Caos en peronismo por derrota electoral

ARGENTINA

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Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof / Foto: Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires

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Ni una hora después de conocerse los primeros números, el peronismo bonaerense entró en combustión. La Cámpora, los intendentes y Axel Kicillof comenzaron a cruzarse tanto en público como en privado, buscando responsables por la derrota de Fuerza Patria en la totalidad del país, pero sobre todo en su propio bastión electoral: la provincia de Buenos Aires.

La primera en lanzar la piedra fue Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y figura de La Cámpora. En redes sociales escribió: «El conurbano va a salvar a la Patria y Cristina tenía razón». Un mensaje directo al gobernador, que había desdoblado la elección pese a las advertencias de Cristina Kirchner.

Poco después, la diputada Florencia Carignano se sumó con un tuit casi calcado: «Cristina siempre tiene razón». La frase sintetiza el espíritu del kirchnerismo: si hay derrota, el culpable es otro.

En el búnker del hotel Grand Brizo, Kicillof encabezó el acto de cierre con rostro desencajado. Según informaron distintos medios: los presentes destacaron que el clima era de desconcierto y reproche. Estaban Sergio Massa, Juan Grabois y Máximo Kirchner, pero el gobernador fue el único orador.

Intentó disimular el golpe con una frase ambigua: «Los resultados son muy ajustados, apenas medio punto en contra» dijo, intentando desviar la atención de la remontada histórica que tuvo La Libertad Avanza en PBA, que no solo acortó la distancia porcentual sino que pudo revertir la derrota. Detrás suyo, Máximo lo miraba serio, sin aplaudir. La victoria de LLA en Buenos Aires ─la provincia que durante 20 años fue la trinchera del kirchnerismo─ cayó como un baldazo de agua fría.

Mientras Kicillof intentaba procesar el resultado, los intendentes del conurbano aprovecharon para marcar territorio. Gastón Granados, jefe comunal de Ezeiza, fue el más explícito: «Los dirigentes nacionales tienen que entender que los intendentes somos los que tenemos los votos».

En las últimas semanas, varios alcaldes habían mantenido reuniones reservadas con el gobernador ─entre ellos, Federico Otermin (Lomas), Federico Achával (Pilar) y Nicolás Mantegazza (San Vicente)─. El grupo se propone disputar la conducción del PJ bonaerense y construir una alternativa al eje Kicillof-La Cámpora.

Las migajas de poder en ruinas

Tras la caída de Fuerza Patria, el kirchnerismo quedó reducido a un campo minado de egos heridos que discute por atribuirse la derrota. La Cámpora busca despegarse del fracaso, Kicillof intenta conservar protagonismo y los intendentes avanzan como nuevos actores en el juego.

La interna es ridícula, las diferencias están poco claras. La disputa, en el fondo, es por el poco poder que les queda tras perder el último rincón en el que el kirchnerismo aseguraba su refugio. Nadie quiere hacerse cargo de una derrota que los deja fuera de juego, habiendo perdido la batalla incluso al interior de la emblemática provincia de Buenos Aires.

En las próximas horas, se esperan nuevos cruces. Los camporistas culpan al gobernador por el desdoblamiento, los intendentes reclaman mayor peso y los massistas observan desde afuera, calculando si conviene romper o negociar.

Lo cierto es que, después de tal derrota, el kirchnerismo enfrenta su peor crisis en dos décadas. Lo que antes era un ejército disciplinado hoy se convirtió en una jauría desorientada, con un liderazgo vacío y sin un rumbo de propuestas.

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