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Con el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea ya oficialmente puesto en marcha, no dejan de surgir incógnitas en torno al nuevo panorama comercial entre el país británico y sus antiguos aliados. La pesca es una de ellas, ante la perspectiva de que Londres cierre el acceso a sus aguas a los pescadores europeos, con lo que ello conllevaría.

Ahora que el Brexit es una realidad, uno de los grandes interrogantes que se ciernen sobre el canal de la Mancha es todo lo respectivo al sector de la pesca. En el giro proteccionista que planea dar la economía británica, una de las medidas planeadas por Londres es el cierre del acceso a su mar territorial a los marineros europeos.

Este movimiento supondría el bloqueo de los puertos de la Mancha a los pescadores comunitarios, concretamente de los puertos de Dover y Calais, que representan el 17% del volumen de negocios del Reino Unido. Para bloquear la entrada al puerto de Calais, serán necesarios solo algunos barcos pesqueros, ya que este tiene una extensión de menos de 200 metros.

Las autoridades francesas, entre protestas por sus reformas económicas, temen que todo esto acabe en una «batalla de pescadores» si no se llega a un acuerdo satisfactorio para las dos partes, y que eso caliente aún más el crispado ambiente del país. Por ello, Emmanuel Macron, el presidente de Francia, ya está alertando a sus homólogos europeos al respecto.

El Brexit pude acabar convirtiéndose en una «pesadilla», según el periódico londinense The Times.

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