerdo con Camboya que fija los aranceles de Washington al país en el 19 %.
En paralelo a la cumbre de la ASEAN y sus socios, delegaciones de EE.UU. y China negociaron el sábado y el domingo en la Torre Merdeka 188 de Kuala Lumpur y, tras las conversaciones, el secretario del Tesoro del país norteamericano, Scott Bessent, dijo que se construyeron «bases muy sólidas» que confía que garanticen un «encuentro exitoso» entre Trump y Xi en Corea del Sur.
El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, anunció el domingo (26.10.2025) un acuerdo para que China postergue las restricciones de exportación de tierras raras y reanude la compra de soja estadounidense. El presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado con un arancel adicional del 100 % si Pekín limitaba la exportación de tierras raras, pero «creo que hemos evitado eso», dijo Bessent en el programa «This Week» de ABC.
En una comparecencia al término de las conversaciones, que tuvieron lugar en la Torre Merdeka 188 de Kuala Lumpur, el representante de Comercio Internacional de China, Li Chenggang, afirmó que ambas partes lograron un «acuerdo preliminar» y exploraron «propuestas adecuadas para abordar las preocupaciones mutuas». El acuerdo preliminar debe aún, no obstante, someterse a procesos de aprobación interna por ambas partes, añadió Li, aunque no proporcionó más detalles.
Un «marco exitoso» para la reunión entre Xi y Trump
«El siguiente paso será que cada parte cumpla con sus respectos procedimientos internos de aprobación», aseveró Li, de acuerdo con la transcripción difundida por la agencia oficial Xinhua. El Wall Street Journal citó también al secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien afirmó que se había establecido un «marco exitoso» antes de la reunión prevista entre el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur el próximo jueves.
Aún no está claro si ambos líderes anunciarán una resolución formal de la disputa comercial. El tiempo apremia, ya que los aranceles adicionales anunciados por Trump entrarían en vigor el 1 de noviembre. Durante el fin de semana, China y Estados Unidos celebraron dos reuniones en Malasia, al margen de la cumbre de la ASEAN, en lo que es la quinta ronda de negociaciones comerciales con el objetivo de resolver el conflicto que se ha prolongado durante meses.
La imagen de una bolsa con la bandera de Estados Unidos y la frase «Made in China» acompañándola refleja el sentimiento de muchos seguidores del presidente Donald Trump. Si la bandera nacional de Estados Unidos se fabrica en China, como sugiere la imagen, entonces algo anda mal. Por eso llaman a los «patriotas» a boicotear los productos chinos.
Pero, ¿puede permitírselo Estados Unidos? ¿El intercambio comercial entre tierras raras y teléfonos inteligentes fabricados en China y la soja y los chips producidos en Estados Unidos pronto será cosa del pasado?.
La respuesta es «no», especialmente para Estados Unidos. «La interdependencia de ambas partes sigue siendo bastante alta», explica a DW el experto en China Scott Kennedy, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). «A pesar de los diversos riesgos económicos y de seguridad, ambas partes siguen beneficiándose considerablemente de las relaciones comerciales».
Sin embargo, estas son todo menos equilibradas. En los últimos diez años, el déficit comercial con China denunciado por Estados Unidos aumentó de 295.000 millones de dólares estadounidenses a 382.000 millones. En 2024, China exportó a Estados Unidos mercancías y bienes por valor de unos 526.000 millones de dólares estadounidenses, más del triple que a la inversa.
Un vistazo a las estadísticas muestra que los productos chinos forman parte de la vida cotidiana estadounidense. De los 526.000 millones de dólares estadounidenses en importaciones chinas, 127.000 millones corresponden solo a teléfonos inteligentes y computadoras. Por lo tanto, el aumento de los aranceles afectaría a todos los clientes de Estados Unidos.
Respuesta desde Pekín
Los aranceles punitivos de Trump causan malestar en Pekín. Sin embargo, a diferencia de Europa u otras regiones, China se muestra segura de sí misma. Pekín anunció que «luchará hasta el final».
«Amenazar con aranceles elevados no es la forma correcta de negociar con China», se afirma en una declaración oficial de China del 13 de octubre de 2025. Pekín ya reaccionó y ha impuesto aranceles de represalia y restricciones a la exportación, entre otras cosas, de tierras raras. En el caso de estos minerales críticos, que se utilizan en la fabricación de automóviles eléctricos, teléfonos inteligentes, semiconductores, turbinas y en la industria militar, Estados Unidos depende en más de un 90 % de las importaciones, de las cuales más del 80 % proceden de China.
Otro artículo de interés: Negociaciones constructivas EE. UU.-China
