INTERNACIONAL

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El ejército saharaui, alimentado con armas por Argelia y también Irán, según la prensa occidental, ocupa un territorio que pertenece a Marruecos, histórico socio de España.
La efeméride de hoy conmemora el primer acto armado en el puesto de control de Janga contra la presencia colonial de España en el Sáhara Occidental el 20 de mayo de 1973, liderado ya por Brahim Gali.
Con el lema «Medio siglo de constancia y empeño por imponer la existencia», escrito en árabe y español, miles de saharauis en los campamentos de refugiados de Argelia conmemoraron este sábado los 50 años de lucha armada del Frente Polisario, que comenzó en 1973 contra la colonización española y que hoy continúa contra Marruecos.
Brahim Gali, fundador y actual líder del movimiento, presidió un gran desfile de tres horas en el que marcharon hombres y mujeres uniformados y se expuso el material bélico, vehículos y tanques, con los que el Polisario escenificó su intención de intensificar la vía militar, como aprobó en enero en su congreso trienal. Como recoge el servicio de prensa del Sáhara, Gali cargó en su discurso contra el gobierno español por su apoyo explícito al plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental.
En una entrevista con Efe afirma que «el pueblo saharaui ha dejado más claro, con toda paciencia y cooperación, y durante tres décadas, que es un pueblo pacífico y que su voluntad es la de llegar a una solución política y democrática, como es un referéndum» en el marco «de la legalidad internacional, como cuestión de descolonización inconclusa».
Sin embargo, lamenta que la opción de la lucha armada les fue impuesta por «la injusticia, la represión y la intransigencia de los agresores» y que han tenido que retomarla desde noviembre de 2020. «La lucha armada es reconocida por las Naciones Unidas como derecho legítimo para los pueblos oprimidos y colonizados», afirma.
La efeméride de hoy recuerda el primer acto armado en el puesto de control de Janga contra la presencia colonial de España (1884-1976) en el Sáhara Occidental el 20 de mayo de 1973, que el propio Gali lideró, y ocurrió apenas diez días después de la fundación del Frente Polisario.
Una acción que dio comienzo a una guerra que no terminaría con la retirada de España de su excolonia, ya que Marruecos y Mauritania ocuparon inmediatamente el territorio, aunque esta última se retiró.
Rabat y el Polisario iniciaron una guerra que terminó en 1991 con la mediación de la ONU y la propuesta de celebración de un referéndum de autodeterminación, nunca convocado, ya que Marruecos continúa considerando el Sáhara Occidental «innegociable».
La postura de España sobre el Sáhara Occidental es «constante, no ha cambiado y no va a cambiar», ha respondido la ministra de Exteriores en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, ante preguntas del PP y de Bildu sobre la crisis con Marruecos, país que ha asegurado que el detonante de la misma ha sido la «indefinición» de España sobre el Sáhara.
González Laya ha recordado que la política española sobre el Sáhara es una política de Estado desde hace años y que fue refrendada a principios de marzo en una moción apoyada por ocho grupos parlamentarios en el Senado, incluido el PP y Bildu.
Entonces, los partidos instaron al Gobierno a que «apoye y facilite» tanto en la ONU como la UE, «una solución política conforme al derecho internacional y las resoluciones de la ONU», y esa es la política «que vamos a seguir, la que Bildu y PP y otros miembros de la cámara apoyaron», ha zanjado.
Para el PP, la crisis con Marruecos es el último capítulo de una serie de «líos» en política exterior con los que el Gobierno «ha dilapidado nuestra credibilidad y la ha convertido en perfecta debilidad», ha asegurado la diputada del PP Valentina Martínez.
Por eso, la portavoz de Exteriores del Grupo Popular ha subrayado que «España necesita un Gobierno fiable, creíble y respetado dentro y fuera de nuestra fronteras», una política exterior «fuerte, eficaz y sensata, que permita recuperar las relaciones buena vecindad con Marruecos y el resto de socio y aliados».
En respuesta, la ministra ha reiterado que España «no ha buscado, deseado, ni alimentado una crisis» con Marruecos, y por eso está «plenamente comprometida a mirar al futuro, con diálogo» para recuperar la «cooperación modélica que (…) que ha dado frutos muy destacados de estabilidad y prosperidad y los va a seguir dando».
*Imagen ilustrativa.
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