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Para resistir a las sanciones económicas de Estados Unidos que golpean la economía de Irán el gobierno de los clérigos imaginan sortear el problema con arreglos monetarios.

Las empresas occidentales escapan a la posibilidad de invertir en la República Islámica, donde la producción de petróleo ha caído al nivel más bajo en más de tres décadas y se ha provocado una grave escasez de divisas.

La inflación se ha acelerado a más de 50%, y algunos alimentos y medicamentos se están agotando. Hasta ahora, Teherán se ha mantenido firme en lugar de ceder ante la presión de Estados Unidos para cambiar su política exterior, retirarse de la región y renegociar el acuerdo nuclear de 2015 que el presidente Donald Trump abandonó. El último intento de Irán por aliviar la situación ha sido a través de una reforma de su sistema monetario.

El «rial» (Rial iraní moneda oficial) ha estado bajo una fuerte presión por el endurecimiento de las sanciones y el posterior colapso de los ingresos petroleros. Irán siempre ha mantenido un estricto control sobre su moneda y se ha mostrado reacio a dejar que se devalúe, manteniendo el tipo de cambio oficial en 42.000 por dólar desde mediados de 2018. A medida que se agotaron los suministros de divisas en el sistema bancario, los iraníes recurrieron cada vez más al mercado negro no regulado para pagar todo, desde automóviles importados hasta aranceles universitarios en el extranjero. Desde principios de 2019 hasta inicios de mayo, el rial cayó casi 30% en las calles de Teherán a 156.500 frente al dólar. Esto hizo que los precios se dispararan y provocaran disturbios sociales.

Básicamente, creó un sistema de tipos de cambio múltiples, con el objetivo de domesticar el mercado negro. Introdujo una plataforma de comercio de divisas conocida como Nima para empresas locales el año pasado. Pero la mayoría de los exportadores prefirieron vender sus euros o dólares en el mercado no regulado, ya que la tasa Nima del rial estaba demasiado cerca de la oficial y, por lo tanto, se consideraba sobrevaluada. En los últimos meses, el banco central ha permitido que la tasa Nima se debilite sustancialmente para alentar a más empresas a vender divisas. El gabinete del presidente Hassan Rouhani también ha anunciado que el rial será redenominado, con un recorte de cuatro ceros.

El plan ha logrado reforzar el rial en el mercado no regulado. Desde mayo, se ha apreciado más de 30% llegando a 118.000, que es más o menos lo mismo que la tasa Nima, a pesar de que la tensión ha empeorado desde que Irán derribó un dron estadounidense e incautó navíos en o cerca del estrecho de Ormuz. Eso ha ayudado a frenar la inflación, según Steve H. Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. Según sus cálculos, la tasa de inflación anual, que alcanzó un máximo de 400% el año pasado, cayó a 24% a principios de agosto.

La redenominación podría tener un efecto psicológico, aunque menor, si los iraníes perciben que una moneda con un valor de 12 por dólar es una mejor reserva de valor que una con valor de 120.000, dice el economista jefe de Renaissance Capital, Charles Robertson. Pero será difícil para Irán mantener la estabilidad de Nima y los mercados no regulados mientras no pueda acceder a suficientes divisas para suministrarlos. Y eso no cambiará hasta que se alivien las sanciones y aumenten las exportaciones de energía.

Los funcionarios iraníes temen que el rial se derrumbe si los mercados determinan completamente su valor, lo que provocaría que la inflación se acelere nuevamente.

También es un tema políticamente sensible. Gran parte del establishment considera que cualquier debilitamiento de la moneda es un signo del poder decreciente del país y la incapacidad de enfrentarse a EE. UU. Además, el sistema del banco central de asignación de divisas al tipo oficial es opaco. Analistas han dicho que alimenta la corrupción, ya que los iraníes políticamente conectados obtienen dólares baratos mientras que la mayoría de las solicitudes comerciales legítimas son rechazadas. Es poco probable que esos intereses creados acepten fácilmente una moneda flotante.

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