INTERNACIONAL

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Los líderes de Ucrania y Rusia reanudarán este lunes (09.12.2019) las negociaciones para el arreglo del conflicto en la zona del Donbás, ocupadas militarmente por fuerzas prorrusas, después de más de tres años de paréntesis diplomático y bajo la mediación de Alemania y Francia.
Los dos países líderes de Europa recibirán a los mandatarios en conflicto en París en una cumbre bajo el conocido «formato de Normandía».
La primera cumbre entre los mandatarios de los cuatro países tuvo lugar en Normandía en junio de 2014, cuando la sublevación armada se convirtió en guerra abierta, y la última se celebró en octubre de 2016 en Berlín, encuentro que ha dado paso a tres años de desencuentros entre Moscú y Kiev, y treguas incumplidas entre el Ejército ucraniano y las milicias separatistas prorrusas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá por primera vez con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, que prometió al llegar al poder en mayo pasado que su prioridad era poner fin a la guerra en el este del país y, a largo plazo, recuperar los territorios controlados por los separatistas en Donetsk y Lugansk.
Recientemente, Putin alabó la «sinceridad» de Zelenski a la hora de llevar la paz al Donbás, pero puso en duda que sea capaz de hacerlo, dada la presencia de incontrolables batallones ultranacionalistas en el frente.
En unos pocos meses Zelenski ha logrado lo que no pudo su predecesor: acordar con Putin un canje masivo que devolvió a Ucrania a una treintena de prisioneros, entre ellos los marineros apresados por guardacostas rusos a finales de 2018.
Por su parte, Emmanuel Macron pondrá a prueba sus dotes diplomáticas cuando reciba a Zelenski, y a Putin, en presencia de la canciller Angela Merkel. «Es una prueba importante para Macron y para los europeos. El presidente francés ya se ha aislado mucho. Si no logra nada en el tema de Ucrania, estará aún más aislado», dijo Michel Duclos, exembajador y experto en geopolítica en el instituto político francés Montaigne.
Emmanuel Macron ha reiterado que los «intereses de seguridad» del continente son su prioridad absoluta y ha hecho de los «avances» sobre Ucrania una «precondición» para relanzar el diálogo con Rusia.
El margen de maniobra se anuncia estrecho, entre las exigencias de Rusia, que quiere conservar una influencia sobre Ucrania, y las de Ucrania, decidida a recuperar su soberanía sobre el Donbás. Para Duclos, «el Kremlin es lo suficientemente astuto como para comprender que esta cumbre debe ser un éxito. Macron, Merkel y Zelenski deben poder decir que tienen algo», afirmó.
Por su parte, el presidente ucraniano relativizó lo que está en juego, considerando que un «nuevo intercambio de prisioneros» ─tras el del 7 de septiembre─ y un «verdadero alto el fuego» ya constituirían una buena señal. Él mismo está bajo la presión de sus partidarios, que temen que haga demasiadas concesiones sobre el futuro grado de autonomía de Donbás dentro de Ucrania.
Más allá de lo que está en juego en Ucrania, los europeos del este ─Polonia, los países bálticos y Rumania─ que siguen considerando a Rusia como la amenaza número uno, y algunos países del oeste, como Alemania, observarán atentamente las señales de buena voluntad del presidente Vladímir Putin.
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