Aumento de impuestos pactado con oposición marca fracaso del plan económico

OPINIÓN

La-presion-fiscal-en-España

Por Agustín Etchebarne, economista. Especial para lacity.com.ar

 

 

 

Varios economistas parecen contentos gracias a que hace algunas semanas el Gobierno logró estabilizar el dólar gracias a tasas de interés de las nuevas Letras de Liquidez que rinden más de 100% anual. Lo que hay que tener claro es que aun si el programa que el gobierno acordó con el FMI se cumple según lo previsto por los más optimistas, Mauricio Macri habrá terminado su gobierno con más pobreza, más inflación, menos producción per cápita y una deuda mucho mayor a la del gobierno de Cristina Kirchner. Es decir, su primer mandato habrá sido un completo fracaso.

El mini-plan de estabilización busca un déficit primario cero para el año próximo, está basado casi por completo en el aumento de tarifas públicas y de impuestos distorsivos, y en reducir la obra pública.

En lugar de reducir impuestos, Cambiemos se puso de acuerdo con los peronistas y kirchneristas para aumentar la presión impositiva que será récord el año próximo, creando un nuevo impuesto a la renta financiera y a las exportaciones de bienes y servicios, además de las retenciones, triplicando el de Bienes Personales y aumentando el impuesto inmobiliario en varias provincias.

Los políticos siempre se ponen de acuerdo en subir impuestos y en devaluar. Esto implica que, una vez más, el ajuste lo hace el sector privado, por eso aumenta el desempleo, caen los salarios reales y subre la pobreza. Mientras tanto los políticos se niegan a ajustarse el cinturón del gasto público.

No parece que haya mucho para festejar.

Es posible que si baja la inflación y las tasas de interés en los próximos meses, la economía tenga cierta recuperación momentánea en el segundo semestre del año próximo, gracias a la mejora en el campo y a la reactivación del campo y de los sectores exportadores. Pero con los inmensos impuestos actuales es imposible el crecimiento sea sostenido a largo plazo.

Más grave aún, tampoco podemos descartar todavía que terminemos en un nuevo default. El déficit financiero en 2019 será cercano al 3,5% del PBI y a eso debemos agregar el déficit cuasi fiscal (del Banco Central) que puede que alcance del 3 al 5% del PBI. La deuda pública se aproximará al 85% del PBI, y no sé cómo la vamos a pagar, si el nivel del PBI per cápita será menor al de 2008 en términos reales, y la deuda se tomó fundamentalmente para gastos improductivos corrientes. La situación es grave, y la clase política no está a la altura de las circunstancias.

El año próximo tendremos las elecciones presidenciales, esperamos que los políticos debatan sobre las reformas estructurales que son indispensables para crecer a largo plazo. Tal vez surja un candidato, que como Bolsonaro, sorprenda a todos hablando sin tapujos, siendo políticamente incorrecto y encarando luego las verdaderas reformas que la Argentina necesita.

Deja un comentario