ARGENTINA

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La Confederación General del Trabajo (CGT) encabezó una movilización a Plaza de Mayo en rechazo al proyecto de «Modernización Laboral» impulsado por el Gobierno de Javier Milei y advirtió que podría convocar a un nuevo paro nacional si la iniciativa avanza en el Congreso.
La protesta tuvo como eje central cuestionar la reforma laboral en debate y amenazar directamente al Senado, donde se desarrollan las negociaciones parlamentarias.
La manifestación fue resuelta por el Consejo Directivo de la CGT y contó con el acompañamiento de la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma. Se trató de la cuarta acción callejera del sindicalismo contra la administración libertaria desde el inicio del actual gobierno.
Durante el acto central, la CGT dio lectura a un documento con críticas a la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación para modernizar las leyes laborales y fomentar el empleo formal.
En ese texto, la central sindical insistió con su mentira: «Una verdadera modernización laboral no es sacar derechos». En la misma línea, intentó generar miedo sobre las supuestas consecuencias sociales de la reforma propuesta: «Esta reforma solo va a profundizar la pobreza, la exclusión social y la precarización laboral. No vamos a renunciar a nuestra lucha por el trabajo digno».
Además de expresar su rechazo al contenido del proyecto, la conducción sindical apuntó directamente a los legisladores que analizan la iniciativa. En ese marco, el co-secretario general de la CGT, Octavio Argüello, referente del sindicato de Camioneros, cuestionó la reforma y aseguró: «Nos vamos a oponer rotundamente».
En su discurso, Argüello llamó a reforzar la presencia sindical en las calles y lanzó una amenaza explícita hacia el Congreso. «No nos dejemos engañar más. Nosotros tenemos que ganar la calle. Le decimos a los senadores, que pretenden firmar ese dictamen, ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se lo vamos a demandar», afirmó ante los manifestantes reunidos en Plaza de Mayo.
En el cierre de su intervención, Argüello confirmó que la movilización forma parte de un plan de lucha más amplio y dejó abierta la posibilidad de profundizar las medidas de fuerza si el reclamo no es atendido. «Hoy más que nunca, iniciamos este plan de lucha que si no nos escuchan, vamos a terminar en un paro nacional», advirtió.
La marcha a Plaza de Mayo se desarrolló mientras el oficialismo busca avanzar con el tratamiento legislativo de la modernización laboral en el Senado. En ese contexto, la CGT dejó explícita su estrategia de presión política sobre el Congreso y su disposición a escalar el conflicto sindical si el proyecto es aprobado.
El Gobierno nacional avanzará este jueves con la firma del dictamen de la reforma laboral en el Senado, aunque su tratamiento en el recinto quedó programado para febrero. La decisión fue acordada entre el oficialismo de La Libertad Avanza y sectores de la oposición dialoguista, en un escenario de alta tensión política que estuvo al borde del quiebre durante la jornada.
La confirmación llegó de boca de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien expuso la situación durante el plenario de las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta. Allí quedó claro que el oficialismo optó por una estrategia de responsabilidad política: asegurar el dictamen, ordenar la discusión y evitar un tratamiento exprés que pusiera en riesgo la convivencia parlamentaria.
En contraste, lo que sí avanzará de inmediato será el Presupuesto 2026, junto con la ley de inocencia fiscal. Ambas iniciativas se despacharían este viernes 26 de diciembre, en el cierre del período extraordinario convocado por el Ejecutivo, consolidando el núcleo del programa económico del Gobierno.
Durante el mediodía, Bullrich debió trasladarse de urgencia a la Casa Rosada y, tras su regreso, encabezó una cumbre clave en el bloque de la UCR. Allí se logró encauzar el diálogo, acordar la firma del dictamen con modificaciones y establecer un plazo de enero y principios de febrero para pulir el texto final.
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