Hipocresía, análisis crítico de Hugo Flombaum

OPINIÓN

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Protestas contra el gobierno / Foto: Paula Kindsvater

Por Hugo Flombaum, analista político. Columnista de LaCity.com.ar.

Lectura: 6 minutos

El mandato de las urnas fue claro, terminar con la inflación, con los negociados y poner orden.

Cualquier desvío será castigado, pero lo será sin mirar hacia atrás, de la «motosierra» pasaremos a la «guillotina».

Mientras tanto, los exdirigentes, los ex formadores de opinión, los exempresarios y consultores vividores del estado, juegan a quien es más hipócrita.

Critican sin hacerse cargo de la descomposición de un estado, con problemas, pero útil, de antes de 1976.

Hablan de vendepatrias, cuando devaluaron los activos nacionales a precio de remate.

Hablan de desempleo cuando dejaron una economía en el borde del precipicio con los precios relativos distorsionados al límite.

Hablan de desfinanciamiento de la educación cuando llevaron a que la educación primaria sea una guardería y que 60% de los menores no se eduquen.

Hablan de la autonomía universitaria cuando un plomero gana más que un ingeniero, porque destruimos el capital más importante de un país la capacitación de su pueblo.

Hablan de ataque al periodismo cuando distorsionaron esa profesión hasta hacerla ignorada por la gran mayoría de los argentinos.

Y la moda de estos días, juzgan al gobierno por su propuesta de dos abogados para la Corte Suprema hablando de la corrupción de uno de los propuestos, sin hablar del desastre que es la justicia argentina que lo único que garantiza es injusticia, ya sea por ineficacia o por corrupción.

En lo penal no hace falta ni hablar, puerta giratoria y juicios interminables. En lo civil, es imposible ni siquiera desalojar a un inquilino que no paga su alquiler, y luego piden que se ofrezcan departamentos, en lo laboral lograron que ninguna PYME tome un nuevo empleado por la industria del juicio.

La verdad es que me preocuparía por la justicia no por la Corte Suprema.

Hoy hay un reclamo generalizado de atraso cambiario, cuando lo que debemos reclamar es el fin del cepo y reajustar los precios que han quedado insólitamente caros internacionalmente en dos meses.

No deberá ser el mercado cambiario el que haga ganar o perder dinero a los empresarios y productores, deberá ser la eficiencia y el desarrollo tecnológico el que lo logre.

Argentina es un territorio con un pueblo castigado y descreído producto del desastre de las administraciones de las últimas décadas. Para convertirla en una Nación pujante el camino será duro y largo no puede ser de otra manera partiendo de donde estábamos

Si el que recibió las esperanzas en las últimas elecciones defrauda será una nueva piedra en el camino, pero no habrá marcha atrás.

Cambiar la manera de pensar de un pueblo que fue tomado de cómplice sin saberlo ni quererlo, al cual lo entretenían con espejos de colores mientras se robaban el patrimonio nacional y devaluaban los activos construidos, con el esfuerzo de todos, durante cien años no es fácil.

Contarles a los sub 50 que en nuestro país las mejoras de infraestructura no llovía del estado sino que los vecinos las pagábamos, contarles que la electricidad y el gas eran bienes caros y cuidados, contarles que la educación era en el 90% pública, gratuita, integral y de excelencia ya hoy es tarea de historiadores.

Hoy debemos comenzar de cero, el propio peronismo logró lo imposible, regresar al pre peronismo en nuestro país, con trabajo en negro e indigno, con una oligarquía enquistada en el poder que empobrece y que lava su conciencia con beneficencia. Si Eva Perón los viera los destruiría.

Para superar lo que hoy eligieron la gran mayoría de los argentinos primero debemos dejar de ser hipócritas, hacernos cargo del desastre que hicimos y luego reconstruir un tejido social desde cada territorio, físico o virtual. Considerando que las redes sociales son territorios en los cuales habitan millones de argentinos muchas horas del día.

Los que pretendan hacerlo desde la comodidad de los escritorios, o desde las universidades con seminarios, o con consultoras y encuestas financiadas por el estado u organismos internacionales, se equivocan.

No fue así como se lograron los cambios en todo el mundo, Desde Gandhi, pasando por Mandela, Yirigoyen, Perón, Mao Tse Tung, Fidel Castro, Lula y sigue le lista. Solo con el armado de tejidos sociales que convoquen a los pueblos a gestas colectivas se lograrán los verdaderos y duraderos cambios.

Nuestro país involucionó de manera espantosa. Y vimos la transferencia de riqueza desde los trabajadores a los arribistas del poder más escandalosa de la historia. No había pobres y los hay, no había ricos sin productividad y los hay.

El país no creció, lo que demuestra que lo que sucedió fue que cientos de miles se enriquecieron empobreciendo a millones.

Si cada uno de los que nos enriquecimos hacemos un análisis introspectivo sincero y pensamos si nuestra riqueza se corresponde con la generación de riqueza colectiva, bien, si no es así abandonemos la crítica y paguemos la culpa por lo menos con el silencio.

Estamos atravesando momentos dificilísimos para la gran mayoría de nuestros compatriotas, es el momento en el cual cada uno de los que aumentamos nuestro patrimonio debemos devolver a los empobrecidos algo de lo que hoy tenemos.

No con beneficencia, algunos con aportes para el cambio, y otros con el silencio necesario para acompañar el esfuerzo.

Es hora de entregar, de dar, de construir, no de reclamar, el que lo hace no sólo es hipócrita es una persona poco útil para el momento.

¡¡ARGENTINOS A LAS COSAS!!

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